Por: Fernando Acosta Riveros-
¿Ya se les olvidó cuando Carlos Salinas de Gortari mandó a correr de Televisa a Guillermo Ochoa del programa Hoy Mismo por criticar al Presidente?”, preguntó Miguel Ortega Joaquín, político del Partido Acción Nacional, el pasado martes 8 de febrero ante los congresistas que trataban el tema del despido de la periodista Carmen Aristegui de la empresa MVS. Varios ciudadanos mexicanos incluidos en el grupo que tiene memoria pueden responderle al señor Ortega Joaquín que este tipo de agresiones, censuras e intimidaciones, jamás se olvidan. Escribir o pronunciar los nombres de Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa traen tristes recuerdos a la población. Los dos llegaron a ocupar la Presidencia de la República a través de fraudes y trampas. Son dos representantes de la oligarquía y el imperio estadounidense. Amas de casa, estudiantes, periodistas y trabajadores han sido agredidos, amenazados, censurados e intimidados durante dos periodos de malos gobiernos: el de Salinas de Gortari (1988-1994) y el de Calderón Hinojosa, a partir de 2006 con el inicio de su guerra ó “combate al crimen organizado” hasta febrero del presente.
El sistema económico neoliberal defendido a ultranza por Salinas de Gortari y Calderón Hinojosa ha reducido la calidad de vida en miles de hogares mexicanos. Las amas de casa en distintos lugares de la república lo han comprobado y lo viven cotidianamente. Para ellas las propagandas sobre la modernización del país y el proyecto de vivir mejor, constituyen solamente un engaño. Muchos estudiantes no pudieron acceder a los niveles de Preparatoria o Educación Superior, porque durante los dos gobiernos espurios, la tendencia consiste en privatizar la educación y cerrar espacios a la juventud.
Periodistas a nivel nacional, como Carmen Aristegui y a nivel local, como nuestro compañero Jorge Gómez Naredo, han sido censurados o intimidados por los poderosos. El caso de Carmen Aristegui ha sido ampliamente documentado en los medios de comunicación como La Jornada y ya trascendió las fronteras. En cuanto a Jorge Gómez Naredo, la carta de Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco, publicada en la sección El Correo Ilustrado, contiene amenazas. El documento es una muestra de que los poderosos del PRI y del PAN ó del PRIAN no aceptan la libertad de expresión, ni los cuestionamientos a sus errores administrativos, a pesar de que esos errores o fallas costaron varias vidas, como el caso concreto de las explosiones ocurridas el 22 de abril de 1992.
En febrero de 1981, hace precisamente tres décadas, la empresa de medios Notisistema despidió arbitrariamente a los periodistas Felipe Cobián Rosales, entonces corresponsal de la revista Proceso en Guadalajara (actualmente coordinador de la edición Proceso Jalisco), Cuauhtémoc Cisneros, Guadalupe Sánchez, Héctor Huerta y Luis Ignacio Villagarcía. En solidaridad con sus compañeros renunciaron a Notisistema los colegas: Víctor Wario Romo, Felícitas Regalado, Rosa García Durán y Adriana de la Mora. Treinta años después las agresiones y amenazas continúan. Ahora contra un articulista y reportero de La Jornada Jalisco. Así como en 1981 se demostró la solidaridad con los compañeros de Notisistema, en este 2011 tenemos la obligación de apoyar y acompañar a Jorge Gómez Naredo.
Emilio Azcárraga Milmo, empresario y accionista mayoritario de Televisa en 1989, despidió públicamente al periodista Guillermo Ochoa. De manera contundente, afirmó: “Nadie puede pasar sobre la autoridad del director de Eco. Nadie. Y el director de Eco es Jacobo Zabludovsky. La molestia del empresario poderoso surgió porque Ochoa retransmitió una conversación con Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina y líder del sindicato de trabajadores petroleros, detenido en esos días iniciales de 1989. Durante la entrevista que duró más de 35 minutos, Guillermo Ochoa y La Quina hablaron de sindicalismo, de tendencias privatizadores a partir de la concepción neoliberal. El sindicalista fue cuestionado porque su fortuna crecía inexplicablemente, aunque él se consideraba a sí mismo: “un hombre próspero”.
Guillermo Ochoa ya estaba en la mira dentro de los noticieros de Televisa por haber desafiado una propuesta de bloqueo hacia los candidatos opositores al sistema: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Frente Democrático Nacional; Rosario Ibarra de Piedra, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Manuel J. Clouthier , del Partido Acción Nacional. Cuauhtémoc y Manuel expusieron sus propuestas en el espacio Hoy Mismo. El gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) ya preparaba el fraude y los empresarios más poderosos de México, entre ellos, los dueños de Televisa estaban totalmente de acuerdo.
Dos décadas después, Carmen Aristegui presenta una nota informativa sobre las acusaciones y supuestas dudas acerca de presuntos problemas en el manejo de alcoholismo, por parte de Felipe Calderón Hinojosa, quien ocupa ilegítimamente la presidencia de México. Carmen da voz a militantes del Partido del Trabajo, quienes se oponen desde hace tiempo a la actual guerra que causa luto y dolor a muchos mexicanos. Desde Los Pinos se presiona a los dueños de la empresa MVS para que sea despedida la periodista. Es una más entre las múltiples agresiones contra la libertad de expresión.
En Jalisco y a partir del año 2006, Jorge Gómez Naredo, periodista crítico que ha realizado interesantes trabajos de investigación, reportajes, crónicas así como artículos de opinión donde cuestiona al sistema corrupto y mafioso que atropella a la población, es llamado a cuentas por un exgobernador. El supuesto error o atrevimiento de Jorge es referirse a los trágicos sucesos del 22 de abril de 1992. Al hablar de esa fecha trágica, periodistas, historiadores y ciudadanos tienen que citar los casos de negligencia y el desinterés que en aquella ocasión demostraron varios funcionarios, cuya obligación constitucional era servir a los ciudadanos. No era la primera vez que mexicanos estaban en riesgo por comportamientos negligentes. Así como el panista Ortega Joaquín recordó la destitución de Guillermo Ochoa, ocurrida 22 años antes, muchos jaliscienses recordaron que hace 30 años las directivas de Notisistema cometieron una arbitrariedad contra los reporteros arriba mencionados. Pasa el tiempo, pero las agresiones, censuras e intimidaciones no se olvidan ni se aceptan.
¿Ya se les olvidó cuando Carlos Salinas de Gortari mandó a correr de Televisa a Guillermo Ochoa del programa Hoy Mismo por criticar al Presidente?”, preguntó Miguel Ortega Joaquín, político del Partido Acción Nacional, el pasado martes 8 de febrero ante los congresistas que trataban el tema del despido de la periodista Carmen Aristegui de la empresa MVS. Varios ciudadanos mexicanos incluidos en el grupo que tiene memoria pueden responderle al señor Ortega Joaquín que este tipo de agresiones, censuras e intimidaciones, jamás se olvidan. Escribir o pronunciar los nombres de Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa traen tristes recuerdos a la población. Los dos llegaron a ocupar la Presidencia de la República a través de fraudes y trampas. Son dos representantes de la oligarquía y el imperio estadounidense. Amas de casa, estudiantes, periodistas y trabajadores han sido agredidos, amenazados, censurados e intimidados durante dos periodos de malos gobiernos: el de Salinas de Gortari (1988-1994) y el de Calderón Hinojosa, a partir de 2006 con el inicio de su guerra ó “combate al crimen organizado” hasta febrero del presente.
El sistema económico neoliberal defendido a ultranza por Salinas de Gortari y Calderón Hinojosa ha reducido la calidad de vida en miles de hogares mexicanos. Las amas de casa en distintos lugares de la república lo han comprobado y lo viven cotidianamente. Para ellas las propagandas sobre la modernización del país y el proyecto de vivir mejor, constituyen solamente un engaño. Muchos estudiantes no pudieron acceder a los niveles de Preparatoria o Educación Superior, porque durante los dos gobiernos espurios, la tendencia consiste en privatizar la educación y cerrar espacios a la juventud.
Periodistas a nivel nacional, como Carmen Aristegui y a nivel local, como nuestro compañero Jorge Gómez Naredo, han sido censurados o intimidados por los poderosos. El caso de Carmen Aristegui ha sido ampliamente documentado en los medios de comunicación como La Jornada y ya trascendió las fronteras. En cuanto a Jorge Gómez Naredo, la carta de Guillermo Cosío Vidaurri, ex gobernador de Jalisco, publicada en la sección El Correo Ilustrado, contiene amenazas. El documento es una muestra de que los poderosos del PRI y del PAN ó del PRIAN no aceptan la libertad de expresión, ni los cuestionamientos a sus errores administrativos, a pesar de que esos errores o fallas costaron varias vidas, como el caso concreto de las explosiones ocurridas el 22 de abril de 1992.
En febrero de 1981, hace precisamente tres décadas, la empresa de medios Notisistema despidió arbitrariamente a los periodistas Felipe Cobián Rosales, entonces corresponsal de la revista Proceso en Guadalajara (actualmente coordinador de la edición Proceso Jalisco), Cuauhtémoc Cisneros, Guadalupe Sánchez, Héctor Huerta y Luis Ignacio Villagarcía. En solidaridad con sus compañeros renunciaron a Notisistema los colegas: Víctor Wario Romo, Felícitas Regalado, Rosa García Durán y Adriana de la Mora. Treinta años después las agresiones y amenazas continúan. Ahora contra un articulista y reportero de La Jornada Jalisco. Así como en 1981 se demostró la solidaridad con los compañeros de Notisistema, en este 2011 tenemos la obligación de apoyar y acompañar a Jorge Gómez Naredo.
Emilio Azcárraga Milmo, empresario y accionista mayoritario de Televisa en 1989, despidió públicamente al periodista Guillermo Ochoa. De manera contundente, afirmó: “Nadie puede pasar sobre la autoridad del director de Eco. Nadie. Y el director de Eco es Jacobo Zabludovsky. La molestia del empresario poderoso surgió porque Ochoa retransmitió una conversación con Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina y líder del sindicato de trabajadores petroleros, detenido en esos días iniciales de 1989. Durante la entrevista que duró más de 35 minutos, Guillermo Ochoa y La Quina hablaron de sindicalismo, de tendencias privatizadores a partir de la concepción neoliberal. El sindicalista fue cuestionado porque su fortuna crecía inexplicablemente, aunque él se consideraba a sí mismo: “un hombre próspero”.
Guillermo Ochoa ya estaba en la mira dentro de los noticieros de Televisa por haber desafiado una propuesta de bloqueo hacia los candidatos opositores al sistema: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Frente Democrático Nacional; Rosario Ibarra de Piedra, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Manuel J. Clouthier , del Partido Acción Nacional. Cuauhtémoc y Manuel expusieron sus propuestas en el espacio Hoy Mismo. El gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) ya preparaba el fraude y los empresarios más poderosos de México, entre ellos, los dueños de Televisa estaban totalmente de acuerdo.
Dos décadas después, Carmen Aristegui presenta una nota informativa sobre las acusaciones y supuestas dudas acerca de presuntos problemas en el manejo de alcoholismo, por parte de Felipe Calderón Hinojosa, quien ocupa ilegítimamente la presidencia de México. Carmen da voz a militantes del Partido del Trabajo, quienes se oponen desde hace tiempo a la actual guerra que causa luto y dolor a muchos mexicanos. Desde Los Pinos se presiona a los dueños de la empresa MVS para que sea despedida la periodista. Es una más entre las múltiples agresiones contra la libertad de expresión.
En Jalisco y a partir del año 2006, Jorge Gómez Naredo, periodista crítico que ha realizado interesantes trabajos de investigación, reportajes, crónicas así como artículos de opinión donde cuestiona al sistema corrupto y mafioso que atropella a la población, es llamado a cuentas por un exgobernador. El supuesto error o atrevimiento de Jorge es referirse a los trágicos sucesos del 22 de abril de 1992. Al hablar de esa fecha trágica, periodistas, historiadores y ciudadanos tienen que citar los casos de negligencia y el desinterés que en aquella ocasión demostraron varios funcionarios, cuya obligación constitucional era servir a los ciudadanos. No era la primera vez que mexicanos estaban en riesgo por comportamientos negligentes. Así como el panista Ortega Joaquín recordó la destitución de Guillermo Ochoa, ocurrida 22 años antes, muchos jaliscienses recordaron que hace 30 años las directivas de Notisistema cometieron una arbitrariedad contra los reporteros arriba mencionados. Pasa el tiempo, pero las agresiones, censuras e intimidaciones no se olvidan ni se aceptan.
ACLARACIÓN: GUILLERMO OCHOA (EL COMUNICADOR) "DEJÓ" EL PROGRAMA DE TV HOY MISMO CUANDO MIGUEL DE LA MADRID ERA PRESIDENTE.
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