LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

Canciones de Combate

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La guerra psicológica mediática como parte de la guerra imperialista-burgués contra el movimiento revolucionario latinoamericano:



Por: Dax Toscano

Para tener mayores elementos que permitan comprender como el imperialismo y la burguesía pretenden imponer su hegemonía en Latinoamérica, es necesario además explicar y analizar críticamente cuál ha sido el papel de los medios ante los cambios revolucionarios que se están dando en América Latina.

Un primer elemento que se debe tomar en cuenta es el que hace referencia a la propiedad de los medios en Latinoamérica.

Son los grandes capitalistas, las oligarquías vende patrias quienes tienen en su poder la industria político-mediática que, como es lógico, ha sido puesta al servicio de sus intereses.

En Venezuela, por ejemplo, el poderoso grupo económico de la familia Cisneros tiene bajo su control diversas estaciones de radio y televisión. Las principal cadena de televisión opositora al Gobierno bolivariano, Globovisión, está dirigidas por personajes como Guillermo Zuloaga profugo de la justicia Venezolana o como Nelson Mesherane personaje corructo que atento contra los ahorros de miles de compatriotas ellos son representantes de la oligarquía venezolana que han sido beneficiados por las concesiones que otrora, en forma corrupta y fraudulenta, les habían entregado los gobiernos de turno, socialcristianos y socialdemócratas, para manejar diversos medios. En México, los millonarios Emilio Azcárraga y Carlos Slim son quienes controlan los medios y las telecomunicaciones en ese país. En Ecuador, sectores vinculados a la banca son los poseedores de los principales medios televisivos y de prensa que hoy, a toda costa, quieren evitar la democratización de las comunicaciones en el país con el pretexto de que se está atentando contra la libertad de expresión. En Colombia, la familia Santos controla fundamentalmente la prensa de ese país, la misma que ha sido puesta al servicio de la política del régimen colombiano, con el propósito de presentar además una imagen positiva del ex-gobierno del narcoparamilitar Álvaro Uribe.

El caso de Honduras es significativo, puesto que a partir del golpe de Estado perpetrado el pasado 28 de junio de 2009 contra el presidente Manuel Zelaya por parte de la oligarquía de ese país, conjuntamente con los gorilas del ejército hondureño y con el beneplácito de los EE.UU., se ha evidenciado el papel de los medios que, al igual que lo hicieron en Venezuela en abril de 2002, han puesto en ejecución un sinnúmero de acciones propagandísticas con el propósito de ocultar la realidad, las protestas sociales y amedrentar a la población, confundirla y paralizarla.

Los medios en Honduras están bajo el control de los grupos oligárquicos representados por los empresarios Rafael Ferrari, Carlos Flores Facussé y Jorge Canahuati Larach. Este último es propietario de los diarios El Heraldo y La Prensa que concentran el 80 por ciento de la circulación de periódicos en Honduras, como señala Marco Chevigé González.

El discurso mediático está determinado precisamente por esa apropiación ilegítima de los medios. El ser social, las condiciones materiales de existencia determinan la conciencia, señalaron Marx y Engels. Y si en América Latina se vive una situación revolucionaria en la que los pueblos están construyendo su destino con sus propias manos, afectando los intereses del imperialismo y las burguesías lacayas, es evidente que a través de las industrias mediáticas capitalistas se satanicen, se estigmaticen y se condenen las luchas sociales a las que se las descalifica señalándolas como acciones de terroristas, de criminales, de vándalos que se sustentan en ideas obsoletas, anacrónicas y peligrosas para la humanidad.

Significativo de lo expuesto es el tratamiento mediático que se hizo sobre los veinte años de la caída del ―Muro de Berlín, oportunidad que aprovecharon las y los periodistas lacayos, así como los doctos analistas burgueses para, una vez más, por medio de la tergiversación, descontextualización y falsificación histórica, denigrar a las ideas comunistas y, mediante mecanismos de asociación, a los procesos de transformación social que se llevan adelante en América Latina, región donde las ideas socialistas han vuelto a florecer. Acostumbrados a repetir eslóganes y frases sueltas los medios enfatizaron en que hace veinte años lo que había caído son los regímenes comunistas, totalitarios de Europa del Este, trayendo como resultado el retorno a la ―libertad de esos pueblos. No hubo un solo análisis que permita diferenciar entre lo que en verdad representa el socialismo o lo que significaría una sociedad comunista. De igual manera no se dijo una palabra sobre las condiciones de vida que esos pueblos tienen hoy, bajo el imperio de lamada libertad capitalista.

Otro elemento fundamental en el análisis de la industria mediática es el de carácter jurídico, puesto que son los propietarios de los medios los que históricamente han sido beneficiarios de un régimen legal que, elaborado por los grupos de poder a los cuales pertenecen, les posibilita la transmisión de sus ideas en defensa del orden establecido.

La propaganda de falsimedia repite constantemente que se debe respetar el derecho a ―pensar diferente. Lo que sucede en la práctica es que, en primer lugar, a través de los medios no se exponen pensamientos, sino creencias de todo tipo; y, en segundo lugar, no se posibilita, en general, la exposición de ideas contrarias a las que a los detentadores del poder les conviene. ―Pensar diferente‖ sólo es válido cuando se trata de exponer sus opiniones; pero no es apropiado cuando sus contradictores quieren dar a conocer sus planteamientos. Por ejemplo, en los medios privados el ataque contra las concepciones socialistas y comunistas es constante, pero no se concede el espacio, ni el tiempo para rebatir esas posturas ideológicas. Esto forma parte además de los procesos que los detentadores del poder en la sociedad capitalista llevan adelante, para en el plano ideológico imponer su hegemonía mediante procesos de homogeneización del pensamiento.

¿―Pensar diferente‖? Sí, siempre y cuando no se afecten los intereses de quienes detentan el poder. Falsimedia repite este slogan una y otra vez con cinismo. Coca Cola o Pepsi Cola, McDonald‘s o Burger King, Porta o Movistar, Shakira o Britney Spears, Carlos Alberto Montaner o Álvaro Vargas Llosa, El Nuevo Herald o Diario las Américas, CNN o FOX, etc. Más posibilidades de las que el sistema capitalista propone, no pueden haber. He ahí la demostración de cómo la industria mediática defiende el derecho de las personas a ―pensar diferente‖.

Los medios del imperialismo y la oligarquía van creando una matriz de opinión para que la gente asuma que ser democrático es defender la libertad de mercado, la competitividad, el individualismo propio de la sociedad capitalista; mientras que ser antidemocrático es luchar por construir una sociedad diferente, estigmatizando las prácticas políticas de quienes están inmersas e inmersos en el proceso de construcción del socialismo y el comunismo como de obsoletas, anacrónicas, violentas y hasta de terroristas. La descalificación también se hace respecto al modelo de una sociedad distinta a la capitalista, a la cual a través de un sinnúmero de recursos propagandísticos la presentan como ineficiente y sustentada en prácticas tiránicas y autoritarias.

El capitalismo y sus instituciones no pueden ser tocadas, por ello manifiestan un odio profundo contra la praxis revolucionaria de los pueblos que se oponen a este sistema que está provocando la destrucción de la propia especie humana.

Para disfrazar esta realidad, en ocasiones presentan a una pléyade de intelectuales ―progre‖, ―políticamente correctos‖, para señalar que actúan con pluralidad, basados en principios democráticos; cuando lo que están haciendo es reforzar a través de estas y estos personajes, presentados como pensadores de ―izquierda‖, el propio orden establecido. Por medio de un sinnúmero de argumentaciones fútiles, disimuladas con peroratas plagadas de términos incomprensibles, a través de los cuales pretenden demostrar su erudición y sabiduría, las y los periodistas especializados en los análisis de la realidad, así como las y los académicos de la universidades de la élite intelectual en cada país, jamás se preocupan de ir a la raíz de las cosas para hablar de las causas que generan la explotación social y, como resultado de ello, los conflictos bélicos, los levantamientos populares, la violencia revolucionaria. Al final terminan, todas y todos, conservadores y ―progres‖, señalando que hay que combatir al terrorismo, la violencia en general, provenga de donde provenga, porque el objetivo es la defensa del ―orden‖, la ―paz‖ y la ―democracia‖.

Alfonso Sastre dice que es necesario establecer una distinción sobre los actos considerados como violentos. Sastre señala la importancia de rescatar el ―oficio de Eurípides‖ que ―no es un oficio de condenas ‗al malo‘ sino de análisis y reflexión sobre los orígenes del sufrimiento humano.‖23 El autor señalado manifiesta que ―pensar es distinguir‖ y de esa manera explica los hechos que tienen que ver con el ejercicio de la violencia, así como su postura ―mal pensante‖:

Insistiendo en la indeseabilidad radical de la violencia en sus diferentes despliegues y entidades –o sea, de las violencias-, nuestro punto de vista entonces y ahora establece que es preciso distinguir radicalmente dos grandes sectores en las violencias sociales y políticas –las violencias de los oprimidos y las de los opresores, o bien, los actos violentos de los pobres y los de los ricos, o bien, las guerras patrocinadas por el Poder y las guerras sediciosas o subversivas, etcétera-, y que todos los actos violentos no meramente ―pasionales‖ (amor, celos…) -desde los atracos de bancos a las bombas ―terroristas‖- son síntomas que manifiestan profundos males sociales y que hunden sus raíces en situaciones de radical y lacerante injusticia, plano sobre el que habría que operar en la tarea de acabar con la violencia en el planeta Tierra, y no golpeando con furia ciega policíaca o militar sobre los síntomas, por medio tantas veces de procedimientos como la tortura que se practicaba y se sigue practicando en las siniestras oficinas del ―orden público‖, en las cloacas de los estados. 24

La lucha de los pueblos es condenada por quienes detentan el poder, quienes la criminalizan, a la vez que ocultan las causas de la protesta, de la resistencia, de la rebeldía social a la que la califican como de terrorista; mientras que las acciones represivas y el terrorismo de Estado desatado por el imperialismo y la oligarquía latinoamericana contra los pueblos es presentada como una acción justa, necesaria para evitar la conmoción social y el descalabro de la sociedad que debe mantener su ―armonía natural‖. Sólo basta con recordar como la prensa reaccionaria chilena, que forma parte de la SIP, propició y celebró la represión contra los opositores a la dictadura pinochetista o como los medios de la oligarquía latinoamericana festejan cada crimen cometido por el régimen narcoparamilitar colombiano contra la insurgencia popular.

Clara Elvira Ospino, Subdirectora de Radio Cadena Nacional de Colombia (RCN) dejó en claro la postura de la industria mediática de ese país, cuando señaló en la reunión de la SIP, celebrada en Venezuela en marzo de 2008, que los medios y la opinión pública apoyaron sin fisuras la posición del gobierno de Uribe sobre el ataque a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, para lo cual esgrimieron el derecho a la legítima defensa, a la vez que expresaban el peligro que representa el apoyo que países vecinos dan a un grupo que tanta sangre les ha costado.

Con motivo de la realización del Congreso Constitutivo del Movimiento Continental Bolivariano, celebrado del 7 al 9 de diciembre de 2009 en Caracas-Venezuela, el gobierno

narcoparaterrorista de Colombia, ha emitido un sinnúmero de amenazas contra todas y todos quienes integran dicha organización revolucionaria de la que forma parte las FARC-EP. Sin ningún reparo o cuestionamiento, la industria mediática al servicio de las fuerzas criminales colombianas, representadas por Álvaro Uribe, de una u otra manera se han hecho eco de la pretensión de que se judicialice a quienes forman parte del Movimiento Continental Bolivariano, al que en forma totalmente irresponsable han calificado como el brazo político de las FARC-EP.

¿Acaso las organizaciones revolucionarias en el continente hoy tienen que pedir permiso a Obama o Uribe para organizarse? ¿Por qué si se pretende judicializar a las y los integrantes del MCB, no se judicializa a los criminales y terroristas agrupados en la OTAN? ¿Por qué falsimedia no expresa su preocupación cuando la Internacional Liberal lleva adelante sus reuniones? ¿Por qué manifiestan su intranquilidad ante el hecho de que Alfonso Cano, Comandante de las FARC-EP, sea parte de la presidencia colectiva del MCB y no hacen lo mismo al conocer que el golpista Roberto Micheletti fue designado vicepresidente de la Internacional Liberal?

Sin embargo, la industria mediática no escatima en llevar adelante todo tipo de acciones con tal de alcanzar sus objetivos de manipulación y engaño, apareciendo en muchos casos como partidaria de la ―protesta social‖ y de la ―rebeldía‖, siempre que, claro está, las fuerzas levantadas manifiesten su oposición a las políticas llevadas adelante por organizaciones, movimientos o gobiernos progresistas, de izquierda.

Las manifestaciones realizadas por grupos estudiantiles venezolanos contra el gobierno del presidente Chávez, vinculados principalmente a las instituciones secundarias y universitarias particulares de ese país, son un ejemplo de la manera oportunista como actúa falsimedia para defender sus intereses económicos y políticos.

La investigadora Eva Golinger ha puesto en evidencia que estos movimientos estudiantiles forman parte de una estrategia diseñada por las agencias de espionaje de los EEUU para desestabilizar al gobierno bolivariano venezolano. La NED y la USAID, dos entidades de la CIA, son las que proveen de recursos y capacitación a esos grupos que no son ni apolíticos, ni pacíficos como se los quiere presentar a través de una bien elaborada campaña propagandística mediática. En el documental ―Nuevas caras, el mismo objetivo‖, dirigido por David Segarra Soler, se da a conocer como las y los jóvenes de la clase media y de la burguesía venezolana son instrumento de poderes mayores, cuyas tácticas ya se aplicaron en países de Europa del Este, cuyo propósito es aparecer como nuevos actores de la sociedad civil, ―independientes‖, ocultando su origen clasista.

Falsimedia ha ido construyendo una imagen positiva de los líderes de estas manifestaciones. Yon Goicochea, un estudiante de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, premiado por el Cato Institute, una organización al servicio de la política imperialista norteamericana, es considerado por los medios privados venezolanos y de otros países de América Latina opuestos al gobierno bolivariano como un ―héroe‖ y un joven ―valiente‖ que lucha contra el autoritarismo del presidente Chávez. Las agencias estadounidenses de espionaje han cooptado a jóvenes venezolanos con becas, entrega de recursos económicos, invitaciones a seminarios internacionales, todo con el propósito de prepararles para convertirles en los líderes de la contrarrevolución. Eva Golinger explica como estos jóvenes reciben adiestramiento para el uso de nuevas tecnologías y herramientas computacionales (Facebook, Twitter) con el objetivo de llevar adelante campañas nacionales e internacionales de difusión de mensajes contra el gobierno bolivariano venezolano.

Los medios de la oligarquía en América Latina, abiertamente se han expresado como partidarios de estos ―movimientos juveniles‖ a los que pretenden revestir de un aurea de santidad. ―Rebeldes‖, ―independientes‖, ―pacíficos‖, ―indoblegables‖ son algunos de los calificativos utilizados por la industria mediática para referirse a las y los jóvenes manifestantes.

Sin realizar un análisis profundo sobre las medidas y propuestas realizadas por el gobierno bolivariano venezolano, los medios privados justifican todas y cada una de las acciones de la oposición.

Cuando en uso legítimo de sus derechos, el gobierno del presidente Chávez no renovó la concesión para el uso de una frecuencia televisiva a la cadena RCTV, los medios mintieron que se estaba atentando contra la libertad de expresión y que se había procedido a silenciar a esa televisora. Nada más alejado de la realidad, puesto que en, primer lugar, las frecuencias no son propiedad de las televisoras privadas, sino del Estado y que, en segundo lugar, RCTV venía, al igual que Globovisión, llevando a cabo una campaña de desestabilización en contra del gobierno de Hugo Chávez, razones por las que se decidió no renovar el uso de la frecuencia que había caducado. Asimismo, frente a la violación de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión realizada por RCTV (Internacional), que conllevó a la suspensión temporal de ésta cadena, las pirañas mediáticas empezaron sus ataques contra el gobierno bolivariano acusándolo de violar la libertad de expresión. El Mundo de España publicó un editorial el 27 de enero de 2010 con el título: ―Chávez aprieta la mordaza que sofoca Venezuela‖, El Clarín de Argentina el mismo día hizo lo mismo en un editorial publicado con el título: ―Chávez acalla a medios críticos‖, el líbelo venezolano Tal Cual publicó una información con el titular: ―Aniquilando a la disidencia‖, en el cual la utilización del verbo no es antojadiza, sino que se lo hace para generar la idea de que en Venezuela la vida misma de los opositores al gobierno bolivariano está en serio peligro. El Nacional publicó el 28 de enero de 2010 una noticia con el titular: ―Guardia Nacional usa garra de hierro para reprimir‖, en la cual se miente de cabo a rabo, puesto que, en primer lugar, ese instrumento cuyo nombre es ―garrampiño‖ no está diseñado para reprimir, sino para retirar objetos colocados por manifestantes en la vías y que obstaculizan la circulación vehicular y, en segundo lugar, que frente a las acciones violentas y provocadoras de los manifestantes la respuesta ha sido moderada por parte de los uniformados, pese a lo cual los medios del engaño han espectacularizado los hechos tal como lo hizo el noticiero de la cadena ecuatoriana Teleamazonas que habló permanentemente de una situación ―caótica‖ en Venezuela, siguiendo el mismo hilo discursivo del Washington Post que se ha aventurado a señalar la inminente derrota del proceso bolivariano en el 2010. Sobre las manifestaciones a favor del presidente Chávez silencio absoluto o, en el mejor de los casos, imágenes breves sujetas a una comparación ―equilibrada‖ con las imágenes de las manifestaciones de la oposición.

De igual manera, falsimedia, en unidad de acción en el mundo entero, ha señalado que el gobierno de Chávez continúa con su asedio a los medios al pretender cerrar ésta vez a la cadena dirigida por Federico Ravell. Nada dicen del terrorismo mediático desatado por Globovisión y el daño a la salud mental que ha provocado a la niñez y a la juventud venezolana por las mentiras emitidas y por los mensajes de odio que ha lanzado, generando miedos, ansiedades y angustias en la población. Asimismo, no plantean ningún cuestionamiento al tipo de programación alienante que emiten esas televisoras, la cual nada aporta al desarrollo cultural de las personas.

La industria mediática en sus ataques contra el proceso bolivariano ha llegado a la bestialidad de emplear recursos que fueron utilizados en épocas pasadas contra la Revolución Bolchevique y la Revolución Cubana, los mismos que se elaboraron con el propósito de destruir anímicamente a la población, principalmente a las mujeres y a la niñez.

Al igual que en 1960, cuando se dijo que el gobierno revolucionario cubano iba a despojar de la patria potestad a los padres e iba a enviar a las y los niños a Rusia para adoctrinarlos o convertirlos en carne enlatada, los terroristas mediáticos en Venezuela han diseñado una campaña propagandística para atacar la nueva Ley Orgánica de Educación, tomando como punta de lanza las mismas falacias de que se pretende quitar la patria potestad y, además, cubanizar la educación venezolana.

Entre 1960 y 1962, 14 mil niñas y niños cubanos fueron separados de sus padres y llevados a EEUU a través de una operación orquestada por la CIA, la Iglesia Católica y la contrarrevolución. Hoy pretenden repetir la ―Operación Peter Pan‖ en la Patria de Bolívar.

Los ataques mediáticos contra la Ley Orgánica de Educación venezolana han sido permanentes y ningún medio, periodista o analista al servicio de falsimedia ha presentado la realidad de lo que se expone en dicho cuerpo legal porque no les interesa que la gente conozca lo que realmente se propone allí y, además, porque afecta sus intereses como empresas de reproducción de la ideología dominante.

La LOE establece un conjunto de normativas para que los medios contribuyan al desarrollo del proceso educativo y fomenten, a través de distintos programas, valores que tienen que ver con la solidaridad, la cooperación, el respeto a la soberanía, a la identidad nacional, a su vez que permitan el desarrollo del pensamiento crítico. Eso es lo que realmente disgusta al imperialismo, a la oligarquía venezolana y sus industrias mediáticas que ven en ello un peligro a la difusión de sus ideas alienantes, extranjerizantes, cuyo propósito es el de mantener embrutecida mentalmente a la población.

De los logros alcanzados en materia de educación por la Revolución Bolivariana, falsimedia no dice absolutamente nada. Las y los periodistas serviles pretenden desconocer la realidad de los hechos, que corrobora la importancia que el gobierno del presidente Chávez concede a la educación en todos sus niveles.

En el año 2005, con la aplicación del método cubano ―Yo si puedo‖, Venezuela fue declarada territorio libre de analfabetismo. En la actualidad, más de 4 millones de niñas y niños venezolanos se benefician del Programa de Alimentación Escolar (PAE). Las misiones educativas llevadas a cabo por el gobierno revolucionario han permitido el acceso a la educación a sectores que bajo las condiciones de la sociedad capitalista, en la cual el conocimiento también ha sido objeto de apropiación privada por parte de una élite, y por la aplicación de las políticas privatizadoras neoliberales, antes no podían hacerlo. Actualmente, cerca de 1,5 millones de personas estudian en las misiones Robinson, Rivas, Sucre, Che Guevara, Cultura. El número de personas graduadas es de 3,4 millones. La inversión social en educación asciende al 7% del PIB.

¿Por qué la industria mediática no hace referencia a estos datos?

Con cinismo hablan de ejercer un periodismo responsable, cuando en la práctica demuestran que no investigan y que se basan en opiniones sueltas, las mismas que no permiten el conocimiento de la realidad social concreta.

Los ataques contra el proceso revolucionario bolivariano han sido permanentes. En abril de 2002 el imperialismo, la oligarquía venezolana y falsimedia llevaron adelante un golpe de Estado contra el gobierno del presidente Chávez. En aquella época, los epítetos contra los sectores populares eran permanentes y absolutamente perversos. Hoy, a pesar de que el uso de estereotipos y de estigmatizaciones negativas continúa, la estrategia de falsimedia es relativamente distinta, al pretender aparecer como defensora de los derechos del pueblo al que han despreciado históricamente. Incluso han pretendido apropiarse, con total descaro, a través de sus discursos, de los mensajes y símbolos que los sectores de la izquierda revolucionaria han utilizado como elementos para concienciar políticamente al pueblo.

El 30 de septiembre de 2009, Globovisión presentó las imágenes del momento en que el joven de la oposición, Julio Rivas Castillo, Coordinador Nacional del grupúsculo Juventud Activa Venezuela Unida (JAVU), detenido por protagonizar hechos violentos, era liberado, acompañándola de una frase del ¡¡CHE!! que dice: ―La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud‖. Un canal que permanentemente denigra las ideas y la obra del ―Guerrillero Heroico‖, no tiene ningún escrúpulo en dar a conocer uno de sus pensamientos para engañar a la población. Es importante señalar que JAVU es una de las tantas organizaciones creadas de la mano de la CIA, para llevar adelante acciones contra el gobierno bolivariano.

En el blog Red del Colectivo Internacional, Julio Rivas declara cuáles son los objetivos de su grupúsculo:

Nosotros no somos ambiguos, y con claridad expresamos nuestro deseo de ganar el poder político y quitárselo a nuestro adversario, ganarlo para difundir nuestra ideología, basada en el progreso, las libertades civiles, empresariales y de

pensamiento, somos una plataforma juvenil, arraigada a la histórica y ejemplar ideología bolivariana, que no es otra que una nación unida y enrumbada hacia el desarrollo, comprometida socialmente con sus habitantes, pero con leyes y una constitución que debe ser respetada.

Claros en esto, y obligados por la constitución a rescatar el hilo legal y constitucional, JAVU como coordinador en Venezuela de OTPOR, y apoyado con una seria de manuales de lucha no violenta de nuestras organizaciones aliadas en Europa del este, y de institutos internacionales especializados en esta materia, tales como The Albert Einstein Institution, CANVAS, The Freedom House, etc, ha recopilado y desarrollado una manera efectiva de organizar la sociedad civil en torno a un objetivo común, aplicar bajo una estricta estrategia los artículos de defensa de la constitución, el 333 y 350. Esto ya que el régimen comunista ha ignorado de nuevo la voz de la mayoría, que rechazó contundentemente, el proyecto socialista en referéndum el 2 de diciembre.25

A la industria mediática no le importa que los hechos demuestren la falsedad de sus aseveraciones, con tal de atacar al régimen bolivariano. Para ello han utilizado todo tipo de recursos que riñen con la ética periodística, como la utilización de material fotográfico para presentar determinados acontecimientos que no corresponden a lo que se publica a través de las imágenes, el trucaje de fotografías, la manipulación de vídeos, la descontextualización de declaraciones oficiales, la utilización permanente de titulares de noticias con propósitos desinformativos o para generar violencia, descontento, miedo, pánico. En el año 2007 la CNN y Televisión Española (TVE) publicaron imágenes de policías con fusiles, arremetiendo contra la población, material que sirvió para acusar al gobierno venezolano de reprimir a ―manifestantes pacíficos‖ que protestaban contra la decisión del gobierno del presidente Chávez de no renovar la concesión a la cadena RCTV. Las imágenes no correspondían a Venezuela, sino a manifestaciones reprimidas por la policía en Brasil y México. Globovisión, por su parte, ha emitido mensajes incitando al magnicidio del presidente Chávez.

Salim Lamrani explica como Globovisión y CNN han pretendido asociar a Chávez con el patrocinio del ―terrorismo‖ internacional:

El 28 de mayo de 2007, el ministro Lara presentó una denuncia contra Globovisión y CNN. En efecto, esos dos canales habían mostrado en una misma pantalla a Hugo Chávez y un supuesto líder de Al Qaeda, con el objetivo evidente de asociar al presidente venezolano con el terrorismo y la violencia. Esas mismas imágenes se difundieron en CNN en español, y demuestran que se trataba de una campaña minuciosamente preparada con el fin de deslegitimar al inquilino del Palacio Miraflores a los ojos de la opinión pública internacional. En efecto, ¿por qué mostrar en una misma pantalla la imagen de un supuesto terrorista y la de un presidente democráticamente elegido, si no es con intenciones malévolas?

Los medios privados venezolanos, partidarios de la contrarrevolución, han fabricado una imagen de sí mismos como de víctimas del ―autoritarismo‖ y la ―tiranía‖ de Chávez. Este discurso, repetido por sus acólitos mediáticos en otros países, que pretende encubrir el papel desestabilizador de falsimedia, se ampara en el falso argumento de que los ataques en su contra, llevados a cabo por el ―régimen chavista‖, son por mantener una postura diferente a las del presidente Chávez, así como por denunciar los actos de corrupción y la ineficiencia del gobierno.

Ellos se imaginan como los representantes de los ―valores democráticos‖ ante la ―dictadura‖. Lo que no dicen es que lo que ellos representan es a la dictadura del capital, al imperialismo y a la oligarquía vende patria.

Estas ―víctimas‖ encubren también el papel agresivo que llevan adelante contra otros medios y periodistas que no forman parte de la industria mediática al servicio de los detentadores del poder, tal como lo hizo la reportera de Globovisión, Beatriz Adrián contra la periodista de Venezolana de Televisión, Erika Ortega Sanoja que cubría la llegada de Mario Vargas Llosa a Caracas, en mayo de 2009 o las agresiones sufridas por los periodistas de Ávila TV por parte del ―cándido‖ Alberto Federico Ravell, en enero de 2009.

Los terroristas mediáticos, como parte de su campaña de desprestigio contra el presidente Chávez lo han acusado de ser antisemita. Esta operación psicológica de propaganda negra, ha sido orquestada también por el movimiento sionista internacional y el Estado de Israel, debido a que la Revolución Bolivariana ha expresado frontalmente su apoyo a Palestina, denunciando permanentemente los crímenes cometidos contra ese pueblo por parte de los sionistas, a la vez que el gobierno venezolano ha estrechado sus lazos de amistad con la República Islámica de Irán.

Asimismo se ha difamado a Chávez de llevar adelante en América Latina una carrera armamentista innecesaria, cuyo único objetivo sería mantener el dominio militar sobre los países vecinos en la región. Sobre las agresiones llevadas a cabo por el régimen uribista y por el imperialismo yanqui contra Venezuela, que incluye la instalación de siete bases norteamericanas y la activación de la cuarta flota naval gringa, además de tareas de espionaje, como se desprende de las declaraciones del ex jefe de informática del DAS (que en enero de 2010 pasará a convertirse en la Agencia Central de Inteligencia de Colombia, ACI), Rafael García y del informe Arzayús, así como las amenazas de invasión realizadas por EE.UU. contra la Patria de Bolívar, no se hace ninguna referencia o simplemente no se les da mayor importancia. De igual manera se minimiza la penetración de grupos violentos, vinculados a la oligarquía colombiana, en territorio venezolano, principalmente en el estado del Zulia.

Eva Golinger ha denunciado como el gobierno de EEUU ha impulsado la creación de grupos paramilitares en Venezuela, los mismos que cuentan con el apoyo del gobierno colombiano y de la oligarquía colombo-venezolana, los cuales además tienen como uno de sus objetivos el asesinato del presidente Chávez. En el programa ―Aló Presidente‖, celebrado el domingo 8 de noviembre de 2009, el mandatario venezolano dijo a un grupo de militares presentes en el lugar de transmisión: ―No perdamos un día en el cumplimiento de nuestra principal misión: Prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, porque es una responsabilidad de todos‖. De igual manera pidió se lleve adelante la conformación de los cuerpos de milicianos, las milicias populares. Estas declaraciones, realizadas en un contexto en el cual EE.UU. ha colocado siete bases militares en Colombia con claros propósitos ofensivos contra quienes se oponen a las políticas de Washington, fueron tergiversadas por falsimedia y el gobierno colombiano para señalar que Chávez es un guerrerista que está lanzando amenazas militares contra Colombia. El periódico español ―El País‖, publicó el 11 de noviembre de 2009 un titular en el cual dice: ―Chávez ordena al Ejército que se prepare para la guerra con Colombia‖. En otra información, este periódico, que se dice ―progresista‖, recoge las palabras del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, corrupto mandatario que mandó a disparar contra el pueblo en el año 1989 cuando el ―Caracazo‖, provocando la muerte de dos mil personas, que hoy es un prófugo de la justicia venezolana, asilado en Miami, quien califica las declaraciones de Chávez como de un ―crimen de lesa patria‖. Nadie más indicado que un opositor del gobierno bolivariano, relacionado directamente con los golpistas en abril de 2002, que para dar un criterio ―ajustado a la verdad‖ sobre lo que el presidente Chávez dijo.

Un llamado a la defensa de la soberanía, a estar preparado para salvaguardarse de un posible golpe del enemigo, fue transformado por falsimedia y los propagandistas imperialistas y de la oligarquía en una amenaza de guerra contra Colombia.

Quienes hoy atacan a Chávez, jamás podrán aceptar que los pueblos y naciones lleven a la práctica el derecho legítimo a autodefenderse frente a las agresiones del imperialismo y las oligarquías lacayas latinoamericanas.

El héroe de la Independencia de Cuba, José Martí dijo:

Es criminal quien promueve en un país la guerra que se le puede evitar; y quien deja de promover la guerra inevitable. Es criminal quien ve ir al país a un conflicto que la provocación fomenta y la desesperación favorece, y no prepara, o ayuda a preparar, el país para el conflicto. Y el crimen es mayor cuando se conoce, por la experiencia previa, que el desorden de la preparación puede acarrear la derrota del patriotismo más glorioso, o poner en la patria triunfante los gérmenes de su disolución definitiva. El que no ayuda a preparar hoy la guerra, ayuda a disolver el país. La simple creencia en la probabilidad de la guerra es ya una obligación, en quien se tenga por honrado y juicioso, de coadyuvar a que se purifique, o impedir que se malee, la guerra probable. Los fuertes prevén; los hombres de segunda mano esperan la tormenta con los brazos cruzados En su ―Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental‖, el Che dejó expresadas algunas ideas necesarias para comprender el verdadero rostro del imperialismo y las tareas que los pueblos deben llevar adelante. ―Ya que, con la amenaza de guerra, los imperialistas ejercen su chantaje sobre la humanidad, no temer la guerra, es la respuesta justa. Atacar dura e ininterrumpidamente en cada punto de confrontación, debe ser la táctica general de los pueblos‖28 expresó el ―Guerrillero heroico‖.

El Che fue un hombre que analizó profundamente la realidad concreta latinoamericana y, por ello, jamás se dejó seducir por los cantos de sirena del imperialismo. Da lo mismo quien gobierne la Casa Blanca, ya sea Bush u Obama. Ellos son sólo instrumentos que deben subordinarse al poder económico y militar yanqui, que es el que históricamente ha decidido el rumbo de la política estadounidense. Sólo quienes comparten la política del ―Águila Imperial‖ son incapaces de ver cuáles son los objetivos concretos de los EE.UU. en la región. Dividir a los pueblos y provocar la guerra entre naciones hermanas no está fuera de los planes del imperialismo yanqui para así liquidar los procesos revolucionarios latinoamericanos y apoderarse de los recursos naturales del continente. El petróleo venezolano es uno de ellos. Ya lo dijo el Che: ―En el imperialismo no se puede confiar ni tantito así‖.

La presencia militar yanqui en las islas de Aruba, Bonaire y Curazao, las mismas que se hallan bajo jurisdicción de Holanda, desde las que se estarían llevando a cabo un sinnúmero de maniobras contra Venezuela, demuestran las verdaderas intenciones del imperio sobre la Patria de Bolívar.

Otra acusación maliciosa, alejada totalmente de la realidad, que los terroristas mediáticos han disparado contra el gobierno bolivariano venezolano, es la de que el régimen del presidente Chávez persigue a sus opositores, a los cuales ha encarcelado, mientras otras y otros han tenido que salir al exilio. Para falsimedia, delincuentes, ladrones, asesinos son ―presos políticos‖, a los que han elevado a la condición de ―héroes‖, convirtiéndoles a su vez en ―víctimas‖ de la ―dictadura‖ de Chávez. Organizaciones financiadas por la USAID o por la NED, como Súmate, son las que constantemente denuncian sobre esta supuesta existencia de ―presos políticos‖ en Venezuela. Lo mismo hace la fascistoide Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica), dirigida por el agente CIA, Alfredo Peña Esclusa.

¿Quiénes son los ―presos políticos‖?

Personajes como Lázaro Forero, Henry Vivas e Iván Simonovis, responsables, junto a otros policías metropolitanos, del asesinato de varias personas en la Avenida Baralt y en Puente Llaguno el 11 de abril de 2002, día del golpe de Estado contra el presidente Chávez.

En el documental: ―Puente Llaguno-Claves de una masacre‖, dirigido por el cineasta Ángel Palacios, se desmontan las patrañas establecidas inicialmente por falsimedia, a través de las cuales se pretendió acusar de los crímenes cometidos por la Policía Metropolitana a los seguidores del presidente Hugo Chávez que se encontraban defendiéndose de los ataques de dicho cuerpo represivo y de los disparos de francotiradores, en Puente Llaguno.

Luis Alfonso Fernández, periodista de la cadena televisiva Venevisión realizó una filmación con una cámara desde un solo ángulo, desde un edificio ubicado en las inmediaciones de Puente Llaguno, de los manifestantes chavistas que se encontraban allí disparando contra los policías metropolitanos y los francotiradores que con armas de grueso calibre tirotearon a las personas que se encontraban en dicho lugar. Estas imágenes sirvieron más adelante para la materialización de un montaje mediático, cuyo propósito fue el de acusar a los partidarios del presidente Chávez del cometimiento de asesinato contra partidarios de la oposición que supuestamente habían pasado por la Avenida Baralt. El periodista, partícipe de este engaño, recibió el Premio Rey de España por su trabajo.

Mientras falsimedia aboga por los verdaderos responsables de los asesinatos cometidos el 11 de abirl de 2002, no ha hecho ninguna rectificación, ni ofrecido disculpas públicas a los defensores de Puente Llaguno Henry Atencio, Nicolás Rivera, Rafael Cabrices (fallecido), Richard Peñalver a quienes acusaron de criminales y asesinos, tal como lo hicieron con el pueblo que estaba en las calles para impedir el golpe de Estado.

Otro ―perseguido político‖, según las pirañas de la desinformación, es el ex gobernador del Zulia, Manuel Rosales, un político corrupto, prófugo de la justicia venezolana asilado en Perú, el mismo que según investigaciones llevadas a cabo por la Contraloría General de la República Bolivariana de Venezuela y el Ministerio Público, habría incurrido en el delito de enriquecimiento ilícito y, además, estaría involucrado en el intento de asesinato del presidente Hugo Chávez, conjuntamente con paramilitares colombianos.

¿Por qué falsimedia que se preocupa por estos mercenarios, delincuentes y asesinos no presta la misma atención por las personas detenidas ilegalmente en la cárcel de Guantánamo por EE.UU.? ¿Por qué la industria mediática no expresa su malestar por la decisión de Obama de no cerrar este centro de torturas creado en la administración Bush, ubicado en un pedazo de territorio usurpado a Cuba?

Las acciones llevadas a cabo por la industria mediática capitalista son actos de terrorismo cuya finalidad es poner en ejecución, en forma planificada y racional, un sinnúmero de maniobras que tienden a exaltar las pasiones bestiales de los seres humanos, para hacerles actuar en forma irracional.

El periodista Jorge Enrique Botero explica que ésta campaña mediática de terror, orquestada por falsimedia en todo el mundo, pero fundamentalmente en América Latina, tiene como otro de sus objetivos el satanizar la figura del presidente Chávez, para convertirlo en símbolo de la violencia, la agresión y la discordia.

Los propagandistas del imperialismo y la oligarquía no actúan en forma inconsciente, privados de razón. Esto debe ser resaltado, puesto que si se deja de lado en el análisis, lo que

se está aceptando es que esos grupos poderosos actúan sin un plan previamente elaborado para atacar a sus enemigos de clase.

Dialécticamente se debe comprender que los ideólogos del capitalismo responden a una razón instrumental determinada, que bajo la óptica de los pueblos que luchan por su liberación, así como por las circunstancias histórico-sociales, se vuelve totalmente irracional. Es, a decir de Hegel, la imposición de ―la razón de la sinrazón‖.

En la década de 1970 la oligarquía chilena puso en ejecución un sinnúmero de planes para desestabilizar al gobierno del presidente Salvador Allende, entre ellos los ataques permanentes por parte de los diferentes medios privados de comunicación, los cuales se constituyeron en enemigos del proceso revolucionario que se llevó a cabo en ese país, tal como hoy lo hacen Globovisión, RCTV, Venevisión, El Universal, El Nacional en Venezuela.

En Chile fue el diario El Mercurio el medio que jugó el rol más nefasto en el proceso de desestabilización del gobierno de la Unidad Popular, lo cual se evidenció el 11 de septiembre de 1973 cuando los gorilas chilenos, al mando de Pinochet, dieron un golpe de Estado y desataron una ola de crímenes contra el pueblo trabajador.

La Agencia Bolivariana de Noticias publicó el 10 de septiembre de 2009 un trabajo titulado ―Una conspiración mediática derrocó a Allende hace 36 años‖, en el cual se hace referencia a un informe de la Comisión del Senado norteamericano, presidida por el senador Frank Church, dado a conocer el 18 de diciembre de 1975, en el que se señala como la CIA realizó un sinnúmero de acciones encubiertas para llevar a cabo acciones propagandísticas contra el gobierno socialista chileno, lo cual incluía el financiamiento a partidos políticos, la realización de encuestas de opinión, reuniones con militares fascistas y publicación de diversas noticias en los diarios de la derecha chilena para manipular sobre la realidad que se vivía bajo el gobierno de la Unidad Popular.

Lo que hicieron en Chile frente a la presidencia de Salvador Allende el imperialismo, la oligarquía de ese país y sus industrias mediáticas, hoy pretenden reproducirlo en todos los países donde existen gobiernos progresistas.

La descontextualización de la realidad social que viven los pueblos es parte de la estrategia propagandística de la industria mediática para evitar que las personas puedan conocer la causalidad efectiva que generan los hechos. La realidad es fragmentada y no vista como una totalidad. De ésta manera se presentan las cosas en forma aislada, sin interrelación alguna.

La forma como los medios han informado sobre las manifestaciones que se han dado en Honduras desde el golpe de Estado, evidencia una vez más su postura maniquea y cínica.

Mientras los medios al servicio del régimen de facto se han referido en forma positiva a las manifestaciones favorables a los golpistas, mostrándolas como ejemplo de civismo, de patriotismo y de respeto a la paz y a la democracia, cuando han informado sobre las movilizaciones de masas contrarias al régimen dictatorial, han utilizado todo tipo de epítetos negativos, estereotipos y estigmatizaciones.

El Heraldo y La Prensa (diarios que pertenecen a Jorge Canahuati, empresario vinculado al golpe) desde el 28 de junio de 2009, cuando el presidente Manuel Zelaya fue secuestrado por un comando militar, para luego ser sacado del país con rumbo a Costa Rica, han publicado un sinnúmero de notas con diversos propósitos entre los que cabe señalar el silenciamiento de la protesta social, el amedrentamiento de la población y el ocultamiento de la represión. Asimismo han pretendido deslegitimar la lucha que el pueblo hondureño lleva adelante contra los golpistas.

Como parte de la estrategia para generar miedo en la población, en las televisoras al servicio de los golpistas se han entrevistado a connotados torturadores que participaron en varias acciones criminales contra el pueblo hondureño en la década de los ochenta, como es el caso de Billy Fernando Joya Améndola, personaje que fuera fundador del escuadrón militar de la muerte ―Los Cobras‖ y que hoy es asesor de seguridad del régimen de facto.

No sólo los medios al servicio de la oligarquía hondureña han mentido, sino que las principales industrias mediáticas en el mundo entero han pretendido presentar como verdaderos una infinidad de hechos que han sido desmentidos por la realidad misma, como que Zelaya había renunciado y que se produjo una sucesión presidencial legal, que la llamada ―destitución‖ se produjo porque Manuel Zelaya quería convocar a una consulta popular con el propósito de buscar una reelección presidencial, que el presidente Chávez estaría buscando que se produzcan actos de violencia para acusar al régimen de Micheletti de ser el causante de los mismos, que las FARC estarían apoyando a la resistencia hondureña, etc.

Sobre la carta apócrifa en la que supuestamente Zelaya habría renunciado, presentada por los golpistas para justificar la ―sucesión‖ presidencial, falsimedia ya no dice nada.

Las causas reales del golpe han sido ocultadas desde el inicio.

Sin embargo, han sido las declaraciones de funcionarios militares y del propio Micheletti, las que han puesto al descubierto las razones por qué las que se produjo el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya. El 5 de agosto de 2009, El Heraldo publicó una información con el titular: ―FFAA: Se detuvo al socialismo en Honduras‖, en la que se señala que se frenó ―un plan expansionista liderado por Chávez que pretendía llevar, incluso, hasta Estados Unidos un ‗socialismo disfrazado de democracia‘.‖

Preocupados más por la muerte del cantante y bailarín Michael Jackson, ícono de una sociedad podrida, que deshumaniza a las personas hasta convertirlas en fetiches, los medios minimizaron los hechos anteriores al golpe de Estado en Honduras, los cuales fueron provocados por los militares al servicio de la oligarquía y el sector empresarial opuestos al gobierno de ―Mel‖ Zelaya, el mismo que con algunas medidas había afectado los intereses de económicos de la oligarquía hondureña y de las transnacionales capitalistas, entre ellos los de las grandes empresas farmacéuticas.


Cuando se perpetró el golpe, trataron de justificar ésta acción, para lo cual se hicieron eco de las mentiras emitidas por el naciente régimen de facto a través de sus medios, cuando señalaron que la Corte de Justicia había dado la orden de la destitución y detención del presidente Zelaya. Lo que no pudieron justificar con ninguna argumentación legal, es el por qué procedieron los militares, sin orden judicial alguna, a sacar a Zelaya del país.

A lo largo de estos meses falsimedia ha pretendido deslegitimar la resistencia del pueblo hondureño contra el golpismo, convirtiéndoles en victimarios, mientras los golpistas y sus fuerzas represivas son presentados como víctimas y como defensores de la soberanía y la democracia en Honduras. De la brutal represión que ha causado ya varios muertos, detenciones ilegales y el cierre de medios de comunicación contrarios a los golpistas como Radio Globo y el Canal 36 de televisión, hacen referencia de la misma en una forma en que lo que se busca es justificar dichas acciones debido siempre a que los que provocan, incitan y ejecutan actos violentos son los opositores al golpe, según la propaganda del golpismo. Sobre el asesinato de Santos Corrales García, miembro de la Resistencia Hondureña contra el golpe, cuyo cuerpo fue encontrado sin cabeza, crimen que presuntamente habría sido cometido por miembros de la policía de ese país que le detuvo y sometió a torturas, falsimedia no ha dicho prácticamente nada.

Los muertos valen únicamente cuando la industria político-mediática los necesita para atacar a los movimientos y gobiernos revolucionarios, así no sean responsables de las muertes de las que se les acusa permanentemente, como sucede cuando se le atribuye a las FARC-EP un sinnúmero de asesinatos que nunca los han cometido.

Las declaraciones de varios funcionarios norteamericanos, así como de líderes republicanos vinculados a las mafias de la gusanera de Miami, les ha servido para sustentar sus acusaciones infundadas y maliciosas contra la resistencia hondureña y contra los gobiernos solidarios con la lucha del pueblo de Francisco Morazán. El diario La Prensa del 28 de septiembre de 2009 publicó una nota con el título: ―Regreso de Zelaya fue ‗irresponsable e idiota‘‖, basado en las declaraciones del representante alterno ante la OEA de EEUU, Lewis Amselem. Tanto El Heraldo como La Prensa han festejado la visita de la congresista norteamericana Ileana Ros-Lehtinen, conocida por sus vínculos directos con los grupos terroristas contra Cuba, personaje siniestro cuya presencia en Honduras el golpista Micheletti señaló como ―una recompensa de Dios‖. Ros-Lehtinen, ―La Loba Feroz‖, no ha escatimado en lanzar loas al régimen de facto al que ella y sus acólitos, los hermanos Díaz Balart, han presentado como modelo de gobernante, respetuoso de la democracia. El diario La Jornada publicó el 27 de noviembre de 2009 una noticia en la que expone como el periódico La Tribuna rindió homenaje a las figuras nacionales y extranjeras implicadas en el golpe:

Ellos también son héroes del intenso drama que hemos vivido, dice la pequeña nota, que acompaña a las fotos de personajes como los siguientes: los legisladores republicanos James DeMint, Ileana Ros-Lehtinen, Richard Lugar, y Mario y Lincoln Díaz-Balart; los ex presidentes Alejandro Toledo (Perú) y César Gaviria (Colombia); los mandatarios Álvaro Uribe (Colombia) y Ricardo Martinelli (Panamá); los periodistas Mary Anastasia O‘Grady (Wall Street Journal), Greta van Susteren

(cadena Fox) y Horacio Aguirre (Diario Las Américas); los analistas Álvaro Vargas Llosa y Carlos Alberto Montaner. Jorge G. Castañeda, analista y ex canciller mexicano, es el último de la larga fila de quienes el periódico hondureño presenta como luchadores por la democracia.29

Debe quedar claro que este golpe de Estado no pudo ser perpetrado sin el respaldo de los EE.UU. Días antes de que se produjera este hecho, el embajador norteamericano, Hugo Llorens se reunió con los golpistas, que le pusieron al tanto de las acciones que llevarían adelante; asimismo Llorens expresó constantemente su rechazo a la consulta que el presidente Zelaya llevaba adelante.

EE.UU. es cómplice de este golpe que ha consolidado el poder oligárquico, plutocrático y cleptocrático en Honduras. No ha habido de parte de la administración yanqui ningún interés en que Zelaya retome las riendas del gobierno. Al contrario, lo que ha hecho es dar largas al asunto y dispersar la atención de lo que sucede en ese país centroamericano, todo con el propósito de desgastar el movimiento de resistencia popular y posibilitar que la comunidad internacional reconozca las elecciones fraudulentas llevadas a cabo bajo el régimen de facto.

El portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood, ante la maniobra de ―Goriletti‖ de ―separarse‖ temporalmente del gobierno hasta la realización de las elecciones del 29 de noviembre de 2009, expresó su beneplácito, dando así un nuevo espaldarazo a los golpistas. De igual manera, el asistente del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Craig Kelly manifestó el respaldo de Washington a la realización de las votaciones. El propio Obama en carta dirigida al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ―justificó‖ su apoyo a las elecciones en Honduras, dejando en claro, una vez más, que EE.UU. no tenía como propósito, a ningún momento, lograr que Zelaya sea restituido como el legítimo mandatario de la nación centroamericana.

A pesar de que el pueblo hondureño fue víctima de amedrentamiento por parte del régimen de facto para asistir a unas elecciones ilegítimas, el periódico El Nuevo Herald publicó el 25 de noviembre de 2009 una información con el titular ―Guerra sicológica contra elecciones en Honduras‖, en la cual se acusa a quienes se oponen a los golpistas de haber amenazado a la población para que no vote.

Mientras, falsimedia ponía énfasis en señalar que las elecciones celebradas en el país centroamericano fueron llevadas con normalidad, que el proceso fue pacífico y limpio. Las cifras sobre el alto grado de abstencionismo de la población en este proceso ilegítimo no fueron presentadas, reconociendo de ésta manera las informaciones adulteradas por el Tribunal Electoral hondureño puesto al servicio del golpismo, que dio como ganador al representante del Partido Nacional, el derechista Porfirio Lobo. De la militarización y represión tampoco se expresó nada. En un análisis del periódico Hoy de Ecuador titulado ―Honduras necesita reconocimiento‖, publicado el 1 de diciembre de 2009, se califica a ese proceso fraudulento como pacífico, a la vez que se exalta la figura de Lobo. Este mismo diario en un análisis de opinión publicado el 4 de febrero de 2010 con el título: ―Fin de la crisis en Honduras‖, desconociendo los hechos acaecidos y la situación política y social que vive el pueblo hondureño y como si en ese país no hubiese existido un golpe de Estado y unas elecciones ilegítimas, continúa afirmando hechos que nada tienen que ver con la realidad, a la vez que pretende cínicamente que las personas y los colectivos sociales olviden lo sucedido allí y que se lleve a delante la ―política‖ de ―borrón y cuenta nueva‖:

El ex presidente Zelaya, en una súbita conversión desde la derecha al socialismo del siglo XXI, quiso aplicar con el apoyo del coronel Chávez y los países de la Alba la fórmula de cambiar las reglas electorales para beneficiarse con la posibilidad de la reelección inmediata, alternativa vedada de forma explícita por la Constitución hondureña. El referendo para esa finalidad fue objetado por el Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia. Este constituyó el antecedente de la destitución de Zelaya y de la acción golpista del 28 de junio, cuando el Ejército sacó del país al mandatario. La condena al golpe fue unánime por parte de la comunidad internacional. No obstante, fracasaron todas las acciones para reponer a Zelaya en la Presidencia. Sin embargo, las elecciones, con una masiva participación de los hondureños, abrieron de forma definitiva las puertas a la restauración democrática de Honduras. Tras la posesión del nuevo mandatario, la comunidad internacional ha iniciado el reconocimiento del nuevo Gobierno y, en pocas semanas, la OEA levantará la exclusión del país centroamericano. Es absurdo cerrar las puertas a un reconocimiento que se impone como fin de la crisis política de Honduras.30

Para este medio, la crisis ha llegado a su fin, mientras los militares y policías violadores de derechos humanos, asesinos del pueblo hondureño, así como el dictador Roberto Micheletti y sus compinches, gozan de total impunidad.

En Colombia, la propaganda del uribismo ha hecho lo suyo para justificar y legitimar las acciones que lleva a cabo no sólo contra la insurgencia armada, representada principalmente por las FARC-EP, sino contra todo el movimiento social revolucionario colombiano. Lo más grave en este caso es que los sectores progresistas o que fungen como tales, asumen como ciertas las acusaciones que el imperialismo y la derecha fascistoide colombiana, a través de su industria mediática, han hecho respecto de las FARC-EP. A esto además hay que añadir el hecho de que el régimen narcoparamilitar colombiano, conjuntamente con las instituciones represivas capitalistas a nivel mundial como la Interpol, ha criminalizado la solidaridad con los movimientos armados revolucionarios colombianos en cualquier lugar del mundo. La persecución contra el revolucionario dominicano, Narciso Isa Conde, los montajes y acusaciones contra los periodistas Freddy Muñoz, William Parra, Jorge Enrique Botero, la detención del académico Miguel Ángel Beltrán en México y de María Remedios García Albert en España, evidencian la existencia de un Plan Cóndor, made in Colombia.

La persecución internacional contra quienes de una u otra forma manifiestan su apoyo a la insurgencia de ese país, ha sido uno de los elementos fundamentales para quitarle respaldo a

la insurgencia colombiana, trampa en la que han caído ciertos gobiernos progresistas de la región llegando incluso a realizar tareas conjuntas para perseguir, encarcelar, deportar y combatir a los combatientes revolucionarios de ese país.

La política exterior del uribismo ha obtenido triunfos claros en este sentido, puesto que a más de dar la imagen de terroristas a las FARC-EP, también ha impedido, a través de sus maniobras diplomáticas, que se les reconozca el estatus de beligerancia.

La beligerancia ―es un estatuto jurídico político propio del derecho internacional público que le puede ser reconocido a una organización alzada en armas contra un Estado‖.31 Juan Guillermo Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón dicen:

En el fondo, no hay duda sobre el hecho de que la discusión sobre la beligerancia es de carácter político. Los que no aceptan su reconocimiento basados en argumentos de tipo jurídico, finalmente pretenden evitar a toda costa que se le conceda carácter político internacional a esta organización insurgente, pues implicaría la conquista de una mayor legitimidad y por lo tanto, una considerable elevación del costo de la negociación política del conflicto armado para el Estado colombiano. 32

Preocupa como incluso los regímenes ―progresistas‖ ponen por encima de las relaciones políticas que deben desarrollarse con los colectivos sociales y sus organizaciones populares a las relaciones diplomáticas entre estados, para lo cual han hecho declaraciones públicas en diversos espacios contra la insurgencia a la que, sin caer en cuenta en la estrategia propagandística llevada a cabo por el régimen colombiano, terminan acusando, sin ninguna reflexión e investigación propia, de las mismas inculpaciones emitidas por la Casa de Nariño y la industria mediática al servicio de la oligarquía colombiana. Secuestradores, extorsionadores, narcotraficantes son algunas de las imputaciones que se repiten permanentemente contra las FARC-EP por los ideólogos del imperialismo y la burguesía, así como por algunas y algunos personajes que dicen representar un pensamiento progresista, de izquierda. En este sentido, las declaraciones equivocadas de José Saramago, un ―comunista hormonal‖, contra la insurgencia colombiana, han constituido un espaldarazo a la política del uribismo.

El periódico El Espectador publicó el 21 de febrero de 2009 una entrevista al escritor portugués en la que dice:

Que si el secuestro y la muerte son los métodos para cambiar la sociedad, las Farc no nos ofrecen más que lo que el poder ha venido haciendo siempre, a lo largo de la historia: ejercer fuerza contra los débiles. Actuar como en las guerras medievales, como en todas las guerras, en las que mueren los soldados rasos de un lado y otro y arrasan por donde van pasando, no es ninguna buena señal de futuro. Con esta base,

¿qué garantía de respeto por el ser humano presentan? Si en el futuro tuvieran capacidad para gobernar el Estado, ¿lo harían manteniendo el secuestro y la muerte como línea de actuación? ¿Para eso es necesaria una revolución? ¿No es eso lo que el poder hace en tantos lugares del mundo? ¿No actúan de forma tan criminal como Bush? ¿Qué diferencia hay entre los secuestros de Guantánamo, las guerras preventivas contra Irak, las torturas de las cárceles secretas y lo que ellos hacen? ¿Que unos son estado y otros grupos militarizados? A los muertos, secuestrados y arrasados, ¿cómo se les explica que uno es terrorismo de estado y otro terrorismo revolucionario? Yo no puedo.33

La realidad de los hechos desmiente cada una de las aseveraciones hechas por el imperialismo, la oligarquía santanderista colombiana y estos intelectuales ―progre‖.

El caso más significativo es el de la colombo-francesa Ingrid Betancourt, la misma que fue hecha prisionera por las FARC-EP en el año 2002, para luego de una traición cometida por dos comandantes de esa organización fugarse junto a otros prisioneros, entre ellos tres agentes de inteligencia norteamericanos, el 2 de julio de 2008. Varias mentiras giraron en torno a las condiciones por las cuales atravesó Ingrid en manos de las FARC-EP, situación que se hizo más latente cuando fueron interceptadas unas fotografías de la política colombiana, las mismas que fueron utilizadas por la inteligencia de ese país y los medios para dar la idea de que Ingrid estaba al borde del colapso. En ese momento se dijo que ella estaba con hepatitis b crónica y, en general, que sufría un deterioro total de su salud, lo cual le podía conducir a la muerte. Sin embargo, Ingrid salió en perfecto estado y al someterse a unos exámenes en un hospital francés se confirmaron las falsedades tejidas sobre su situación.

El comandante de las FARC-EP, Jesús Santrich expresó:

Creo que es muchísima la gente que debe recordar las ―descarnadas imágenes‖ de Íngrand y otros retenidos en manos de las FARC, ―sin ánimos de vivir, diezmados en su salud y sin fuerzas siquiera para reprochar o exigir algo a sus captores y al gobierno‖. Y muy frescas deben estar aún en la memoria porque, precisamente, era ese su propósito: el de la permanencia como retratos que pudieran suscitar una trama mediática de presión y de adversidad para la guerrilla, muy bien elaborada a partir del convencimiento absoluto en sus actores sobre que la insurgencia, por razón de sus propios principios y normas, así algunos prisioneros se condujeran de manera provocadora, nunca procedería contra ninguno, y que más bien en determinado momento vendría la libertad. De tal suerte que de entre los capturados no faltaron los que desataron ciertos comportamientos encaminados a manipular, o impactar conciencias y a generar conmiseración hacia los cautivos en la selva y rechazo hacia sus captores.

Ciertamente las condiciones de ninguna persona que esté privada de su libertad deben ser de regocijo para nadie; pero, sin duda no eran las de Íngrand, y sus compañeros de reclusión, circunstancias que tuvieran la adversidad que se pretendía propagandizar por parte del Estado Mayor de los contingentes mediáticos que contaron con las excelentes capacidades histriónicas de la reina del fingimiento (la reine de la simulation).34

Los medios han guardado silencio sobre la abierta postura de Ingrid Betancourt en defensa de la política de ―Seguridad Democrática‖ llevada a cabo por la administración uribista. La política colombiana, entre besos y abrazos con criminales como Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa de Colombia, Mario Montoya, ex Comandante del Ejército colombiano y el propio Álvaro Uribe, lanzaba vivas por un ejército que ha sido responsable, conjuntamente con los paramilitares, del asesinato de miles de campesinos en el hermano país. De igual manera, en una gira internacional por América Latina, la ex candidata presidencial se convirtió en vocera de Uribe, llegando a justificar el ataque lanzado contra territorio del Ecuador, el 1 de marzo de 2008, en el cual murió el comandante de las FARC-EP, Raúl Reyes y otras 25 personas, entre ellas el ciudadano ecuatoriano Franklin Aisalla.

Igual parodia han pretendido hacer los medios sobre las condiciones del Coronel Luis Mendieta Ovalle, quien a través de una misiva describió su situación como algo terrible y de haber sufrido una enfermedad que le impidió caminar, por lo cual debía arrastrarse por el barro para realizar sus necesidades. En la misma carta de Mendieta se desprende las falsedades sobre el trato dado por los guerrilleros a su persona.

Dice Jesús Santrich:

En su misma nota en la que relata las circunstancias de crueldad en que lo mantienen sus captores, explica que varios secuestrados, entre ellos Ingrid Betancourt, tuvieron que ser trasladados en hamaca durante largas caminatas por la selva. ¡Qué ―inhumanidad‖ la de esos guerrilleros que los atropellaron echándolos en hamacas sobre sus propios hombros! ¿Verdad?

Al pan, pan y al vino vino, señores. Mucho lloriqueo y farsa hay, a veces, de parte de quienes reciben el mejor trato posible en las condiciones del cautiverio. LAS FARC-EP NO TIENEN NI TENDRÁN en el desenvolvimiento de la resistencia y lucha de emancipación, el historial de crueldad que en cuanto al trato a prisioneros, pretenden establecer sus enemigos. Lo que sí existen son evidencias de la forma como se manipula información falsa para desprestigiar en este campo a la insurgencia. Caso concreto, por ejemplo, es el de doña Ingrid Betancur, aquella histriónica mujer que estaba a punto de morir de hepatitis C e inanición en la ―selva hostil‖ en que la mantenía la guerrilla. En el momento de su libertad el mundo entero pudo observar que estaba más sana que cualquier persona de nuestro hambreado pueblo sufrido Ante la presentación de pruebas de vida de otros prisioneros en manos de las FARC-EP, los medios y sus propagandistas inmediatamente manifestaron su ―indignación‖ frente a la situación en la que se hallaban en manos de sus captores. La Fiscalía colombiana señaló que acusará a la cúpula de las FARC-EP por tortura.

Lo que hay que señalar, más allá de las condiciones duras que implican el estar como prisionero varios años y en medio de las difíciles circunstancias que se viven en la selva, es que ninguno de los prisioneros que han sido liberados ha podido demostrar que las FARC-EP haya utilizado la tortura contra los detenidos en su poder. Incluso el senador Alan Jara, tras su liberación, realizó declaraciones en las cuales exponía una situación diferente a la presentada por la industria mediática, ante lo cual falsimedia dio su ―diagnosticó‖: que él sufría del síndrome de Estocolmo.

En la revista Resistencia Internacional, FARC-EP, de junio de 2009, se exponen algunas citas sacadas de libros realizados por personas que fueron prisioneras de ésta organización revolucionaria y que demuestran su ―crueldad‖:

Fuera de cautiverio” (Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes)

Aun estaba cubierto de sangre y uno de los guerrilleros llegó a mí con una taza llena de agua y empezó a enjuagar mi cabeza y mi cara. P. 45.

Agaché mi cabeza, pensativo (….) entonces él hizo algo inesperado, Uriel alcanzó su mochila y sacó una manta. Marc y Tom se calmaron esta vez, y Uriel llevó la manta y gentilmente la envolvió alrededor de ellos como una madre arropando a su hijo. Después de ver eso no sabía que pensar: estaba en medio del infierno rodeado por un grupo de gente quienes estaban intimidándonos como animales y que podrían matarme en cualquier momento. Repentinamente este hombre hace algo como esto, todo parecía una gran contradicción. P. 47.

Cautiva” (Clara Rojas)

Tuvimos dos comidas muy especiales. Una fue el 8 de diciembre del 2007, cuando nos entregaron a cada uno medio pollo asado, lo cual en plena selva es un verdadero manjar. También prepararon natilla y masato, elaborado con panela y arroz. En otro momento, no recuerdo bien el día, pero fue cercano a mi liberación, nos sirvieron una lechona al horno y un cerdo de monte, llamado cajuche en la selva, con yuca. En ambas ocasiones las porciones eran tan grandes que no pude terminarlas y me alcanzaron para más de una comida. P. 119. 36

La propaganda del imperialismo y de la oligarquía colombiana tienen como propósito, logrado en cierta medida gracias a los procesos de manipulación y alienación, así como a través del uso de tecnologías de punta para difundir sus mensajes y técnicas especializadas para engañar a la población, crear una imagen totalmente negativa de las FARC-EP. Solamente basta recordar el caso del collar bomba colocado a la señora Elvia Cortez, a la que le volaron la cabeza luego de hacer explotar el artefacto, hecho que se atribuyó a la organización revolucionaria. Las investigaciones demostraron que las FARC-EP no cometieron ese crimen, pero falsimedia, hasta ahora, no ha sido capaz de presentar una rectificación que, más allá de las posturas ideológicas que representan, constituye una obligación ética de las y los periodistas.

La industria mediática constantemente se presenta como plural e imparcial, incluso siempre en disposición a publicar las dos caras de una historia. Esto sucede en determinadas circunstancias, cuando lo que muestran no afecta a la institucionalidad del sistema. Pero cuando este orden se ve afectado, prefieren mantener silencio. Así, cuando se plantea discutir

y analizar sobre la situación de los más de 7.200 presos políticos que guardan prisión en las cárceles del Estado colombiano, bajo condiciones infrahumanas, sometidos constantemente a vejaciones y torturas, mantienen un silencio cómplice. Mucho menos dicen algo sobre la situación de los prisioneros políticos en manos del imperialismo norteamericano, como es el caso de Simón Trinidad, a quien pese a todo tipo de maniobras legales no pudieron probarle su participación en delitos de narcotráfico, para terminar condenándolo a 60 años de prisión por secuestro, lo cual es otro ejemplo de las barbaridades jurídicas del sistema judicial norteamericano.

La imagen negativa fabricada sobre las FARC-EP, además busca quitar el apoyo de las personas, que por diversas razones lo han hecho en distintos lugares del mundo, a ésta organización insurgente. Esto se ha hecho evidente con la realización de diversas marchas contra las FARC-EP en varias ciudades del mundo, el pasado mes de marzo de 2008, cuya convocatoria original se hizo a través de la red de Facebook y que contó con el respaldo del gobierno de Álvaro Uribe. A través de estas movilizaciones, los medios no sólo de Colombia, sino de otros países, han querido mostrar que toda la nación rechaza absolutamente a la insurgencia colombiana. Falsimedia ocultó la presencia de grupos neonazis en las marchas que tuvieron lugar en la ciudad de Bogotá en ese día. ―¡No al comunismo! No más Chávez, no más FARC‖, eran sus consignas.

Las causas que originaron el conflicto colombiano hace ya más de cincuenta años, la violencia institucional del Estado comandado hoy por el gobierno del narcoparamilitar de Uribe y sus generales que, en aplicación de la política de Seguridad Democrática, asesinan a campesinos, para luego hacerles pasar como guerrilleros y así obtener réditos de todo tipo, la intervención gringa en el conflicto, puesta en mayor evidencia hoy debido al acuerdo militar firmado con el régimen de Obama para instalar siete bases militares de EE.UU. en territorio colombiano, los asesinatos cometidos por los paramilitares al servicio de la oligarquía santanderista, no son dignos de ser investigados o expuestos en los medios tal y como se lo hace con cada una de las acciones que se le atribuyen a las FARC-EP, sean reales o no. De igual manera, sobre el respaldo popular a la insurgencia, sobre todo del campesinado, no expresan una sola palabra.

En Colombia la realidad confirma, como lo ha denunciado en reiteradas oportunidades el periodista Dick Emanuelson, la relación estrecha que existe entre el aparato de inteligencia de ese país, el paramilitarismo, los medios y las y los periodistas a su servicio. Y son ellas y ellos los que, en unidad de acción, construyen la noticia en Colombia

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