LA PALABRA COMBATIENTE
A las aguerridas voces y sentimientos de los
poetas rebeldes de Nuestra América
Rompiendo un cerco de silencio
calzadas sus botas guerrilleras
hechas de audaces verbos combativos
la palabra del pueblo se subleva:
un escuadrón
de gallardos sustantivos
toma la vanguardia
abriéndose paso
con su fusilería de aceradas metáforas
que disparan versos sencillos:
abatida, una tromba de mentiras cae
pero al cesar la polvareda
de apariencias
que quedó
tras la primera brava escaramuza
un comando de farsas sustantivadas
con la triste característica
de la infamia
avanza rastrero
guiando calumnias
que buscan matar la rima
del poético estruendo
del ataque pleno;
pero con brío los morfemas
reacomodan posiciones
y como libre verso
que sortea los esquemas rítmicos
embistiendo de nuevo
con sus imágenes
y cadencias fónicas
que aprovechan
«una noche,
una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de
música de alas»
salen airosos.
Algunos embustes camuflados
que resultan ilesos
porfían avanzando por el flanco
que cubren los versos blancos que
aunque atentos
musitan
«así que amando me deleito, y hallo
que no es locura este deleite mío…»
mientras abren fuego
contra el enemigo
que al mismo tiempo cae
en las enredaderas mortales
de conceptos que liberan
disfrazados de acertijos.
Cuando todo parece resuelto
montada sobre la infamia
a galope la injuria viene
conduciendo afrentas
en un orden de jerga
de traidores.
Los gerundios aguaitando
con los participios emboscados
montan un minado
de acentos precisos
prosódicos y ortográficos
coordinando con estructuras
de disímiles discursos
y arengas de épica verba…;
sinalefas
diptongos y triptongos
hiatos fedayines
acompañan el asalto
de la aguerrida composición
de admirable glosario
sin erratas.
Entre vocales y consonantes
acorazadas con el sentido
de la oración de aguerrido predicado
como pronombre está el decoro
en abstracto
clandestino
fortaleciendo la trinchera
que es un poema de amor
para los hombres
desde donde
asoman vocablos
de Miguel Hernández
vueltos «Viento de pueblo»;
y gritando…
gritando
también
están las voces de Alberti
con cara de elegía:
«¡Con los zapatos puestos tengo que morir!»
Con hiperbólica descarga,
entonces
revienta la cabeza de emboscada
con frases propias
del «Canto General»
y de los artelianos
«Poemas con botas y banderas»,
rematando la gesta
con la tromba jubilosa
de la incandescente verba paisa de Herrera Torres
Fernando Rendón
y Gabriel Jaime.
Y luego de un punto y aparte
un aislado monema justiciero
herido en su semántica
busca refugio en su familia léxica
para reiniciarse
como una derivación apreciativa:
entre afijos
prefijos
y sufijos
busca adecuaciones
y sale convertido en cañón
que dispara categorías
…y cuando la interrogación pregunta
¿qué hacer?
la voz de la experiencia
se apertrecha de adverbios y dice:
ciertamente
ahora o nunca
todo o nada
hacia allá
rumbo a la utopía;
pero una camarilla
de epítetos peligrosos
aun acecha
semioculta en un entre paréntesis
levantado en lo alto
de una catilinaria
hecha de frases en forma de sofisma
pero la legión artillera
de los pronombres personales
que acompañan la dicción
más sencilla del lenguaje
popular en ofensiva
vestido además
con dialectos indianos
naturales
curados de toda banalidad
empuñando por lanzas
argumentos de la épica araucana
animados por las voces onomatopéyicas
de tamboras bantúes
se abalanzan rápidamente
haciéndose acompañar
de las solas breves pausas de las comas
tomando un ímpetu exclamativo
de increpante andar
que aplasta
la alocución falsaria
casi de manera definitiva.
Un punto y coma
que aparece
con una pequeña ración
de descanso adicional
ayuda a preparar el terreno
para lanzar un pleonasmo necesario
que lleva por carga explosiva la reiteración de la verdad
reforzada ahora sí
con partículas esenciales
de retórica
en la que prima el polisíndeton
en explosiva mezcla
con otros tropos
reiterantes de la determinación
rebelde de la palabra.
Un poco inquietas las paradojas adversarias
intentan confundir el raciocinio plasmado
en las tesis que plantea la rebelión
de cada verbo proferido con voz de pueblo;
pero
los juicios antitéticos
contraatacan
poniendo en juego
un oxímoron
cuyo silencio elocuente
hace presagiar
que lo que se anuncia
es la embestida
de un axioma concluyente.
Entonces,
sin contar con eufemismos
ni lítotes
porque la guerra es a muerte
un sinestésico ambiente
de soledad sonora
por los ecos
que aun dejan los epítetos
en fuga
y la burla de las ironías
las sátiras y demás conceptos
que hacen junta con calambures y paragoges
para representar la parodia
del «heroísmo» que defecan
en cada artificio las mentiras
y con una fuerza ilocucionaria inconfundible
de todas las familias lingüísticas
arribaron las palabras
de pueblos antiguos y nuevos
fluyendo en semántico
sentido de justicia y libertad.
El axioma pueblo concluye
sin punto final
que si la meta es la utopía
hacer posible lo imposible
es el imperativo
que marca la historia
donde el logos
es el pueblo
en pos de libertad...
CUANDO LLEGUE LA PAZ
SOSPECHO QUE AMAREMOS DIFERENTE.
Cuando llegue la paz
sospecho que amaremos diferente:
habremos desarraigado el rencor
y en las fértiles parcelas
de los corazones
de los hombre libres del egoísmo
haremos la siembra nueva
del amor genuino
que da por frutos
libertad que no marchita.
Nuestro amor será
la mezcla necesaria
de la pasión y la razón...;
pasión para entregarse
y razón para saberse de todos
y no de sí ni de ninguno;
razón y pasión
para ser pensamiento y fuego
que destruya y reconstruya;
que destroce
las estrechas medidas
del 90, 60, 90,
rompiendo el cerco
de las veleidades
que aprisionan
las sublimes posibilidades
de amar más
por lo que se es en la conciencia
que por lo que se aparenta
en los formatos
de cada humano maniquí cosificado...
Construiremos el amor
que se levante
sin esquemas de pasarela...,
que se enloquezca
con locura de gritar
por ti yo muero
si te veo
en las infinitas dimensiones
del sembrador de la justicia;
si te veo hacedora de surcos
de dignidad,
si te siento labradora
de pasos de libertad...
Te amaré obrera,
te amaré campesina...;
te amaría
entre el calor de los andrajos
que te resten como última riqueza
después de entregarlo todo,
porque vuelta pueblo
seas sacrificio por los demás...;
y te buscaría
en el calor de tu ser de amiga
y en el fervor
de tu llama de compañera...,
y en el candor de tu humildad sincera
y en la incandescencia
de tu fuerza guerrillera,
para decirte
que en tu solidaridad
me sobraría la tersura y la ternura
que necesito
para jamás y nunca
dejar tu todo justiciero
porque le llegare a faltar
el brillo lozano de la juventud,
que aunque bello y tierno
vale menos que tu entrega rebelde,
mi mujer amada,
mi compañera,
mi guerrillera.
PINTOR DE ILUSIONES
Untaré mis pinceles
de benditos sueños guerrilleros
para pintar de amor el universo:
al viento lo teñiré de paz,
y de límpida libertad
los rincones extensos de los cielos;
voy a entintar de hermandad
cada punto de la tierra,
y a la mar gigante
de esperanzas justicieras.
Y así,
con el prístino espectro
de la humana unión sin egoísmo,
imaginaré la colorida fiesta
del comunismo.
CONFESIÓN SEGUNDA
Me confieso
en el nombre de las cosas,
de las extrañas cosas de las cosas,
de las enormes cosas de las cosas,
de las conocidas cosas
de las cosas...
En el nombre
de su extensión y profundidad
que es reflejo concreto
de la complejidad del universo;
es decir,
en el nombre
de las apreciadas, de las odiadas,
de las efímeras
y de las eternas cosas
de las cosas...
En el nombre
de esas simplezas aparentes
en las que se entretiene
cada segmento
de la atención inquieta de la vida,
arrebatándoles espacios y momentos
que se tornan en conocimiento
de cada historia
de las causas profundas,
eficientes y suficientes...,
de los hechos presentes,
pasados,
ciertos y trascendentes
que han encontrado
residencia en la realidad
También me confieso
en el nombre de las razones causales
y sus consecuencias.
Y en el nombre
del acto motriz de las casualidades
imprudentes o pertinentes;
y, en fin...,
lo repito:
me confieso en el nombre
de las sencillas
y de las complejas cosas
de las cosas...;
y en especial,
por sobre todas las cosas
de las cosas...,
yo confieso en el nombre
de los más profundos
y puros sentimientos
de amor al pueblo
que mi mente no alberga
como pensamiento primero
cosa diferente
a la irrenunciable lucha
por la emancipación de los oprimidos.
MI ÚLTIMO JURAMENTO
Y mi último juramento
será esperarte...,
al final de cada marcha en la montaña
y al comienzo
de cada huella de mi andar,
colmado de lluvia o ardiente de sol,
bajo el manto de la aurora
o el ocaso de los días...,
en el más cálido rincón
de mi cambuche de macanas,
colchado para ti
con helechos y vijaos,
con caricias y resuellos,
con mis besos más ardientes,
con recónditos anhelos
de pasiones sin fronteras.
Te estaré esperando
metido entre el rastrojo
o detrás de los maizales,
...a orillas de los caños,
y quizás entre helechales;
...en los filos más lejanos
del paraje macondiano,
o en el páramo enmusgado
que se duerme entre la niebla.
Te estaré esperando...,
con mis botas
cansadas entre el barro,
con tu nombre grabado
en mi fusil guerrero,
justiciero...;
con tus cabellos de ensueño
dibujando mi nombre
sobre el verde olivo
de mi equipo montañero;
contigo en mi mente
y en mis deseos.
Te estaré esperando en el reposo
o en el combate,
y ya de pronto en la agonía
y...,
más aún,
en las penumbras mismas
de la muerte,
con infinito amor enraizado
en mi alma rebelde guerrillera.
Te estaré esperando...,
te estaré esperando;
simplemente te estaré esperando:
ahí perseveraré sin dudas
aunque no te encuentre.
Pero si por fin llegares,
con más pasión que nunca,
te extenderé los brazos del alma,
y buscaré un rincón oculto
entre cayenas,
donde te llevaré a amarnos
en un cambuche de ensueños,
sobre la manta de leyendas
de un indio hechicero,
en la que regaremos juntos
nuestra sublime siembra,
con el rocío fresco
que resbale del maquenque.
POR ESA VERDADERA AMISTAD
A cada campesino que nos refugia
en el calor de su solidaridad
Por esa verdadera amistad
que se advierte
en la solidaridad de tus acciones
palpita mi corazón
de regocijo
¡campesino hermano!
compañero.
Con las manos de tu fe
le entregas al mundo
el susurro
del maizal maduro
con la sola recompensa
del beso
que te da la brisa
con sus labios de crepúsculo
y aurora.
Estas lecturas definitivamente llenan de conciencia, de ganas de luchar hasta que se agote el último de los latidos del corazón revolucionario, lleno de Patria, colmado de sueños revolucionarios y de luchas por encontrar un sociedad más justa, que sí es posible, que la estamos construyendo. Vivan los pueblos heroicos que luchan por ser libres, que luchan y construyen el Socialismo. Hasta la victoria Siempre.. Un abrazo fraterno a quienes comparten la lucha revolucionaria. Douquijote
ResponderEliminarDisfruto de su blog. Sus comentarios son muy enriquecedores, a la idea revolucionaria. Nuestra conciencia necesita cada dia el alimento de la palabra. La palabra veraz, llena de sabiduria, amor, libertar, certeza. Fortalecidos cada dia, avanzaremos hacia la verdadera emancipaciòn d los pueblos. Viva Latinoamerica unida y soberana. Seguimos venciendo.
ResponderEliminarPaolaAndina.