martes, 25 de mayo de 2010
Desmoralizado pide la baja el general Padilla y perseguido por las almas de Soacha
ANNCOL
Toda Colombia recuerda desde el inicio de su gobierno a Uribe Vélez, exigiéndoles a los gritos a los Militares bajo su mando directo, resultados operacionales positivos: “El que no muestre resultados se va”. Y para que hubiera mayor motivación, el comandante supremo de todas las Fuerzas militares de Colombia general Padilla de León, junto con el Ministro de Defensa reglamentaron las recompensas y premios que desde hacía muchos años se venían dando en silencio por los comandantes de cada batallón. El resultado fue la Legalización de los crímenes de Estado de jóvenes presentados como “guerrilleros dados de baja en heroicos y cruentos combates”, que Juan Manuel Santos con ayuda de la falsimedia de su propiedad y el aparato de Propaganda del régimen trivializaron y minimizaron llamándolos Falsos Positivos.
La opinión pública mundial civilizada, empezó a ver horrorizada la serie de escándalos sobre el Terror del Estado en Colombia que diariamente aparecían y se multiplicaban por las denuncias de las madres de los muchachos desaparecidos fusilados, y a presionar. Entonces la mal llamada justicia Colombiana tuvo que actuar, iniciando algunas investigaciones “exhaustivas” que luego absolvió dejando a la mayoría de investigados en libertad. El escándalo aumentó y la Corte Penal Internacional advirtió que de no hacerse justicia en Colombia ellos actuarían. Las denuncias y la presión internacionales aumentaron y crímenes horrorosos de lesa humanidad como los del Palacio de Justicia de 1985, ocurrido durante el gobierno de Betancur y silenciado por la cómplice Noemí Sanín, se tuvieron que reabrir.
El general Valencia Tovar, quien con el tristemente célebre general Ruiz Novoa iniciaron el Terrorismo de Estado en Colombia después de su llegada de la guerra gringa contra el Pueblo coreano, alarmado reunió a todos sus aventajados alumnos retirados agrupados en el gremio ACORE, y como siempre volvió a repetirles el sermón vacío sobre la Impunidad que lo ha acompañado desde hace 60 años: “Hay que ganar también la guerra Jurídica. Los militares no se pueden dejar maniatar por jueces al servicio de la subversión.”
El 13 de Mayo, día de la patrona del Ejército Nacional de Colombia, su más heroicos y sanguinarios ex comandantes como Harold Bedoya, Mora Rangel, Samudio, Castellanos, y la momia Valencia Tovar (solo faltó “Montoyita” quien no pudo venir por estar en la embajada de la república dominicana), hicieron pública su frontal oposición a la “Guerra Jurídica” que libra la Justicia contra ellos, y rechazaron la supresión del “Fuero” que impide a los militares ser juzgados por jueces civiles, argumentando que esto era lo que había echado al suelo la moral de las tropas.
En ningún momento se les ocurrió pensar a estos aventajados oficiales, formados todos en la Escuela gringa de la Américas, que después de 60 años de haber recibido toda la ayuda gringa posible y de no haberlos podido exterminar militarmente, han sido los continuos y contundentes golpes militares dados por los guerrilleros en todo el territorio colombiano, los que finalmente han minado y derrumbado la moral de sus soldados.
Hoy el otro héroe “Nacional” general Padilla de León, en medio de sórdidas peleas intestinas dentro del ejército, desmoralizado por la falta de resultados operacionales positivos, sin haber ganado la batalla por la legitimidad que prometió al sellar su alianza militarista y ponerse al servicio de la mafia Uribista, y con unas fuerzas guerrilleras que lejos de estar muriéndose de hambre y en desbandada como lo aseguraba todos los días por la falsimedia, sino intactas y resistiendo combativamente la gran ofensiva fascista y gringa; debe dimitir para salir a buscar una embajada que lo salve de la Justicia internacional.
ANNCOL llama a la opinión pública internacional y a todos los demócratas del mundo, a denunciar esta maniobra desesperada de la cúpula fascista colombiana y a intensificar la denuncia mundial contra el responsable directo de los falsos positivos del Terror del Estado en Colombia, también coautor con Uribe y Juan Manuel Santos, del crimen internacional del bombardeo al Ecuador.
Cobarde hijo de puta.
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