LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

martes, 10 de septiembre de 2013

Stalin sobre el Imperialismo


J.V.Stalin
El leninismo se desarrolló y se formó bajo el imperialismo, cuando las contradicciones del capitalismo habían llegado ya a su grado extremo, cuando la revolución proletaria se había convertido ya en una cuestión de la actividad práctica inmediata, cuando el antiguo período de preparación de la clase obrera para la revolución había llegado a su tope, cediendo lugar a un nuevo período, al período de asalto directo del capitalismo.
Lenin llamó al imperialismo "capitalismo agonizante". ¿Por qué? Porque el imperialismo lleva las contradicciones del capitalismo a su último límite, a su grado extremo, más allá del cual empieza la revolución. Entre estas contradicciones, hay tres que deben ser consideradas como las más importantes.
La primera contradicción es la existente entre el trabajo y el capital. El imperialismo es la omnipotencia de los trusts y de los sindicatos monopolistas, de los bancos y de la oligarquía financiera de los países industriales. En la lucha contra esta fuerza omnipotente, los métodos habituales de la clase obrera -los sindicatos y las cooperativas, los partidos parlamentarios y la lucha parlamentaria resultan absolutamente insuficientes. Una de dos: u os entregáis a merced del capital, vegetáis a la antigua y os hundís cada vez más, o empuñáis un arma nueva: así plantea la cuestión el imperialismo a las masas de millones de proletarios. El imperialismo lleva a la clase obrera al umbral de la revolución.
La segunda contradicción es la existente entre los distintos grupos financieros y las distintas potencias imperialistas en su lucha por las fuentes de materias primas, por territorios ajenos. El imperialismo es la exportación de capitales a las fuentes de materias primas, la lucha furiosa por la posesión monopolista de estas fuentes, la lucha por un nuevo reparto del mundo ya repartido, lucha mantenida con particular encarnizamiento por los nuevos grupos financieros y por las nuevas potencias, que buscan "un lugar bajo el sol", contra los viejos grupos y las viejas potencias, tenazmente aferrados a sus conquistas. La particularidad de esta lucha furiosa entre los distintos grupos de capitalistas es que entraña como elemento inevitable las guerras imperialistas, guerras por la conquista de territorios ajenos. Esta circunstancia tiene, a su vez, la particularidad de que lleva al mutuo debilitamiento de los imperialistas, quebranta las posiciones del capitalismo en general, aproxima el momento de la revolución proletaria y hace de esta revolución una necesidad práctica.
La tercera contradicción es la existente entre un puñado de naciones "civilizadas" dominantes y centenares de millones de hombres de las colonias y de los países dependientes. El imperialismo es la explotación más descarada y la opresión más inhumana de centenares de millones de habitantes de las inmensas colonias y países dependientes. Extraer superbeneficios: tal es el objetivo de esta explotación y de esta opresión. Pero, al explotar a esos países, el imperialismo se ve obligado a construir en ellos ferrocarriles, fábricas, centros industriales y comerciales. La aparición de la clase de los proletarios, la formación de una intelectualidad del país, el despertar de la conciencia nacional y el incremento del movimiento de liberación son resultados inevitables de esta "política". El incremento del movimiento revolucionario en todas las colonias y en todos los países dependientes, sin excepción, lo evidencia de modo palmario. Esta circunstancia es importante para el proletariado, porque mina de raíz las posiciones del capitalismo, convirtiendo a las colonias y a los países dependientes, de reservas del imperialismo, en reservas de la revolución proletaria.
Tales son, en términos generales, las contradicciones principales del imperialismo, que han convertido el antiguo capitalismo "floreciente" en capitalismo agonizante.
La importancia de la guerra imperialista desencadenada hace diez años estriba, entre otras cosas, en que juntó en un haz todas estas contradicciones y las arrojó sobre la balanza, acelerando y facilitando con ello las batallas revolucionarias del proletariado.
Dicho en otros términos: el imperialismo no sólo ha hecho que la revolución sea prácticamente inevitable, sino que se hayan creado las condiciones favorables para el asalto directo a la fortaleza del capitalismo.