LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

Canciones de Combate

jueves, 29 de septiembre de 2011

ISRAEL Y LA OCUPACIÓN DE LAS TIERRAS PALESTINA



Escrito por: RALPH SCHOENMAN

Conviene captar el alcance de esa política asesina y sus consecuencias. En el territorio ocupado por Israel después de la partición había unos 950.0000 árabes palestinos. Habitaban unos 500 pueblos y todas las grandes ciudades, entre ellas Tiberíades, Safed, Nazaret, Shafa Amr, Acre, Haifa, Yaffa, Lidda, Ramle, Jerusalén, Majdal (Ashquelon), Isdud (Ashdod) y Beersheba.

Al cabo de menos de seis meses quedaban sólo 138.000 personas. (Se dan cifras que oscilan entre las 130.000 y las 165.000). La gran mayoría de palestinos habían sido asesinados, expulsados por la fuerza o habían huido aterrorizados ante las bandas asesinas de las unidades del ejército israelí.

Habiendo eliminado de este modo a la mayor parte de los habitantes palestinos de Palestina, el gobierno israelí emprendió la destrucción sistemática de sus casas y posesiones. Cerca de cuatrocientos pueblos y ciudades fueron arrasados en 1948 y 1949.

En 1950 les siguieron otros.


Israel Shanak, Presidente de la Liga Israelí de Derechos Humanos y Cívicos, elaboró el cuadro de la página siguiente:

Pueblos Árabes destruidos en Israel

Shahak subraya que esta documentada lista es incompleta porque es imposible encontrar en ella a numerosas comunidades árabes y “tribus”. Por ejemplo, los datos oficiales israelíes caracterizan a cuarenta y cuatro aldeas y pueblos beduinos como “tribus” para reducir, encogiendo el censo, el número de comunidades palestinas permanentes.

Moshe Dayan no tuvo pelos en la lengua al resumir la naturaleza de la colonización sionista ante los estudiantes del Instituto de Tecnología de Israel (El Techniyon): «Vinimos aquí, a un país que estaba poblado por árabes, y estamos construyendo aquí un estado hebreo, judío. En lugar de pueblos árabes, hemos levantado pueblos judíos. Ni siquiera sabéis los nombres de esos pueblos, y no os lo reprocho, porque esos libros de geografía ya no existen. Ni los libros ni los pueblos existen tampoco «Nahalal se levantó en el lugar que ocupaba Mahalul, Gevat en el lugar de Jibta, Sarid en el lugar de Hanifas y Kafr Yehoushu'a en el emplazamiento de Tel Shamam. No hay un solo asentamiento que no se haya levantado en el lugar que fue de un antiguo poblado árabe.»


Propiedades de “ausentes”

Con la expulsión de los palestinos y la destrucción de sus poblados, grandes extensiones de tierras fueron incautadas bajo la rúbrica de la Ley de Propiedades de Ausentes (1950).

Hasta 1947, los judíos poseían el 6% de la tierra de Palestina. En el momento en que se constituye formalmente el Estado de Israel, el Fondo Nacional judío estima que se ha apoderado del 90% de la tierra. «De toda el área del Estado de Israel sólo unos 300.000 o 400.000 dunums [26.800 a 35.600 hectáreas] son dominios estatales que el gobierno israelí recibió del régimen del Mandato (británico) (un 2 %). El FNJ y los propietarios judíos particulares poseen alrededor de 2 millones de dunums (el 10%). Casi todo el resto (es decir, el 88% de los 20.225.000 dunums [1.800.000 hectáreas] de dentro de las líneas de armisticio de 1949) pertenecen legalmente a propietarios árabes, muchos de los cuales han abandonado el país.



El valor de esa propiedad robada era superior a los 300.000 millones de dólares...

hace más de treinta años. En dólares actuales, habría que multiplicar esa cifra. Israel es el producto de la piratería y el pillaje.

«La Oficina de Refugiados de las Naciones Unidas estimó el valor de los huertos, árboles, propiedad mueble e inmueble abandonada por árabes en el territorio bajo jurisdicción israelí en unos 118.000 o 120.000 millones de libras esterlinas, lo que equivale a una media de 130 libras esterlinas (364 dólares) por refugiado»

La ocupación de propiedades palestinas era indispensable para que el Estado de Israel fuese viable. Entre 1948 y 1953, se levantaron 370 pueblos y asentamientos judíos.

Trescientos cincuenta de ellos en propiedades de “ausentes”. Para 1954, un 35% de los judíos de Israel vivían en propiedades confiscadas a ausentes y unos 250.000 nuevos inmigrantes se habían establecido en áreas urbanas de las que habían sido expulsados los palestinos ciudades enteras habían sido vaciadas de palestinos, como Yaffa, Acre, Lidda, Ramle, Bisan y Majdal (Ashquelon).


Ese saqueo abarcaba a 385 pueblos y aldeas enteros y a grandes sectores de otras 94 poblaciones, que contenían el 25% de todos los edificios de Israel. Diez mil empresas y tiendas fueron entregadas a colonos judíos.

Virtualmente todos los limonares de los palestinos fueron confiscados:, eran más de 240.000 dunums (21.200 hectáreas). Hacia 1951, había en manos israelíes millón y cuarto de cajas de limones de las propiedades arrebatadas a los árabes, lo que constituía el 10% de todas las divisas producto de la exportación.

En 1951, el 95% de los olivares de Israel procedía de tierra palestina ocupada. Las aceitunas que producían representaban la tercera exportación israelí, tras los limones y los diamantes.

Un tercio de la producción de piedra procedía de cincuenta y dos canteras palestinas incautadas.

La mitología sionista pretende que la laboriosidad, sacrificio y pericia sionistas transformaron una tierra desértica, descuidada por sus anteriores guardianes árabes-nómadas y primitivos- haciendo florecer el desierto. Los huertos palestinos, la industria, la madera, fábricas, casas y posesiones fueron expoliadas y saqueadas tras sangrienta conquista: el barco del estado es un barco pirata, la bandera que le corresponde es la calavera con dos huesos cruzados.


Judaizando” la tierra

En mayo de 1954 se incorporó a Israel el Keren Kayemeth le-Israel, “Fondo Perpetuo para Israel”, adquiriendo todos los activos del Fondo Nacional Judío.

El Fondo Nacional judío había conseguido sus primeras tierras en 1905. Sus objetivos eran la adquisición de tierra “para establecer a judíos en esas tierras”.

En noviembre de 1961, el FNJ y el gobierno israelí firmaron un convenio basado en la legislación aprobada en julio de 1960. En el 92% de la tierra de Israel estaba legalmente en vigor una misma política, bajo el patrocinio del Keren Kayemeth le-Israel y el FNJ.

Cualquier relación con la tierra se regía por las siguientes condiciones especificadas en todos los contratos de arrendamiento de la propiedad: «El arrendatario ha de ser judío y tiene que aceptar realizar todas las labores relacionadas con el cultivo de la hacienda sólo con mano de obra judía.»

Por tanto, la tierra no puede ser arrendada a un no judío, ni subarrendada, vendida, hipotecada, dada o cedida a un no judío. Los no judíos no pueden ser empleados en la tierra ni en ninguna labor relacionada con el cultivo. Si estas condiciones son violadas se siguen multas y la derogación sin indemnización del arrendamiento.

Resulta particularmente instructivo que esas normas no sean sólo del FNJ sino asumidas por el Estado en sus leyes. Se aplican al FNJ y a todas las tierras del Estado.


No judíos abstenerse

En Israel esas tierras estatales son consideradas “tierra nacional”, lo que significa tierra judía, no “israelí”. La contratación laboral de no judíos es tratada como ilegal, como infracción de la ley. Debido a la escasez de obreros agrícolas judíos, y dado que los palestinos cobran un salario menor que el de los obreros judíos, algunos agricultores judíos (como Ariel Sharon) contratan a árabes. Esta práctica ¡es ilegal! En 1974 el Ministro de Agricultura la denunciaba como un “cáncer”.

Los asentamientos que subarriendan algún trozo en acuerdos de pastoreo con árabes son denunciados. La extensión de tal práctica, dados los superbeneficios extraídos del trabajo barato palestino, ha sido considerada “una plaga” por el Ministerio de Agricultura.

El Departamento de Asentamientos de la Agencia Judía ha advertido que tales prácticas violan la ley, las normas de la Agencia Judía y el Convenio entre el Estado de Israel y el Fondo Nacional judío. La contratación laboral de no judíos ha sido castigada con multas y con una “donación a un Fondo Especial”.

Israel Shanak ha descrito ese proceso como “una mezcla asquerosa de discriminación racial y corrupción financiera”.

Pero lo que todo esto revela es que el Estado de Israel emplea todas las expresiones normales en un sentido racista. El “pueblo” significa sólo los judíos. Un “inmigrante” o un “colono” sólo puede ser un judío. Un asentamiento significa un asentamiento sólo para judíos. La tierra nacional significa tierra judía, no tierra israelí.


De este modo la ley y los derechos, las garantías y el derecho al trabajo o a la propiedad corresponden sólo a los judíos. La ciudadanía o nacionalidad israelí corresponde estrictamente a los judíos en todas las aplicaciones específicas de su significado y jurisdicción.

Como la definición de judío se basa enteramente en el precepto religioso ortodoxo, “generaciones de ascendencia materna judía” es el prerrequisito para gozar del derecho a la propiedad, el trabajo o la protección legal. No hay ejemplo más eximio de leyes y procedimientos racistas.

Utilizando ese mismo criterio, más del 55% de la tierra y el 70% del agua de la Margen Occidental (territorio ocupado en 1967) han sido confiscados para el 6% de la población -unos 40.000 colonos entre 800.000 palestinos-. En Gaza (territorio ocupado en 1967), han entregado a 2.200 colonos más del 40% de la tierra. Medio millón de palestinos están confinados en campamentos y chabolas superpoblados.

De modo que las prácticas universalmente denunciadas en los territorios ocupados a partir de 1967 no son sino la continuación del proceso mismo de constitución del Estado de Israel.

La utilización de la fuerza, el pillaje de tierras y la exclusión de obreros no judíos es central en la teoría y en la práctica sionistas. Theodor Herzl promulgó este programa el 12 de junio de 1895: «Volatilizaremos a la población sin bien alguno al otro lado de la frontera... negándoles cualquier empleo en nuestro país.»


Los kibbutzim racistas

Irónicamente, la institución israelí en la que se cifran más ilusiones es el kibbutz, un supuesto ejemplo de cooperación socialista.

Como afirma Israel Shahak: «La organización israelí que practica en mayor grado la exclusión racista es... el kibbutz. La mayor parte de los israelíes han sido conscientes desde hace tiempo del carácter racista del kibbutz, no sólo contra los palestinos sino contra todos los seres humanos que no sean judíos.»

Los kibbutzim existen sobre todo en tierras arrebatadas a los palestinos. Los no judíos no pueden ser miembros de los mismos. Si “obreros eventuales” cristianos entablan relación con mujeres judías, se ven obligados a convertirse al judaísmo para poder ser miembros de un kibbutz. Shahak explica: «Los candidatos cristianos a pertenecer a un kibbutz mediante conversión han de prometer que en adelante escupirán cuando pasen ante una iglesia o una cruz.»

Actualmente, alrededor del 93% de la tierra del llamado Estado de Israel es administrado por el Fondo Nacional Judío de acuerdo con las siguientes normas: para tener derecho a vivir en la tierra, arrendarla o trabajar en ella, tienes que demostrar que tienes al menos tres generaciones de ascendencia materna judía.

Si en los Estados Unidos, para vivir en la tierra, arrendarla, alquilarla, pastorear en ella o trabajarla de cualquier modo tuvieses que demostrar que no tenías tres generaciones por lo menos de ascendencia materna judía, ¿dudaría alguien de la naturaleza racista de tal legislación? Izquierda Revolucionaria

Al-Jazeera y el triunfo de la propaganda televisiva


Escrito por: Thierry Meyssan

El 20 de septiembre de 2011, el canal de televisión qatarí Al-Jazeera anunció la renuncia de su director general, Wadah Khanfar, y su reemplazo por un miembro de la familia real qatarí, Cheikh Hamad Ben Jassem Al-Thani. Cheikh Hamad es un cuadro de Qatargas. Trabajó durante un año en la sede parisina del gigante francés del petróleo Total y fue presidente del Consejo de Administración de Al-Jazeera.


La prensa atlantista ha presentado la noticia de tres maneras diferentes: como una renuncia forzosa y una recuperación del control del canal por parte del Estado, como una venganza de la Autoridad Palestina por la difusión de los documentos conocidos como Palestinian Papers y, finalmente, como una consecuencia de las filtraciones de Wikileaks que revelan ciertos contactos del señor Khanfar con Estados Unidos.

Si bien todas esas interpretaciones pueden ser parte de la verdad, lo cierto es que esconden la razón fundamental de lo sucedido: el papel de Qatar en la guerra contra Libia. Llegados a este punto, un breve recuento se hace indispensable

El origen de Al-Jazzera: un deseo de diálogo

El canal de televisión Al-Jazeera fue concebido por dos personalidades franco-israelíes, los hermanos David y Jean Frydman, a raíz del asesinato de Yitzhak Rabin, de quien eran muy amigos. Según David Frydman [1], el objetivo era crear un medio de difusión en el que israelíes y árabes pudiesen debatir libremente, intercambiar argumentos y aprender a conocerse entre sí en momentos en que aquello era imposible a causa de la situación de guerra, lo cual bloqueaba toda posibilidad de alcanzar la paz.

Los hermanos Frydman tuvieron a su favor una serie de circunstancias que los ayudaron a crear el canal de televisión: la compañía saudita Orbit había firmado un acuerdo con la BBC con vistas a la creación de un noticiero de televisión en árabe. Pero las exigencias políticas de la monarquía absolutista de Arabia Saudita rápidamente resultaron ser incompatibles con la libertad de trabajo de los periodistas británicos. El acuerdo fue anulado y la mayoría de los periodistas de la BBC vinculados al mundo árabe se encontraron bruscamente sin trabajo. Y fueron a parar a Al-Jazeera.

Los hermanos Frydman querían que su nuevo canal de televisión fuera visto como un canal árabe. Ambos lograron convencer al nuevo emir de Qatar, Hamid ben Khalifa al-Thani, quien –con el concurso de Londres y Washington– acababa de derrocar a su padre –acusado de ser proiraní.

Cheikh Hamad ben-Khalifa comprendió rápidamente las ventajas que podía procurarle el convertirse en eje de las discusiones entre Israel y el mundo árabe, conversaciones que han durado ya medio siglo y que parecen destinadas a prolongarse aún. Hamid ben Khalifa al-Thani autorizó de paso la apertura en Doha de una oficina del ministerio israelí de Comercio, a falta de poder abrir una embajada. Lo más importante es que percibió que aquello ayudaría a Qatar a competir con los ricos medios de difusión panárabes de Arabia Saudita y que el emirato dispondría así de un medio de difusión que critica a todo el mundo… menos a él.

El montaje financiero inicial preveía simultáneamente un aporte de fondos de los hermanos Frydman y, por parte del emir, un préstamo de 150 millones de dólares por 5 años. El boicot, organizado por Arabia Saudita, por parte de los anunciantes y la ausencia de ingresos importantes por concepto de publicidad determinaron una modificación del esquema inicial. En definitiva, el emir se convirtió en el proveedor de fondos del canal y, por consiguiente, en su dueño de facto.

Periodistas ejemplares

Durante años, Al-Jazeera se hizo de una gran audiencia gracias a su pluralismo interno. El canal se enorgullecía en dar a conocer los argumentos de todas las partes. Su pretensión no era decir la verdad sino hacerla surgir del debate. Su programa principal, el del iconoclasta Faisal al-Qassem, titulado «La Opinión contraria», se daba el gusto de arremeter contra los prejuicios. Todos podían encontrar razones para alegrarse de la existencia de ciertos programas y deplorar la de otros.

Lo importante es que aquel continuo debate interno acabó prevaleciendo ante el carácter monolítico de sus competidores y cambió el panorama audiovisual del mundo árabe.

El heroico papel de los reporteros de Al-Jazeera en Afganistán y durante la tercera guerra del Golfo, en 2003, así como su ejemplar trabajo, en contraste con la propaganda de los canales satelitales proestadounidenses, transformaron la imagen del canal que, de ser considerado una televisión polémica, pasó a convertirse en un medio de referencia. Sus periodistas pagaron un alto precio por su valentía: George W. Bush estudió la posibilidad de bombardear los estudios de Doha, y finalmente renunció a hacerlo, pero en cambio propició el asesinato de Tareq Ayyub [2], el arresto de Tayseer Aluni [3] y el encarcelamiento de Sami el-Hajj en Guantánamo [4].

La reorganización de 2005

Sin embargo, incluso las mejores cosas tienen un final. En 2004-2005, después del fallecimiento de David Frydman, el emir de Qatar decidió emprender una reorganización total de Al-Jazeera y crear nuevos canales, como Al-Jazeera English, en momentos en que el mercado mundial se hallaba en plena transformación y en que todos los grandes Estados estaban dotándose de canales televisivos de información vía satélite.

El objetivo era, evidentemente, dejar de lado la efervescencia y las provocaciones del comienzo y capitalizar una audiencia que se eleva hoy en día a 50 millones de telespectadores para posicionarse como un actor del mundo globalizado.

Cheikh Hamad ben-Khalifa recurrió entonces a una firma internacional que le proporcionó a él mismo una formación personalizada en materia de comunicación. La agencia JTrack se había especializado en enseñar a los líderes del mundo árabe y del sudeste asiático a hablar la lengua del foro de Davos, o sea en cómo ofrecer a los occidentales la imagen que ellos quieren ver. Desde Marruecos hasta Singapur, JTrack entrenó así a la mayoría de los responsables políticos respaldados por Estados Unidos e Israel –a menudo simples títeres hereditarios– para convertirlos en personalidades respetables en el plano mediático. Lo importante no es que tengan algo que decir sino que sepan manejar la retórica global.

Sin embargo, al ser llamado a ejercer altas funciones gubernamentales en el norte de África, el presidente-director general de JTrack dejó su cargo antes de terminar el proceso de transformación del Al-Jazeera Group y puso la continuación de esa operación en manos de un ex periodista de la Voz de las Américas que ya trabajaba desde hacía varios años para el canal qatarí y era miembro de la misma cofradía musulmana que él: Wadah Khanfar.

Competente en el plano profesional y políticamente seguro, Wadah Khanfar se dio a la tarea de dar color ideológico a Al-Jazeera. Así que dio la palabra a Mohamed Hassanein Heikal, el ex vocero de Nasser, al mismo tiempo que convertía a Cheikh Yusuf al-Qaradawi –cuya nacionalidad egipcia fue anulada precisamente por orden de Nasser– en «consejero espiritual» de Al-Jazeera.

El viraje de 2011

Fue con las revoluciones del norte de África y la península arábiga que Wadah Khanfar modificó bruscamente la línea editorial de su redacción. El Grupo tuvo un papel protagónico en la consagración del mito de la «primavera árabe» según el cual los pueblos, deseosos de vivir al estilo occidental, se sublevaron para derrocar dictadores e instaurar democracias parlamentarias. Según ese mito, no hay diferencia alguna entre lo sucedido en Túnez y Egipto y los acontecimientos de Libia y Siria. En cuanto a los movimientos de Yemen y Bahrein, simplemente no son de interés para los telespectadores.

La realidad es que los anglosajones han tratado de navegar entre las revueltas populares para volver a servirnos la vieja cantinela de la «primavera árabe» que ellos mismos organizaron en los años 1920 para apoderarse de las antiguas provincias otomanas e instalar en ellas democracias parlamentarias títeres bajo su tutelaje.

Al-Jazeera acompañó entonces las revueltas de Túnez y Egipto para marginar así la tentación revolucionaria y legitimar nuevos gobiernos favorables a Estados Unidos e Israel. En Egipto se produjo incluso una verdadera manipulación que permitió explotar los acontecimientos en provecho de un solo componente del movimiento: la Hermandad Musulmana, representada precisamente por… el predicador-estrella de Al-Jazeera, Cheikh Yusuf al-Qaradawi.

Indignados ante la nueva línea editorial y el uso cada vez más frecuente de la mentira [5], periodistas como Ghassan Ben Jedo abandonan el canal qatarí.

¿Quién maneja los hilos de la noticia?

En todo caso, hay que esperar hasta el episodio libio para asistir a la caída definitiva de las máscaras. En efecto, el jefe de JTrack y mentor de Wadah Kanfhar no es otro que… Mahmud Yibril (la J de “JTrack” corresponde a la transcripción de su apellido en inglés). Este administrador amable, brillante y fatuo llegó hasta Muammar el Gaddafi recomendado por los nuevos amigos estadounidenses del coronel para manejar la apertura económica de Libia después de la normalización de sus relaciones diplomáticas.

Bajo la supervisión de Saif al-Islam Gaddafi, Mahmud Yibril fue nombrado simultáneamente ministro de Planificación y director de la Autoridad de Desarrollo, convirtiéndose así de hecho en el segundo personaje en importancia del gobierno libio, con autoridad sobre los demás ministros. Aplicó una desregulación acelerada de la economía socialista de Libia y la privatización de sus empresas públicas.

A través de la labor de entrenamiento que realizaba JTrack, Mahmud Yibril había forjado vínculos personales con casi todos los dirigentes del mundo árabe y del sudeste asiático. Disponía de oficinas en Bahrein y Singapur. Yibril había creado también empresas dedicadas a los negocios, entre ellas una que se dedicaba a la comercialización de madera en Malasia y Australia, con el francés Bernard-Henri Levy como socio.

Mahmud Yibril había cursado sus primeros estudios universitarios en El Cairo, donde conoció a la hija de uno de los ministros de Nasser y se casó con ella. Prosiguió después sus estudios en Estados Unidos, donde se convirtió en adepto de las tesis libertarianas que posteriormente trató de introducir en la ideología anarquista de Gaddafi. Lo más importante es que Mahmud Yibril se unió además a la Hermandad Musulmana en Libia y posteriormente introdujo a dos miembros de la Hermandad, Wadah Kanfhar y Yusuf al-Qaradawi, en Al-Jazeera.

Durante el primer semestre de 2011, el canal qatarí se convirtió en el instrumento preferido de la propaganda prooccidental. Se esforzó en negar el aspecto antiimperialista y antisionista de las revoluciones árabes y escogió en cada país a los protagonistas que había que apoyar y a los que había que rechazar. De forma nada sorprendente apoyó al rey de Bahrein –otro alumno de Mahmud Yibril–, quien ordenaba disparar contra el pueblo mientras que al-Qaradawi utilizaba las transmisiones para exhortar a la Yihad contra Gaddafi y Bachar al-Assad, ambos falsamente acusados de estar masacrando a sus propios pueblos.

Al convertirse Mahmud Yibril en primer ministro del gobierno rebelde libio se llegó al colmo de la mala fe con la construcción en Doha de escenarios que reproducían la Plaza Verde y Bab al-Aziziya, escenarios que se utilizaron para filmar imágenes falsas de la entrada de los «rebeldes» proestadounidenses en Trípoli. ¡Cuanto me insultaron cuando predije esa manipulación en Voltairenet.org! Sin embargo, Al-Jazeera y Sky News transmitieron las imágenes falsas durante el segundo día de la batalla de Trípoli, sembrando así la confusión entre la población libia. No fue en realidad sino 3 días más tarde que los «rebeldes» –casi exclusivamente los Misrata– lograron entrar en Trípoli, ya devastada por los bombardeos de la OTAN.

Lo mismo sucedió con el anuncio que transmitió Al-Jazeera sobre el supuesto arresto de Saif al-Islam Gaddafi y con la confirmación de su captura por el fiscal de la Corte Penal Internacional Luis Moreno Ocampo. Fui el primero en desmentir, a través de las ondas de Russia Today, aquella falsedad. Y nuevamente fui blanco de burlas en ciertos diarios, hasta que el propio Saif al-Islam en persona vino a despertar a los periodistas encerrados en el hotel Rixos y los llevó a la verdadera plaza de Bab al-Aziziya.

Al ser interrogado sobre esas mentiras durante las transmisiones en árabe del canal satelital France24, el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdul Yalil dijo que se había tratado de una argucia de guerra y se jactó de haber precipitado así la caída de la Yamahiria.

¿Cuál será el futuro de Al-Jazeera?

La transformación de Al-Jazeera en instrumento de propaganda de la recolonización de Libia no se produjo a espaldas del emir de Qatar, sino bajo su dirección. Fue el Consejo de Cooperación del Golfo el primero en llamar a la intervención armada en Libia. Qatar fue el primer miembro árabe del Grupo de Contacto. Transportó armas para los «rebeldes» libios y más tarde envió militares al teatro de operaciones, específicamente durante la batalla de Trípoli. Obtuvo a cambio de ello el privilegio de controlar todo el comercio de hidrocarburos realizado a nombre del Consejo Nacional de Transición.

Es demasiado pronto aún para saber si la dimisión de Wadah Khanfar es el fin de su misión en Qatar o si anuncia una voluntad del canal de recobrar la credibilidad que se había ganado a lo largo de 15 años y que perdió en sólo 6 meses.


Notas

[1] Entrevistas con el autor.

[2] «La prensa árabe en el punto de mira», Red Voltaire, 06 de octubre de 2003.

[3] Ver artículo sobre el control de la información y su manipulación en: «Guerra y Mentira» el control político y militar de nuestras sociedades de Giulietto Chiesa, Red Voltaire, 15 de enero de 2008.

[4] Ver nuestro archivo sobre Sami Al-Hajj, Red Voltaire.

[5] Ver: Al-Jazeera manipula una supuesta gigantesca manifestación en Moscú contra el presidente sirio, Red Voltaire, 11 de mayo 2011.

Tomado de Red Voltaire


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Haití, país ocupado


Escrito por: Eduardo Galeano

Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con seiscientos cincuenta mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.

Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.

Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo.

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De todo eso, sabemos poco o nada.

Haití es un país invisible.

Sólo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató a más de doscientos mil haitianos.

La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.

Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.

Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó la esclavitud en el mundo.

Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias.


Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el mío, continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar? Pues alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.

Nada de nuevo.

Todo a lo largo del siglo diecinueve, el ejemplo de Haití constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa peste se llamaba haitianismo.

Ya en el siglo veinte, Haití fue invadido por los marines, por ser un país inseguro para sus acreedores extranjeros. Los invasores empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron diecinueve años.


El cruce de la frontera entre la República Dominicana y Haití se llama El mal paso.

Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería…

El vudú, la religión que los esclavos trajeron de Africa y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista de los propietarios de la Civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia, atraso, pura superstición. La Iglesia Católica, donde no faltan fieles capaces de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin que el pueblo se diera por enterado.

Pero desde hace ya algunos años, las sectas evangélicas se encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de los Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en una semana.

En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson explicó en la televisión el terremoto del año 2010. Este pastor de almas reveló que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del Diablo desde lo hondo de la selva haitiana. El Diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles la cuenta.
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¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití? Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y desestabilizando a este país que no los quiere.

La ocupación militar de Haití está costando a las Naciones Unidas más de ochocientos millones de dólares por año.

Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales.

Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe.

martes, 27 de septiembre de 2011

Desde Libia


10.000 tuaregs se unen a las fuerzas kadafistas de la Jamahiriya libia


Escrito por: Hassan Alliby | La Haine

Los aviones de la OTAN han seguido con sus bombardeos en Sirte, Sabha, Bani Walid. Pero las tres ciudades mantienen sus defensas firmes en combate contra los carros blindados de las fuerzas OTANistas. Los combates siguen.
Unidades de la OTAN, del ejército de Qatar y de Al-Qaeda usan artillería pesada ya que se han integrado nuevas unidades de artillería. La ciudad de Bani Walid ha abierto otro frente de combate contra los agresores que estaban concentrados a las afueras de esa ciudad, que está protegida por las fuerzas nacionales de la Gran Jamahiriya.
Una fuente reporta que uno de los jefes rebeldes, Ibrahim Halbas Tauorga, quien había masacrado a gente africana solo por el color de su piel, ha muerto. “Tauorga ya no está vivo. Él fue alcanzado en Sirte por una bala que le penetró el cuello y lo paralizó”, dijo la fuente.
En Trípoli los combates no cesan. Son constantes entre las milicias locales (los habitantes de la capital) y los mercenarios de Al-Qaeda. Los renegados son atacados sin tregua desde todas partes.
Los habitantes de Benghazi llaman a los estudios del Canal Al-Rai para expresar su apoyo a Muammar Al Ghaddafi y anunciar que vuelven a unirse a la resistencia libia.
Un analista norteamericano, antiguo militar, ha dicho que la Brigada 32 bajo el comando de Khamis Al Ghaddafi está en condiciones de seguir luchando por muchos meses. Khamis Al Ghaddafi continua reagrupando y desplegando los elementos operativos para combatir los renegados en las zonas ocupadas.
El 19 de septiembre las tribus tuaregs tuvieron un congreso general compuesto por los jefes de esas tribus en Libia, Mali y Níger. Declararon que todos los tuaregs combatirán contra los renegados porque estos iniciaron una guerra contra los tuaregs libios y mataron un gran número de ellos.
Los tuaregs de Mali también han declarado que irán a la guerra contra el gobierno de Mali si este reconoce el “Consejo” de títeres en Libia o si el gobierno de Mali pone bajo arresto a personas cercanos a Muammar Al Gaddafi que se encuentran en Mali. Los tuaregs recuerdan que ellos son los amos del desierto sahariano y que “solo las personas autorizadas por los tuaregs pueden entrar al desierto... el Sahara será liberados de los islamistas” han prometido los tuaregs.
Así que los tuaregs han dado una respuesta clara a la gente de la OTAN que siguen enviando grupos de fuerzas especiales y de Al Qaeda al Sahara como fuerzas de ocupación.
Grupos saharianos ya están en camino hacia la ciudad libia de Sabha
En Bani Walid, las pérdidas de los renegados “se estiman en más de 1.000 muertos. Igual en Sirte y Sabha. Las Fuerzas Nacionales han retomado Brega con su puerto petrolero de donde está despachado el petróleo libio. También han retomado Ras Lanuf donde se ubica una importante refinería de petróleo.”
Son más de 10.000 touaregs (sin incluir los mencionados arriba) que se han unido a las fuerzas de la Jamahiriya libia y algunos de ellos han cruzado la frontera para ayudar la resistencia contra los terroristas colonialistas cruzados.
Como estaba previsto, numerosos combatientes árabes han llegado de países vecinos para unirse a sus hermanos libios y combatir a su lado contra los invasores.
La bandera verde ondea sobre los edificios en los barrios de Benghazi donde hay batallas entre los renegados. Estas luchas intestinas también han ocurrido en el campo de batalla. Los islamistas del CNT quieren la piel de Mustafa Abdul Jalil, títere de los nazis-OTANistas y jefe del mismo CNT.
Mujahedin de las tribus árabes han pasado por Egipto para unirse a las fuerzas libias en resistencia.
Los renegados siguen desorientados. No han arreglado su problema de mando. Combaten entre si a cada rato porque todos quieren ser comandantes. Al mismo tiempo, cuando se dio la orden de entrar a Bani Walid contra las fuerzas de la Jamahiriya, los renegados se rehusaron. Esto fue una gran sorpresa para sus jefes quienes les preguntaron si rehusaron debido al cansancio. Los renegados respondieron, “no por cansancio sino porque no queremos seguir haciendo correr la sangre de los libios.”

La Voix des Opprimés. Traducido por Tortillaconsal. Revisado por La Haine
http://www.lahaine.org/index.php?p=56287

lunes, 26 de septiembre de 2011

Haití: Las violaciones colectivas de la Minustah

Escrito por: Michaëlle Desrosiers y Franck Seguy

Port-Salut, pequeña ciudad costera al sur de la República de Haití, se destaca por sus playas atractivas y su paisaje radiante como una tarjeta postal. Desde hace más de una semana añade un nuevo elemento a su reputación: al menos cuatro militares uruguayos de la mal llamada Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) violaron colectivamente a Johnny Jean, un joven muchacho de 18 años.
Si el acto se perpetró el jueves 28 de julio de 2011, fue recién a fines del mes de agosto que comenzó a ocupar los noticieros. En parte, debido a que el video del crimen fue difundido en Internet. En efecto, los propios militares rodaron la escena. Y la utilizaron como película para deleitarse de su proeza. Y lo que es peor, en presencia de jóvenes adolescentes de la zona, todos amigos de la víctima. Fue precisamente uno ellos que utilizó su teléfono celular para recoger algunas secuencias del vídeo que ha sido difundido por la agencia Haití Press Network (HPN). El vídeo sólo se pudo ver algunas horas en la red. No se sabe si se trató de una acción diplomática del gobierno uruguayo o de la propia ONU; Youtube alega para el retiro del video que su política es de no promoción del odio, dado que muchos comentarios (más de 4.000) comenzaban a llegar para condenar la barbarie de la ONU.
Fue necesario el despliegue de los soldados de la MINUSTAH para sacar a Port-Salut de su remanso de paz. En 1995, por ejemplo, la ciudad contaba con apenas 40 policías. Mientras que el personal de la policía nacional no dejó de aumentar, la ciudad no tenía más que 7 policías en 2004. Ya que era casi imposible registrar un incidente grave fuera del robo de un cabrito o de algunos lotes de patatas. Con todo, paradójicamente, desde 2004, hay un contingente de la MINUSTAH para “estabilizar” Port-Salut. Dado que la naturaleza tiene horror del vacío y que, como es sabido bien, la ociosidad es la madre de todos los defectos, los militares debieron encontrar algo para justificar su presencia. Poco a poco introdujeron: la prostitución de menores y el “intercambio” de comida por productos alucinógenos y/o ilícitos como el tabaco, el alcohol, la marihuana.Todo eso resulta del informe hecho público por la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos-RNDDH [1] el lunes 4 de septiembre de 2011.
La violación del joven Johnny debe incluirse en ese marco. En efecto, para lograr su supervivencia diaria, muchos adolescentes y jóvenes, hijos e hijas de campesinos empobrecidos como Johnny, establecen relaciones de proximidad con los soldados de la ONU desplegados en distintas regiones del país. El joven Johnny se había vinculado amistosamente con uno de los soldados del contingente uruguayo llamado “Pocho”. Este último al parecer no participó en el repudiable acto. Y hasta se vio impedido de llevarle ayuda. Ya que los bandidos habían cerrado la puerta de la habitación en la cual realizaban este acto criminal para impedir que los gritos del joven muchacho llegaran a oídos de su “amigo” Pocho.
La opulencia en la cual viven los soldados de la ONU instalados en Haití es, al menos, chocante. En las ciudades, se instalan en los mejores hoteles, pasean en las playas los fines de semana, sobre todo en Port-salut donde son especialmente bonitas. Como contrapartida, compran a los más jóvenes, los prostituyen y los violan. No sólo estos militares se benefician de una impunidad absoluta, ya que su estatuto de soldados de la ONU los coloca por encima de las leyes haitianas; sino que el poder de su salario representa más que un insulto para los pobres policía y otros funcionarios del Estado haitiano. Alcanza una comparación: el soldado uruguayo recibe en su país un salario equivalente a 400 dólares, mientras que en la MINUSTAH percibe 1.500 dólares al mes, lo que le permite tener una vida holgada en Haití y hasta ahorrar para comprarse una modesta casa al volver a su país. La MINUSTAH le paga al gobierno uruguayo cuatro veces más de lo que recibe como salario cada soldado, es decir, la ocupación militar de otro país es un negocio rentable para el Estado uruguayo y su Ministerio de Defensa.
El gobierno uruguayo del Frente Amplio (presidido por el tupamaro José Mujica), pretende que esta violación colectiva perpetrada contra Johnny Jean no es más que un incidente “aislado” y que los únicos culpables serían los cuatro soldados. Deslindan así el papel de las fuerzas de ocupación. Por esta razón, es necesario refrescar la memoria.

Contexto de machismo y opresión

Hay que subrayar que la violación de Johnny no es un hecho accidental. En efecto, a menos de un año del desembarque de la MINUSTAH en Haití -más concretamente el 18 de febrero de 2005-, tres “cascos azules” paquistaníes violaron a una joven muchacha de nombre Nadège Nicolas. Sin embargo, a pesar de tratarse de un acto criminal que levantó la cólera popular, sobre todo de las organizaciones feministas, el caso sigue impune y se archivó posteriormente. Es que la violación de una mujer aparece como menos grave que la violación de un hombre. En el caso actual, la MINUSTAH ha esgrimido el látigo de la moral cristiana, machista, fuertemente dominante en Haití. Tanto los cristianos como los hombres de ley y otros formadores de opinión, no tardaron en mostrar su abominación por el ataque a la dignidad y a la identidad (masculina) del joven muchacho. En otras palabras, habría dejado de ser hombre por el hecho de haber sido violado por cuatro hombres armados. Lo que en la cultura machista significa que dejó de existir.
Es necesario destacar que este joven muchacho es un producto de la clase campesina haitiana. Su nivel de estudios confirma esta realidad. A los 18 años, Johnny frecuenta el quinto año escolar primario. No pudo retornar a la escuela para el año académico 2010-2011 por falta de dinero. Es el cuarto hijo de su madre. Sus hermanos o, para hablar correctamente, sus hermanastros, no son del mismo padre que él. La diferencia de las firmas certificadas por el informe de la RNDDH permite destacar este hecho significativo.
Tener varios hijos de padres diferentes es el resultado de dos fenómenos intrínsecamente vinculados que se encuentran en las capas populares haitianas: el abandono paternal y su corolario, la monogamia en serie. La mujer-madre de un niño abandonado por su progenitor se vincula a otro hombre para poder sobrevivir con su niño. De esta conexión nace un nuevo niño, abandonado también por el nuevo progenitor. Se reinicia con un tercer hombre en la misma preocupación: encontrar una manera para que sus “niños sin papá” puedan sobrevivir. En esa línea, tendrá así varios niños de padres diferentes, de diferente apellido, por supuesto, siempre y cuando aquéllos niños tuvieron la “oportunidad” de ser reconocidos legalmente por sus padres biológicos.

Guerra a los más empobrecidos

En todas sus acciones, la ocupación dirigida por las ONU apunta sistemáticamente contra el pueblo empobrecido. Sus violaciones y sus asesinatos se realizan en barrios miserables como Cité-soleil [2]; contra las jóvenes mujeres y los indefensos jóvenes hombres. A este respecto, el RNDDH informa del caso muy conocido del ahorcamiento de un menor de 16 años, Gérald Gilles, en una base militar de los “cascos azules” nepaleses en Carénage, Cap-Haitien (segunda ciudad de Haití, ubicada en el norte del país). Carenado, Cabo-Haitiano (segunda ciudad del país). La MINUSTAH intentó hacer pasar este crimen por un suicidio. Al igual que Johnny Jean, Gérald Gilles hacía “intercambio” con los soldados de la ONU, es decir, les prestaba servicios a cambio de comida. Así pues, como verdadera fuerza de ocupación, la MINUSTAH utiliza la violación como arma de guerra. Humilla, explota, baja y somete a los más pacíficos, a los que sólo entran en contacto con ella para garantizar su supervivencia, o simplemente porque son pobres; aquéllas y aquéllos cuya piel es más oscura porque se quemó bajo el sol de plomo de Haití; aquéllas y aquéllos que tuvieron la desdicha de vivir a Cité-soleil y demás “zonas de no derechos”.
En su guerra contra los más empobrecidos, la MINUSTAH -como tropa de ocupación-, introduce una diferencia de importancia con relación a otras invasiones militares sobre suelo haitiano. En efecto, bajo la ocupación norteamericana de Haití (1915-1934), el arsenal racista de Estados Unidos se había desencadenado tanto contra los mulatos como contra los negros y negras, ricos y pobres. Esto obligó, incluso a aquellos que inicialmente apoyaban la invasión, a integrarse en la lucha contra la ocupación. Aunque bajo su forma “más pacífica”: la propaganda escrita. Ni que decir que esto contribuyó a reforzar la lucha que dio aire al movimiento de los Cacos, antes tratados de vagabundos tanto por los invasores como por la clase dominante mayoritariamente mulata. La MINUSTAH, más vigilante podría decirse, reprime casi exclusivamente a los más empobrecidos, para asegurarse la legitimidad ante la burguesía “grand-narcho” [3] haitiana y de la pequeña burguesía, entre quien recluta la parte fundamental de su personal civil local. Así pues, puede pavonearse, violar, contaminar, y mentir tranquilamente dado que sus intereses sintonizan con los de los “ciudadanos respetables”.

Amordazar, humillar, violar, prostituir

La violación colectiva de este joven muchacho no es el último acto de la MINUSTAH denunciado por la población de Port-Salut. En efecto, durante este mismo mes de agosto, una organización local había denunciado en una nota de prensa las “malas actitudes” del contingente uruguayo. En respuesta, la MINUSTAH había realizado su propia investigación. Esta investigación, obviamente, se pronunció por la negación total y categórica de los hechos, concluyendo que las denuncias carecían de todo fundamento. Entre las acusaciones a los soldados uruguayos estaban: “La prostitución de menores, contaminación del medio ambiente, consumo de marihuana en presencia de menores, comportamiento humillante, insultante, irrespetuoso, hacia los ciudadanos de Port-Salut” [4]. Lo interesante en todo eso es que algunos días antes de la publicación del vídeo de la violación colectiva del joven muchacho de 18 años en Internet, la fuerza de la ONU alardeaba de su pretendida investigación, y acusaba a la organización CREDOP de difamación. Ahora bien, la violación y su publicación en Internet indican que no sólo los militares violaron y humillado al joven muchacho, hombre sino que disfrutaban con ello. Por eso, el chileno Mariano Fernández, jefe de la MINUSTAH, no se disculpó por el informe de la falsa investigación revelada sobre lo sucedido en Port-Salut un mes antes.
Si la MINUSTAH ocupa de nuevo la actualidad en Haití, no se debe a las preocupaciones por la formación del nuevo gobierno, o la reapertura de las clases, o porque un nuevo estudio acaba de demostrar su implicación en la transmisión criminal de la epidemia de cólera [5]; epidemia que hasta la fecha ha matado a más de a 5000 haitianos y haitianas. Tampoco se debe a una nueva acusación sobre el derrame de heces en los ríos del país [6], como se dio la práctica desde octubre de 2010.
Por el contrario, la MINUSTAH ve sacudida su imagen de misión “humanitaria”. ¡Dejando en claro su naturaleza “maléfica”!. Sus fechorías escandalosas y su impunidad, encubiertas por la llamada “comunidad internacional” quedan en evidencia. El MINUSTAH es machista y racista. Está abiertamente en guerra contra las capas populares. Su participación activa en la represión contra las manifestaciones en todo el país, sobre todo de las que tienen lugar en el marco de la lucha para el reajuste salarial, constituye un vibrante testimonio.
A este respecto, el mismo informe de la RNDDH indica: “El 12 de mayo de 2011, Géna Widerson, estudiante de séptimo año en el Colegio Centro de Formación Clásica de Verrettes, departamento del Artibonite, de catorce 14 años, fue alcanzada por dos proyectiles disparados por soldados de la MINUSTAH. Este incidente se produjo en el momento en que alumnos del Colegio Jacques Stephen Alexis organizaban una manifestación contra la revocación de un que profesor.” En realidad, toda resistencia popular y de clase es sistemática reprimida por parte de la misión de la ONU. Amordazar, humillar, violar, prostituir: he aquí el credo de la MINUSTAH.
A continuación, un extracto del informe de la RDDDH sobre algunos casos de violaciones, torturas, asesinatos y detenciones ilegales y arbitrarias perpetrados por el MINUSTAH:
1. El 18 de febrero de 2005, tres soldados paquistaníes del contingente del MINUSTAH instalados en Gonaïves violaron a Nadeige Nicolas;
2. El 20 de marzo de 2005, Robenson Laraque, periodista de Radio Tele Contacto, fue herido mortalmente por proyectiles disparados por soldados de la MINUSTAH que expulsaron a los antiguos militares de la Comisaría de Policía de Petit-Goave;
3. El 26 de noviembre de 2005, en Carrefour Trois Mains, sobre la carretera del Aeropuerto, Marie Rose Précéus fue sodomizada y violada por un soldado jordano;
4. El 20 de diciembre de 2006, Stephane Durogéne, estudiante en tercer año en el Centro de Formación Clásico y Económico (CFCE) recibió dos disparos en el ojo izquierdo por dos soldados de la MINUSTAH mientras que pasaba cerca de la Comisaría de Delmas 62;
5. El 3 de noviembre de 2007, ciento once “cascos azules” de Sri Lanka se implicaron en un caso de abusos y explotación sexuales cuyas víctimas menores;
6. El 29 de mayo de 2008, el policía Lucknis Jacques, destinado a la Comisaría de Cité-soleil, fue acosado por soldados de la MINUSTAH;
7. El 6 de agosto de 2008, soldados de la MINUSTAH maltrataron a dos policías, Donson Bien-Aimé y Ronald Denis, destinados a la Comisaría de Cité-soleil. Estos hechos se perpetraron contra las víctimas a pesar del hecho de que se identificaron claramente;
8. El 18 de agosto de 2010, se encontró a un menor huérfano de 16 años que respondía al nombre de Gérald Jean Gilles, colgado a un almendro que se encuentra en la base de los soldados nepaleses de la MINUSTAH, situada en Carénage, Cap-Haitien. Este menor frecuentaba la base y prestaba servicios a los soldados;
9. A los mediados de octubre de 2010, se a implica a los “cascos azules” nepaleses de la MINUSTAH destinados en Mirebalais, en la aparición y la propagación del cólera en Haití por el derrame de residuos humanos en los ríos Boukan Kanni y Jenba, lo que implicó pérdidas humanas considerables.
Estos hechos no son exhaustivos. Sin embargo, en todos los casos previamente mencionados, la RNDDH responsabiliza a la MINUSTAH y por consiguiente a la ONU; ya que es inconcebible que soldados contratados en una fuerza de la ONU, funcionen por fuera de toda norma legal, se dediquen a actividades repudiables, y se beneficien de la inmunidad penal conferida por la ONU.

* Sociólogos y militantes de la izquierda haitiana.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Crónicas de Palestina: Itaf, la muyahida


FUENTE: LA ALDEA,MILENIO.COM


La arrestaron. Por forrarse de dinamita y querer estallarse en el corazón de Jerusalén, la arrestaron. Ocurrió en la noche, a una hora en la que incluso Dios ya se había ido a descansar. Ningún palestino salió cuando los militares israelíes derribaron la puerta a patadas y empuñaron salvajemente las Uzi, los Tavor y las Jericho 941. Itaf Ilain escuchó su futuro en las palabras de un soldado, uno que no conocía piedad alguna, y supo con certeza que la iban a matar.

***

Despertó, y al mirar a su alrededor le pidió a Alá que se la llevara de una vez por todas. No conocía el lugar, pero era un hecho que nadie escucharía sus últimas palabras. Sabía que eran las últimas porque le habían quitado la venda de los ojos y eso, le habían enseñado los del Yihad Islámico, es para que uno le vea bien la cara al que debe buscar en el otro mundo. Itaf estaba atada de pies y manos a una silla oxidada. Pronto se dio cuenta que le habían roto algunas costillas porque le dolía al respirar. Entendió la dificultad que tenía para parpadear cuando su lengua corroboró el sabor de la sangre. Los senos y la vagina al parecer no tenían nada, sólo miedo.

***

Semanas después, cuando las Fuerzas de Defensa Israelí dejen de azotarla y la confinen en una mazmorra allá por el culo del desierto, a Itaf le llegará la noticia de que, como parte de la primera Intifada, un palestino se ha hecho estallar en Tel Aviv. Lo comprobará hacia la tarde, cuando un batallón de militares judíos irrumpa en la cárcel para cumplir una encomienda de sus superiores: vengar a los israelíes que han muerto por culpa del suicida aquel. Y como los del Yihad Islámico están convencidos de que inmolarse es el último recurso de la resistencia contra Israel, a Itaf le tocará ser una de las primeras que paguen las consecuencias. Cuando a los soldados les duelan las manos le escupirán, y cuando se les acabe la saliva volverán a golpearla hasta que le destrocen la nariz y le embuten los pómulos en la garganta.

***

Desde que Itaf apareció en el lobby del hotel he querido verle el rostro. Sobre todo ahora que nos ha platicado las palizas y yo me he puesto a imaginar una cara cosida como una pelota de béisbol. Pero el islam la obliga a cubrirse de pies a cabeza por un burka y apenas puedo mirarle los ojos. Unos ojos del tamaño y del color de la almendra que se meten por los míos como buscando no sé qué, o entrando a depositar qué sé yo. En esos ojos se alcanza a leer cada palabra que dicen sus labios detrás del velo: “Fui una mujer bomba y lo volvería a ser”.

A Itaf, como a otras palestinas, la causa para luchar contra la ocupación israelí entró sola, como si lo hubiera hecho por la puerta: destruyeron su casa y mataron a sus hermanos. Esa rabia la supo canalizar el Yihad, y ahora no hay día en que Itaf crea que matar israelíes es un derecho.

—La mejor venganza es el perdón.

—No puedo, ha sido muy grande el mal de los judíos que no puedo —responde Itaf por boca de Tawfiq Anati, uno de los tres traductores que son nuestros bastones en Palestina.

—¿Pero lo has intentado?

—Sí… Muchas veces le he pedido al profeta Muhammad que avise a Alá que una hija suya quiere perdonar.

—¿Y entonces?

—Israel no quiere la paz. En sus manos sólo hay balas. Y como ellos nos matan, supongo que no tenemos por qué perdonarlos.

Wada Idris tenía 27 años cuando se inmoló en Jerusalén, después de ver a su hermano transfigurado en un vegetal por tanto shock eléctrico que le tundieron los del Mossad. Dareen Abu era una estudiante que voló en pedazos frente a un checkpoint; dejó grabado un video donde se decía indignada por la visita a la mezquita de Al Aqsa que en 2001 hizo el entonces primer ministro israelí Ariel Sharon. “Que el cobarde de Sharon sepa que cada mujer palestina dará a luz un ejército de mártires”, dijo. Y Zainab Abu, de apenas dieciocho años, se subió cargada de explosivos a un autobús.

Itaf sabe quiénes fueron todas ellas y lo que hicieron. Pero a quien más admira Itaf es a Reem Al-Riyashi, la primera mártir de Hamas. Reem, con la dinamita suficiente, llegó a una zona industrial de Gaza y se llevó a todos los judíos que pudo.

—En nuestro mundo vemos todas esas acciones como locuras del fanatismo religioso.

Itaf escucha con una serenidad western y dice:

—En 1987, cuando no pude inmolarme y me arrestaron, los judíos me dijeron que estaba loca. Hasta me pusieron una camisa de fuerza. Yo les dije: “No, locura sería venir a estallarme frente a ustedes sin ningún motivo, pero lo tengo: ustedes nos han querido exterminar desde 1948”. Los soldados sólo se rieron.

Itaf hace una pausa para que Tawfiq nos traduzca y sigue:

—Locura sería soltar bombas por todo el mundo sólo porque se nos ocurrió. La locura es de los israelíes que no quieren la paz. Eso es lo irracional.

—¿Entonces, qué es lo que hacen quienes se estallan?

—Pelean por la libertad. La gente que viene de otros países se olvida que Israel ha ocupado nuestros territorios porque, según ellos, Dios se los dijo. Pues qué Dios tan injusto es ése. Israel no es la víctima.

—¿Los que detonan bombas son suicidas?

—No. Hay una diferencia entre mártir y suicida. Los primeros se inmolan por su pueblo, contra la ocupación israelí. Los segundos sólo quieren morir y cobrar fama de valientes. Yo, cuando estuve dispuesta a todo, llegaron a decirme que me tomara las fotos de rigor. Y no quise. La fama de una mártir hay que dejársela al pueblo.

Las fotos de rigor. Se trata de ir con fotógrafos especializados en retratar al que se hará explotar. Modelan con un fusil y un ejemplar del Corán. Cuando el suicida cumple la misión, posters con esa imagen empapelan las calles de Palestina.

—¿Un día Palestina será libre?

—Alá, el Misericordioso, lo hará, y cuenta con nosotras, las muyahidas.

***

Leo a Kapuscinski en mi habitación:

Todos los profetas del Antiguo Testamento maldecían a Palestina, la tierra de pueblos sin suerte. Basta con leer la Biblia, el Libro de Libros. Palestina aparece como la tierra maldita tanto al principio como al final. Y eso que la Biblia tardó en escribirse mil años…

Yo duermo pensando en Itaf, la muyahida, la guerrera árabe, y en que se acabe esa maldición.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Crónicas de Palestina: La llave, el piano y la fe de Nora Kurtz


FUENTE: LA ALDEA,MILENIO.COM


Nora Kurtz es una hermosa palestina sexagenaria que vive en Jerusalén. Tiene dulzura en el rostro y cuando habla lo hace suave, bajito y con mucha alegría. Es palestina y es cristiana. Y cada vez que alguien visita al obispo ortodoxo de Jerusalén —Atalla Hana—, ella se da gusto mostrándoles a los visitantes la hermosa casa-museo que con tanto esmero ha construido durante años, y en donde alberga la asociación civil para la defensa de palestinos Existencia.

Todo en la casa de Nora es viejo, pero muy bien cuidado: roperos, molinos, cazos, vestidos, sedas, espejos, marcos o retratos. Y paso a paso, Nora Kurtz lo va guiando a uno por tiempos lejanos.

Esta vajilla es la que se utilizaba aquí en Palestina hace 100 años… este vestido es de las mujeres árabes de hace dos siglos… este molino es de piedra caliza con el que se molía el trigo desde hace 500 años…”

¿Y esa llave? —se le pregunta a Nora Kurtz cuando en el fondo del primer piso aparece una gran llave, opaca por los años, pero sin un solo polvo de óxido, colgando frente a un gran espejo, de marco barroco.

El silencio de Nora y su sonrisa se funden por un momento. El tiempo que tardan en juntarse sus recuerdos, la llave y sus manos.

¿Esta llave…? Mira, hace unos años asistí a una conferencia sobre economía con dos ponentes judíos y dos palestinos aquí en Jerusalén. Y cuando terminó la conferencia pedí la palabra. Creyeron que era para hacer alguna pregunta. Pero no. Subí al estrado y les dije a los presentes:

Gracias por estar aquí, en esta casa que hasta 1948 fue de mis padres. Esta casa se la arrebataron los judíos por la fuerza a mis padres. Y se la quitaron con todos los muebles que estaban aquí, incluido un hermoso piano en el que mi madre acostumbraba tocar cada tarde. Durante años mi padre les pidió a los judíos que le regresaran el piano, nada más. Pero nunca aceptaron. Pues ese piano es aquel que ustedes pueden ver ahí. Ese era el piano de mi madre. Y yo sólo vine aquí para que ustedes sepan esta historia de injusticia. Y para pedir que le devuelvan el piano a mi madre.’

“Al bajar del estrado se me acercó una señora judía y con una gran sonrisa y una mayor amabilidad me dijo:

‘No se preocupe, yo soy la dueña del piano… dígale a su madre que puede venir a tocarlo aquí las veces que quiera…dígaselo por favor’.

“No lo podía creer: en lugar de ofrecerse a regresarlo, la judía sólo invitaba a mi madre para que fuera ahí a tocar el piano. Me fui con la rabia y el dolor en el pecho. Y durante días no le dije nada a mi madre, que ya estaba vieja y enferma. Pero un día decidí contarle lo que había pasado y ella, con ese gran amor que le tenía al piano, me pidió que la llevara, aunque fuera para tocarlo por última vez.

Y sí, la lleve a pesar que tenía meses de no levantarse de la cama. Estaba ya muy enferma y yo temía que una emoción como esa terminara con su vida, pero la llevé al ver en su rostro una ilusión que durante años no le había conocido. Mejor no lo hubiera hecho. Al llegar y tocar el gran portón de la casa, lo único que me dijeron fue que la dueña se había ido a los Estados Unidos apenas unos días antes.

“—¿Y el piano…? —pregunté con desesperación, al ver que mi madre lloraba.

¿El piano? ¡Ah!, se lo ha llevado la señora con ella. Dijo que si lo dejaba aquí, algún palestino se lo podía robar.

Regresé a casa con mi madre. Ninguna dijo una sola palabra en el camino. Pero a los pocos días ella falleció. Y ya no pudo nunca volver a tocar su piano.

¿Y la llave?

¡Ah..!, bueno, esta llave es con la que se abre el gran portón de la que fue mi casa, la que los judíos le arrebataron a mis padres. Y la guardo porque estoy segura que algún día, cuando los judíos nos devuelvan a los palestinos todo lo que nos han robado, yo podré volver allá y abrir, con esta llave, el gran portón de mi hermosa casa. * * *

El caso de Nora Kurtz no es aislado. La política de ocupación judía en Palestina ha propiciado que Israel se apodere por la vía de la fuerza de miles de casas, tierras y lo más preciado para un país semidesértico: el agua de Palestina.

Y lo mismo ocurre en Jerusalén —como es el caso de Nora Kurtz—, que en ciudades del norte de Palestina como Nablus o Qualquiria; o bien hacia el sur como en Belén o la mítica Hebrón, cuna de las religiones judía, musulmana y cristiana.

Recorrer Palestina en este 2011
—como lo hizo este reportero durante 15 días—, es pisar una tierra por la que a cada paso saltan tantos retenes militares judíos —llamados checs points—, como historias de abusos, asesinatos, heridos, prisioneros, despojos y violaciones a los derechos humanos de palestinos por parte de Israel.

Una ocupación que tiene cifras: en Palestina hay actualmente 470 colonias israelitas con 520 mil colonos judíos “activos, fanatizados y recalcitrantes”, tal y como los describiera el escritor peruano y premio Nobel, Mario Vargas Llosa. Cada colonia está liderada por algún rabino y protegida por bases militares con las que Israel protege a los colonos invasores. Cálculos de la Autoridad Nacional Palestina señalan que por cada colono judío hay “por lo menos” un soldado israelita para su protección.

Hay casos extremos, como la ciudad de Hebrón, en donde para una sola colonia de 400 judíos hay 5,000 soldados encargados de dar seguridad a los invasores israelitas.

Estoy convencido que detrás del trazo de las colonias y del muro que Israel levanta en Palestina, el gobierno israelí lo que busca es dividir a Cisjordania —como se le conoce también a Palestina— en cinco reservaciones, incomunicadas una de otra de manera directa”, dice el concejal de Jerusalén, Mier Margalit, un judío argentino que encabeza una permanente lucha contra la ocupación de Israel en Palestina.

Hoy los judíos les hacemos a los palestinos lo mismo que los cristianos hacían a los judíos en la Europa Oriental en los años treintas. En nombre de una mentalidad militarista, Israel está haciendo barbaridades en Palestina. Y la única solución para que esto termine es que alguien decida darle a Israel una patada en el culo para que se salga de Palestina”, sentencia Margalit.