Por Carlos Reyes R,
Twiter: @pugnatur
En estos tiempos de Revolución, todo está dinamizado en torno al enfrentamiento que hacen las naciones emergentes al imperio de los Estados Unidos de Norte América, ora la moneda y su valor, ora el dominio de los grandes mercados, pero poco se oye acerca de la orientación Humanista de la sociedad. seguimos apegados a los dogmas pragmáticos del mercado, mientras seguimos oyendo lamentaciones de la FAO, y quedamos perplejos por el incremento de la pobreza y el hambre a lo largo y ancho de los 24 meridianos: el medio ambiente se resiente por la inclemencia del hombre en su afán productivo-destructivo; las naciones del mundo han entrado en un estado de estrés a la saga de una ecuación salvadora de sus economías; pero lo que es peor, los derechos humanos, que tanto tiempo tardó el hombre noble en alcanzar un nivel de conciencia conceptual, comienzan a quebrantarse por imposición de políticas neoliberales que solo pretenden el tope del ranking financiero, mientras debajo de la alfombra oculta el horror del hambre global in crescendo. HOMBRES VIRTUOSOS HACEN LAS NACIONES VIRTUOSAS
¿Qué será lo cuestionable entonces, cuando se critican las democracias alternativas emergentes como la ALBA? ¿Son los modelos de participación ciudadana los adecuados, para enfrentar los retos que la humanidad reclama? ¿Qué liderazgo requieren las naciones para alcanzar el equilibrio del universo que invocó El Libertador Simón Bolívar? Estas son interrogantes determinantes para enrumbar nuestro planeta a la sobrevivencia de la especie humana. ¿Qué necesitamos: genios economistas o sensibles humanistas? o ¿Se trata simplemente de mandatarios esclavos de fuerzas fácticas que manejan los hilos de poder y son los que formulan sus líneas gruesas? No, no es la sabiduría financiera del modelo capitalista lo que salvará la especie humana, ésta solo será posible con el concurso de todos los habitantes del planeta. O nos salvamos todos o desaparecemos todos. Quienes pretendan crear una hecatombe ambiental, alimentaria o criminal, al mejor estilo malthusiano, para reducir la especie humana, en la cual solo pueda sobrevivir la exquisita burguesía internacional, ponen en riesgo millones de vidas humanas sin ningún atisbo de decencia humana, y hasta religiosa.
¿Hora de la VIRTUD?, si, es la hora de la “virtud” en la gestión pública y privada, de la virtud informativa pública y privada, pero ¿Quién debe controlar esta gestión virtuosa? ¿Será la organización política del Estado? está demostrado por la vía de los hechos su incapacidad para regir una conducta recta que se traduzca en Bien Común, en Bien Social. Entonces: ¿Quién queda con semejante responsabilidad de control?, no queda otra que el “Poder Popular”, Es el poder popular el que debe formar sus propios líderes virtuosos, éstos no deben surgir de los partidos políticos, sino, de la misma masa popular, y el partido no debe ser otro que la estructura organizada para el ejercicio pleno de la participación electoral, y nada más.
El Presidente Hugo Rafael Chávez Frías lo ha dicho en repetidas ocasiones que esta Revolución Bolivariana exige la consolidación de la Moral Socialista, y ésta a su vez, exige la Ética Revolucionaria. Sin ética, no hay moral, y sin moral no hay revolución. Peor aún, sinmoral y sin ética, no hay nación, y sin nación no hay república, y por tanto, fácil presa de cualquier país agresor, pretendido de nuestras riquezas naturales.
Es necesario que cada ciudadano, de izquierda, de derecha, o del centro, asuma como venezolano, por convicción e iniciativa propia, la formación ética y moral de su familia, por encima de toda diferencia política, porque estas virtudes son ajenas al carácter político, sino que, son de orden humana y religiosa. Ellas son la fuente de una sociedad trascendente en el tiempo, en la ciencia y el porvenir.
¿Qué debemos sembrar y fomentar en nuestra familia y amistades? Primero que nada, en nosotros mismos debemos interiorizar los preceptos de la virtud ética y moral de un ciudadano modelo universal, solo así estaremos en condición ascendente para influir en nuestro círculo familiar y social. Esa virtud ciudadana no es más que la disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley. Se trata de un espíritu viril e indomable. Se trata de Integridad de ánimo y bondad, prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Es el hábito de obrar bien, independientemente de los mandatos de la ley, por la sola bondad, con la aquiescencia de la razón natural. SOLO ASÍ TENDREMOS PATRIA/ DE IGUALES Y HERMANOS.
Twiter: @pugnatur
En estos tiempos de Revolución, todo está dinamizado en torno al enfrentamiento que hacen las naciones emergentes al imperio de los Estados Unidos de Norte América, ora la moneda y su valor, ora el dominio de los grandes mercados, pero poco se oye acerca de la orientación Humanista de la sociedad. seguimos apegados a los dogmas pragmáticos del mercado, mientras seguimos oyendo lamentaciones de la FAO, y quedamos perplejos por el incremento de la pobreza y el hambre a lo largo y ancho de los 24 meridianos: el medio ambiente se resiente por la inclemencia del hombre en su afán productivo-destructivo; las naciones del mundo han entrado en un estado de estrés a la saga de una ecuación salvadora de sus economías; pero lo que es peor, los derechos humanos, que tanto tiempo tardó el hombre noble en alcanzar un nivel de conciencia conceptual, comienzan a quebrantarse por imposición de políticas neoliberales que solo pretenden el tope del ranking financiero, mientras debajo de la alfombra oculta el horror del hambre global in crescendo. HOMBRES VIRTUOSOS HACEN LAS NACIONES VIRTUOSAS
¿Qué será lo cuestionable entonces, cuando se critican las democracias alternativas emergentes como la ALBA? ¿Son los modelos de participación ciudadana los adecuados, para enfrentar los retos que la humanidad reclama? ¿Qué liderazgo requieren las naciones para alcanzar el equilibrio del universo que invocó El Libertador Simón Bolívar? Estas son interrogantes determinantes para enrumbar nuestro planeta a la sobrevivencia de la especie humana. ¿Qué necesitamos: genios economistas o sensibles humanistas? o ¿Se trata simplemente de mandatarios esclavos de fuerzas fácticas que manejan los hilos de poder y son los que formulan sus líneas gruesas? No, no es la sabiduría financiera del modelo capitalista lo que salvará la especie humana, ésta solo será posible con el concurso de todos los habitantes del planeta. O nos salvamos todos o desaparecemos todos. Quienes pretendan crear una hecatombe ambiental, alimentaria o criminal, al mejor estilo malthusiano, para reducir la especie humana, en la cual solo pueda sobrevivir la exquisita burguesía internacional, ponen en riesgo millones de vidas humanas sin ningún atisbo de decencia humana, y hasta religiosa.
¿Hora de la VIRTUD?, si, es la hora de la “virtud” en la gestión pública y privada, de la virtud informativa pública y privada, pero ¿Quién debe controlar esta gestión virtuosa? ¿Será la organización política del Estado? está demostrado por la vía de los hechos su incapacidad para regir una conducta recta que se traduzca en Bien Común, en Bien Social. Entonces: ¿Quién queda con semejante responsabilidad de control?, no queda otra que el “Poder Popular”, Es el poder popular el que debe formar sus propios líderes virtuosos, éstos no deben surgir de los partidos políticos, sino, de la misma masa popular, y el partido no debe ser otro que la estructura organizada para el ejercicio pleno de la participación electoral, y nada más.
El Presidente Hugo Rafael Chávez Frías lo ha dicho en repetidas ocasiones que esta Revolución Bolivariana exige la consolidación de la Moral Socialista, y ésta a su vez, exige la Ética Revolucionaria. Sin ética, no hay moral, y sin moral no hay revolución. Peor aún, sinmoral y sin ética, no hay nación, y sin nación no hay república, y por tanto, fácil presa de cualquier país agresor, pretendido de nuestras riquezas naturales.
Es necesario que cada ciudadano, de izquierda, de derecha, o del centro, asuma como venezolano, por convicción e iniciativa propia, la formación ética y moral de su familia, por encima de toda diferencia política, porque estas virtudes son ajenas al carácter político, sino que, son de orden humana y religiosa. Ellas son la fuente de una sociedad trascendente en el tiempo, en la ciencia y el porvenir.
¿Qué debemos sembrar y fomentar en nuestra familia y amistades? Primero que nada, en nosotros mismos debemos interiorizar los preceptos de la virtud ética y moral de un ciudadano modelo universal, solo así estaremos en condición ascendente para influir en nuestro círculo familiar y social. Esa virtud ciudadana no es más que la disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley. Se trata de un espíritu viril e indomable. Se trata de Integridad de ánimo y bondad, prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Es el hábito de obrar bien, independientemente de los mandatos de la ley, por la sola bondad, con la aquiescencia de la razón natural. SOLO ASÍ TENDREMOS PATRIA/ DE IGUALES Y HERMANOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario