¿En qué se basaban Marx
y Engels para determinar la misión histórica de la clase obrera?
Primero, en que la clase
obrera, que es la clase más explotada de la sociedad capitalista, en
virtud de sus condiciones de vida se convierte en el adversario más
consecuente y firme del sistema capitalista. Su vital interés de
clase empuja a los obreros a una lucha sin cuartel contra el
capitalismo. "De todas las clases que ahora se oponen a la
burguesía -señalaban Marx y Engels-, sólo el proletariado es una
clase realmente revolucionaria." Segundo, en que los obreros,
por la misma situación que ocupan en la producción, no se hallan
vinculados al pasado de ésta, sino a su futuro, y por consiguiente,
al futuro de la sociedad entera. ¿Qué significa esto?
Lo primero de todo, que
el desarrollo de la base material del capitalismo -la gran industria-
no amenaza la existencia del proletariado como clase, no quebranta
sus posiciones en la sociedad, sino que, al contrario, impulsa el
incremento numérico de los obreros y acrecienta su papel en la vida
social. Significa también que los intereses y aspiraciones de la
clase obrera coinciden con la orientación general de desarrollo de
las fuerzas productivas. El nivel de desarrollo alcanzado por estas
fuerzas bajo el capitalismo exige la supresión de la propiedad
privada sobre los medios de producción. Al cumplimiento de esta
tarea está llamada la clase obrera, el interés de la cual,
objetivamente, reside no sólo en la destrucción del capitalismo,
sino también en su sustitución por el socialismo, régimen que, una
vez implantado, abre vastos horizontes para un gigantesco crecimiento
de las fuerzas productivas de la sociedad. Como escribían Marx y
Engels, el proletariado ejecuta la sentencia que la propiedad
privada, al engendrarlo, había dictado contra sí misma. En efecto,
los obreros constituyen la única clase que carece de propiedad
privada sobre los medios de producción, y a la que, por lo tanto, no
puede tener en gran aprecio. Más aún, como la propiedad privada
sobre los medios de producción es la base de la explotación del
obrero por el capitalista, quiere decirse que su supresión y
sustitución por la propiedad social es el único camino que la clase
obrera tiene para emanciparse. Cuando Marx y Engels llegan a la
conclusión de que es precisamente la clase obrera la llamada a
destruir el capitalismo y construir el socialismo, tenían presente
también que es la única clase en posesión de las cualidades de
luchador que son necesarias para el cumplimiento de tan gran tarea
histórica. ¿Qué cualidades son éstas? La clase obrera posee, ante
todo, la superioridad del número. Es una de las clases más
numerosas de la sociedad capitalista y, además, crece
vertiginosamente.
Pero no se trata sólo de
esto. La clase obrera, por las condiciones mismas de su vida y su
trabajo, es también la que más se presta a la organización. El
trabajo en las grandes empresas habitúa al obrero al espíritu de
colectivismo, a una severa disciplina, a las acciones conjuntas y a
la solidaridad, virtudes inestimables no sólo en el trabajo, sino
también en la lucha. Los propios capitalistas, al reunir a miles de
obreros bajo el techo de sus fábricas, que además suelen estar
situadas en grandes ciudades, contribuyen a superar la dispersión y
el aislamiento que pesaban como una maldición sobre los otros
movimientos de masas de los trabajadores, y en especial sobre el
movimiento campesino. De ahí que los obreros puedan unirse y
organizarse mejor que cualquiera otra clase. La clase obrera es
también, entre todas las clases oprimidas, la más capaz de
desarrollar su conciencia y de aceptar una ideología científica
avanzada. La gran industria necesita de un trabajador más instruido
que la economía de otras formaciones. Y las condiciones de la lucha
de clases en la época del capitalismo exigen una conciencia política
incomparablemente más elevada. Esta conciencia la adquiere el
proletariado no sólo y no tanto en los libros como en la experiencia
del trabajo y de la lucha. Además, a la clase obrera se incorporan
los mejores intelectuales; éstos le ayudan a elaborar y adquirir una
ideología revolucionaria científica, la cual, al hacerse patrimonio
de millones de obreros, se transforma en una fuerza formidable. Los
proletarios son, al mismo tiempo, la clase más combativa y
revolucionaria de la sociedad. Todo esto la convierte en la encargada
de suprimir el capitalismo y sustituirlo por el socialismo. De ahí
que se califique de histórica esta misión de la clase obrera. En el
curso de la historia, a la cabeza de la sociedad han figurado clases
distintas: los esclavistas, los señores feudales y los capitalistas.
Cada una de estas clases transformaba la sociedad de acuerdo con sus
necesidades e intereses y contribuía al establecimiento de un modo
de producción más avanzado. Pero la injusticia social y la
desigualdad se mantenían siempre en pie. A la cabeza de la sociedad
figuraba constantemente un puñado de opresores, y cada nuevo paso
por la vía del progreso era conseguido al precio de inenarrables
calamidades de las masas trabajadoras, que siempre fueron la inmensa
mayoría de la sociedad.
Cuando la clase obrera se
pone a la cabeza de la sociedad acaba para siempre con esta tremenda
injusticia. A la vez que se emancipa ella misma, emancipa a la
sociedad entera. Transforma la organización social de conformidad
con sus necesidades e intereses y crea una sociedad nueva, en la que
todos los hombres serán verdaderamente felices. Porque la misión de
la clase obrera consiste en eliminar definitivamente la causa primera
de la injusticia social -la propiedad privada sobre los medios de
producción-, que trae consigo la división de la sociedad en ricos y
pobres, en explotadores y explotados, en opresores y oprimidos. Este
es el único camino capaz de liberar a la sociedad de la miseria y la
falta de derechos de las masas, de la opresión nacional y política,
del militarismo y de las guerras.
"Todos los
movimientos que han tenido lugar hasta ahora -decían Marx y Engels
en el Manifiesto del Partido Comunista- eran movimientos de una
minoría o se realizaban en interés de una minoría. El movimiento
proletario es el movimiento independiente de la inmensa mayoría en
interés de la inmensa mayoría." La doctrina de la misión
histórica de la clase obrera es una parte muy importante de la
ideología marxista. Por primera vez indicaba la vía real para que
las masas oprimidas y explotadas pudiesen ver cumplidas sus
aspiraciones de libertad y de justicia. ¡Cuántos hombres eminentes
y movimientos sociales fracasaron porque no pudieron ver la fuerza
social que era capaz de dar a los pueblos la libertad, el bienestar y
la felicidad! Unos apelaban a la sabiduría de los monarcas, otros
esperaban que la sociedad sería salvada por el genio creador de los
científicos e ingenieros, o veían la salvación en los "hombres
dotados de espíritu crítico", o en la vuelta al régimen
patriarcal campesino y a los gremios de las industrias medievales.
Todas estas esperanzas y proyectos conducían únicamente a una
estéril dilapidación de fuerzas y energías, y a menudo de vidas
humanas. El luminoso sueño secular de la humanidad -el socialismo-
dejó de ser una utopía incorpórea cuando apareció y quedó
definida científicamente la fuerza social capaz de dar vida a ese
sueño, cuando la misión histórica de la clase obrera se hizo
evidente para los propios obreros y los hombres avanzados de otras
clases oprimidas de la sociedad capitalista.
Por eso Lenin, al
referirse a los inapreciables méritos de los fundadores del
marxismo, escribía: "Lo principal en la doctrina de Marx es el
esclarecimiento del papel histórico del proletariado como creador de
la sociedad socialista.
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