LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

martes, 25 de octubre de 2011

MERCADO DE DOMINACIÓN

La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. Carlos Marx

Una de las materias más apasionantes en el estudio político es el hecho asombroso de que una minoría ínfima consiga dominar a una gran mayoría, ponerla a su servicio y transformarla en principal soporte de su propia dominación.

El estudio político, la política, en gran medida, giran alrededor de la pregunta ¿Cómo la clase dominante consigue la dominación? Es verdad, si observamos el mundo percibiremos un asombro que recorre la historia de la humanidad: millones de depauperados y sólo miles de privilegiados. Millones de hambrientos, sólo unos pocos ahítos. Una porción pequeñísima del mundo consume más del ochenta por ciento de lo que el planeta produce, y el resto se conforma con las migajas. Desde el principio de la historia ha sido así, millones esclavos y miles señores dueños. Lo asombroso es que esta situación se mantenga por milenios. La política revolucionaria grande, la importante es el cómo acabar con esta situación.

Hay algunas noticias que ayudarán a la comprensión del fenómeno: “Una madre vende a su hijo pequeño, el dinero obtenido lo usará para llevar a los dos más grandes a Disneyworld.”

Un muchacho vende uno de sus riñones para conseguir comprar un ipad.” “Una joven vende su virginidad y usará el dinero para comprar un iphone.” “Un mendigo en Estados Unidos pide limosnas para comprar el último disco de Britney Spears.” “Obreros exigen que repartan los dividendos en empresas que no dan ganancias.” “Unos empresarios están presos y otros perseguidos por estafar a Bancos.” “Los financistas de Wall Street ganan más en medio de las crisis que condenan a millones a la miseria y los llevan al suicidio.” “Para los imperialistas capitalistas las guerras son un negocio, dan mucho lucro.”

Los negocios alteran gravemente el equilibrio ecológico, derriten los polos, alteran el clima, contaminan, ponen en peligro la existencia de la vida, pero siguen siendo un negocio.” “La gente protesta porque no tiene.” “Otros protestan por tener oportunidad de tener.” “Una gran fuerza militar y psicológica mundial protege al mercado.”

Con los votos de los que nada poseen eligen Presidentes que representan a los que desde el comienzo de los tiempos todo lo poseen.” “ Los que no poseen van a la guerra a defender las riquezas de los que los despojan.” “Los que no poseen se matan entre ellos.” “Los humildes son los principales enemigos de los humildes.” “Los poseedores se unen bajo un mismo estandarte”.


Si estudiamos los datos anteriores veremos que guardan relación: todos tienen en el fondo la necesidad, la compulsión de poseer mercancías, no importa el costo, no importa el cómo.

Es así, el mundo se mueve por la exigencia de adquirir mercancías, aun a costa de la vida, por encima de las necesidades básicas.

El pensamiento de los clásicos se concreta: “El mundo de las mercancías, de las cosas, gobierna al mundo de los hombres”, y lo hace llevándolo, llevándonos a los límites de la locura, de la esquizofrenia.

Es así, el capitalismo valoriza al humano de acuerdo a la cantidad de mercancías que atesore, o mejor, a la capacidad de adquirir mercancías: mientras más, mejor; mientras más rápido, mejor. Las mercancías pierden vigencia, pierden su capacidad de conferir prestigio al poseedor, y deben ser sustituidas. De esta manera se produce una circulación demencial de mercancías que permite al capitalismo acumular.

La circulación de mercancías es para el capitalismo como la circulación de la sangre para el cuerpo, si se detiene viene la muerte.

El capitalismo, la dominación actual, la cultura que la sustenta está signada por esta circulación macabra: todo se piensa, se siente, se organiza alrededor de estas necesidades artificiales, de conseguir su satisfacción a como dé lugar.

Se teje una fina e imperceptible red de dominación que funciona de manera espontánea, que hace de la política el reino de las mercancías.

Éstas, su circulación, su compra y su venta, determinan las acciones políticas.

La política con las elecciones burguesas, tal como se ha dicho, se transformó en un gran mercado, los candidatos son productos, mercancías.

Pero, también las ideas, las acciones son mercancías, orbitan, son condicionadas por la compra y la venta. El que mejor se venda, el que más ofrezca, gana. El que ofrezca poco, el que se venda con deficiencia, ese pierde.

La voluntad consumista de las masas

condiciona la política burguesa, y condiciona

la conducta de los gobernantes, le

pone coto a su acción, no pueden gobernar

ni gobernarse fuera de la voluntad de

la circulación de las mercancías, son esclavos

del mundo de las cosas.


La Revolución, el rompimiento de la dominación, es en esencia la fractura del mundo de las mercancías, de la cultura que le da origen,lo sustenta. P ara eso es necesario en primer término, fortalecer la ideología que guíe el rompimiento con las necesidades artificiales y patológicas. En segundo lugar, sustituir el sistema electoral burgués, o mejor, el mercado electoral burgués. Tercero, concientizar al pueblo. Cuarto, agrupar en una vanguardia, en un partido a los más conscientes, estos prefigurarán el mundo de las nuevas necesidades, de las nuevas relaciones, donde el humano regrese al centro de la vida, y las cosas ocupen su lugar de subordinadas, así labrarán la autoridad moral para dirigir las acciones liberadoras.



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