LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

domingo, 30 de mayo de 2010

No caer en oportunismos como el de quienes dicen que hay que votar por Mokus para detener a Santos


¡La ideología de la oligarquía es el anticomunismo! Dijeron hace 46 años los organizadores de la resistencia en Marquetalia, luego fundadores de las FARC, y así lo dejaron escrito en sus estatutos y normas fundacionales que convirtieron el anticomunismo en una muy grave contravención contra el Pueblo. En un crimen contra revolucionario.



Los fundadores habían entendido en carne propia que, el imperialismo norteamericano y la oligarquía vendepatria y cipaya, habían convertido, 50 años antes de la guerra fría, a toda la Fuerza Publica armada colombiana en un Partido Anticomunista dirigido por el generalato activo y de reserva, dispuesto a “exterminar al comunismo ateo a como diera lugar”.



En esta tarea histórica siempre contaron con el auxilio de los dos partidos tradicionales Liberal y Conservador, que por definición son anticomunistas y, especialmente con el concurso de la Curia Católica, quien siempre les colaboró eficazmente a través de los capellanes militares y los sermones en los púlpitos de las iglesias de todo el país, manipulando descaradamente la conciencia cristiana de los colombianos con el miedo irracional a un supuesto ateismo de los comunistas. Con el triunfo de la revolución bolchevique esta manipulación se aumentó y se convirtió en política oficial colombiana: “El único comunista bueno, es el que está muerto” Fue la consigna oficial que justificó en 1928, la masacre de las bananeras y todas las que le han seguido a continuación.



Los comunistas de las ciudades debieron clandestinizarse durante muchos años y los del campo “enmontarse” para que no los exterminaran y, durante los cortos periodos en que no fueron ilegales como en el López Pumarejo, debieron camuflarse bajo otros nombres políticos para poder actuar o participar tímidamente en las elecciones. ¡Todavía no había en Colombia guerrillas comunistas! Luego vino el exterminio no solo de comunistas o de sus aliados, sino simplemente de todo aquel que oliera a socialismo, como le sucedió a Jorge Eliécer Gaitán. ¡Y todavía no había en Colombia guerrillas comunistas!



Vinieron las dictaduras conservadoras de Ospina, Laureano y Gurropín y el exterminio de los comunistas continuó ¡Sin que todavía hubiera en Colombia guerrillas comunistas! Durante los primeros gobiernos del Frente Nacional bipartidista, los comunistas debieron actuar en una situación precaria de semi-legalidad, y el exterminio continúo. Hasta que finalmente vino el Plan gringo Laso de 1964, para acabar de una vez por todas las repúblicas comunistas y entonces, solo entonces, como un derecho a la legítima defensa surgieron las FARC. A partir de allí, el pretexto que iría a justificar la continuación del exterminio de los comunistas colombianos, bien estuvieran armados o no, fue la consigna de Lenin de que las masas proletarias y campesinas trabajadoras del mundo y de acuerdo a las circunstancias, podían utilizar todas las formas de lucha de masas.



Fue el pretexto ideal. “Nadie puede ser legal e ilegal a la vez“, dijeron los oligagarcas colombianos para justificar la continuación del exterminio y con esto, el imperialismo gringo pudo enmarcar su dominación sobre Colombia bajo su Guerra Fría mundial contra el comunismo. Para este fin se reorganizó el ejército colombiano y el exterminio continuó. Las masacres de los concejales comunistas de Yacopí, Cimitarra y el Magdalena Medio, o los Llanos del 70, se empataron con el exterminio de la Unión Patriótica en los 80 y para ampliar la cobertura en los 90 se llevaron a los Paramilitares oficiales a todo el territorio del país. Así que la historia de la tragedia colombiana hasta nuestros días, es la historieta sangrienta del anticomunismo impuesto hasta hoy al pueblo colombiano, por del imperialismo gringo y la oligarquía vendepatria. Esto constituye el ABC de la historia de Colombia, que nunca podrá olvidarse.



¿Cual es la diferencia de ese entonces con lo que está sucediendo hoy día? ¿Pueden acaso los comunistas en este momento ir a elecciones con su propio nombre político? O les toca presentar ante la población colombiana sus propuestas de Paz, disolviéndolas bajo las banderas de otras fuerzas que se llaman de Izquierda. ¿Se ha detenido acaso el exterminio de los comunistas bien sean estos legales o ilegales?



Actualmente estamos ante una farsa electoral que se supone irán a encontrarle remplazo al actual presidente de Colombia Uribe Vélez, totalmente desgastado por 8 años de intensa y amplia denuncia, tanto nacional e internacional y sobre todo, de lucha decidida de masas de amplios sectores de trabajadores contra el fascismo-narco- paramilitar que él y su mafia apoyada por los gringos, le impusieron con masacres al pueblo colombiano.



Después de la “fatiga de la guerra” para exterminar a los comunistas sin triunfo a la vista, y del desastre económico en que deja sumido al país que ha golpeado muy duro a los trabajadores y a las clases medias tanto urbanas como rurales; hay un deseo positivo de la mayoría de los colombianos por restablecer la legalidad y la legitimidad burguesa en Colombia, destruida por el fascismo Uribista, lo que también es apoyado por la comunidad Internacional.



Como el fascismo en Colombia trasladó la política de los partidos a los medios de comunicación y propaganda; este anhelo popular ha sido hábilmente capitalizado y manipulado en su cúpula directiva, por el grupo anticomunista y reaccionario de Mokus apoyado por los banqueros trasnacionales y neoliberales del grupo Rothschild como Rudolf Hommes, los hermanos Montenegro, Fadúl y Peñaloza, y otros anticomunistas menores renegados, quienes a través de los medios de comunicación, editoriales y encuestas, han encontrado la manera de vestir la mona, con la seda verde del legalismo moralista y militarista del tradicional Santanderismo de la oligarquía colombiana. Y a esto le han dado el demagógico nombre de “Ola Verde”.



La familia de Mokus tuvo que salir huyendo de Lituania al final de la segunda guerra mundial, porque tuvieron una destacada actividad dentro del Partido Nazi de Lituania y el ejército rojo y las autoridades soviéticas de ese país los estuvieron buscando. Por ese anticomunismo familiar Nazi, y no por su Demencia del Parkinson o su consumo habitual de marihuana, es que lanza la calumnia anticomunista de que en el Polo Democrático hay fuerzas que todavía apoyan la combinación de las formas de lucha, como le dijo a Petro para lavarlo ¿A quien se refería tan maliciosamente Mokus? Obviamente al Partido Comunista que forma parte del PDA.



El objetivo de esa burda calumnia no es otro que el de seguir la política de exterminio de los comunistas, pero con la mona vestida de verde y con la demagogia del su legalismo Santanderista, que de llegar a ganar tampoco anuncia nada positivo para la paz de Colombia, o en favor de los cambios urgentes que la sociedad colombiana está exigiendo actualmente.



Ya existe claridad en el movimiento popular colombiano, de que Juan Manuel Santos a quien el ingenio popular llama chuky, es el continuador de la política fascista pro-gringa y arrodillada de Uribe Vélez, y que en ellos hay que centrar la denuncia y la oposición. Pero esto eso no quiere decir que Mokus sea una excepción democrática que liquide el anticomunismo del fascismo Uribista, o abra una pequeña posibilidad a una trasformación democrático-burguesa. Por el contrario, si Mokus llegase a ganar, va a hacer un gobierno demagógico, anticomunista y ultrarreaccionario de ajuste fiscal neoliberal para la crisis mundial, que intensificará “legalmente” la guerra gringa contra el Pueblo colombiano.



Si gana Santos será la continuidad fascista de Uribe. Y si gana Mokus, será el ajuste fiscal, más la guerra gringa arropada de una legalidad demagógica, que no podrá hacerse nunca realidad por el carácter del personaje y los compromisos económicos e ideológicos que tiene. ¿Ya se olvidó la recomendación santa que le dio Monseñor Rubiano?



Esto debe advertirse y tenerse claro para no generar ilusiones de ningún tipo, o caer en oportunismos como el de quienes dicen que hay que votar por Mokus para detener a Santos. Así no se detiene nada y en cambio si se justifica electoralmente la demagogia legalista y anticomunista que se avizora. Solo las distintas acciones de masas, incluida la denuncia de la farsa electoral actual, decidirán la marcha y el rumbo de los acontecimientos en la “coyuntura colombiana”, que querámoslo o no, ya es Andina.. ANNCOL

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