LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

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Canciones de Combate

lunes, 20 de octubre de 2014

La diarrea intelectual



La diarrea del intelecto es una marca comercial patentada por los trotskistas: no paran de escribir porque es la mejor manera de que luego se escriba sobre ellos, generando así un volumen de  Letras que no tiene nada que ver con la realidad. El caso de su maestro imprimió su sello a toda la  Pocilga:

Trotski no sólo escribió su biografía, lo que ya es insólito dentro de la historia del movimiento obrero, sino que además escribió la de su adversario, Stalin. Así no dejaba ningún cabo suelto. En un modo de producción que hace mucho tiempo tiene establecida la división entre trabajo manual y trabajo intelectual, la sobredosis de trabajo intelectual expone la penuria de trabajo manual. Quien tanto escribe no tiene callos, ni roña en la uñas. Esa perversa escisión provoca que unos sean el motor de la historia mientras los otros van por detrás escribiéndola a su manera. Los que cayeron en las trincheras heroicamente, haciendo, no pudieron escribir, no nos llegan sus voces, pero los que escriben (porque tienen tiempo para ello) es seguro que no hacen y no hacen porque no están; escriben sobre lo qu
e se imaginan, sobre lo que les dicen. Los historiadores son Intelectuales, normalmente burgueses que, por tanto, valoran a los de su misma clase y condición. Por ejemplo,
ven con buenos ojos a todo aquel que a diario atentan contra el movimiento revolucionario  es decir, a toda la canalla trotskista, a los que califican como brillantes, mientras que los revolucionarios son grises, mediocres y burócratas. Realmente repulsivo.

TEXTO TOMADO DE El origen de la quinta columna
del libro de Michael Sayers y Albert E. Kahn: La gran conspiración contra Rusia,
Ediciones Nuestro Pueblo, París, 1948,

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