LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

LUCHANDO CONTRA EL FASCISMO DESDE TODAS LAS TRINCHERAS

Canciones de Combate

viernes, 30 de julio de 2010

Colombia y el Estado Fascista


El Gobierno colombiano desde siempre a actuado como Terroristas de Estado, que mata al pueblo,su propio pueblo. Son mas de 100 mil colombianos asesinados por ese engendro que permite a una oligarquía parásita usufructuar el poder. Tal es el reciente hallazgo de la fosa en el sector de la Macarena donde se hallaron mas de 2000 victimas de la parapolitica, esa es solo una fosa de las mas de 2000 que han sido conseguidas. Por mas de 50 años ser campesino pobre o Comunista en Colombia a sido motivo de que el Estado paramilitar asesine a nuestros hermanos, también hay personas que se dan falsas esperanzas con el nuevo gobierno de Juan Manuel “Chuky” Santos, no caigamos en estos compañeros y compañeras este señor es un asesino, como hace poco estuvimos comentando en la red social de Twitter “si Uribe es un títere del Imperio, Santos es su perro de guerra” ya bien lo dijo“la tarea del nuevo Gobierno es desarrollar mas lo ya hecho por nuestro gobierno” cuando el fascista de uribe dice esto que quiere decir? Que hayan mas macarenas? Mas falsos positivos y mas parapolitica? Pues claro!! la política asesina y fascista se va a incrementar contra los pobres de Colombia no hay que dejarse engañar. Los Pueblos no olvidan a los que por años los han atacado. Pero desde las montañas de Colombia se forja la esperanza, luchando por el futuro de la Nueva Colombia,la Bolivariana. Los herederos de Bolívar que luchan contra la oligarquía apátrida esta misma que asesina, viola crea falsos positivos y pisotea la soberanía de nuestro pueblo hermano permite la instalación de 7 nuevas bases militares donde se le da libre acceso a estos asesinos mercenarios y se utiliza como plataforma para el ataque contra los pueblos dignos de la Región que nunca se arrodillaran al imperio gringo, los pueblos de América siempre alertas contra cualquier jugada de esta oligarquia apatrida y desde la tierras Indígenas y como dignos herederos de Bolívar le decimos al imperio y sus lacayos lamebotas NO PASARAN LATINOAMERICA SE RESPETA!!!!!
“No envainaré jamás la espada, mientras la libertad de mi Patria no esté completamente asegurada” Simón Bolívar.
Twitter: @Stalin_Candanga


aquí le dejamos un texto sobre la realidad de Colombia realizado por los compañeros de
ANNCOL

ImageSon de ingrata recordación los miles de masacres, desapariciones forzadas, asesinatos selectivos, desplazamientos.Todos estos asesinatos realizados por el aparato de represión del régimen, las fuerzas armadas estatales y su engendro criminal, los narco-paramilitares. Que responde a los intereses de oligarcas, terratenientes, financistas y mafia narcotraficante, a través de un Estado manejado por una Clase Política corrupta y asesina. No es como dice el Fiscal de Colombia de que ‘la clase política reclutó a los narco-paramilitares’. No, la ‘clase política’ cooptó las estructuras de las bandas de narcotraficantes y paramilitares, las puso a su servicio para ejercer el poder y enriquecerse.
Las denuncias de los capos narco-paramilitares –en los remedos de ‘justicia’ de la ley de ‘Justicia y Paz’- prueba lo que el pueblo ya sabía. Los políticos colombianos, quienes manejan el poder ejecutivo, el legislativo, el judicial, y los militares, son quienes también manejaban –y manejan- a los narco-paramilitares para mediante la violencia oligárquica aposentarse en el poder.
Pruebas hay de sobra. Una de ellas la pretensión del primo del Exministro de defensa, y Presidente electo por el fascismo J.M. Santos, de manejar un bloque narco-paramilitar en Bogotá, el Bloque Capital, quien hoy se atraviesa nuevamente como vaca muerta en la vía del Intercambio y la Paz. Ahí están presos algunos –que no sabemos si llegará hasta sus últimas consecuencias o será otro manto de impunidad-, 21 congresistas para ser exactos y 53 encartados por la Corte y la Fiscalía como prueba fehaciente de una ‘clase política’ que siempre ha recurrido al asesinato para
mantenerse en el poder y apoderarse de las tierras de las víctimas, en forma acumulación capitalista. Pero también para captar los inmensos recursos de una actividad asesina como el narcotráfico.
Hoy el descuadernamiento del país es más manifiesto en la ‘clase política’. Un presidente de inocultables relaciones mafiosas y paramilitares. Vicepresidente y ministros de igual condición. Un Congreso de la República resquebrajado como nunca antes su credibilidad por cuenta de lo que llaman los ‘escándalos de la narco-para-política uribista’, y si algo los salva sería el trabajo denodado de la senadora Piedad Córdoba en pro del Intercambio Humanitario y la Paz. Un poder judicial que no deja de estremecerse con las denuncias de sus relaciones no santas con miembros de la mafia del narcotráfico. Unos militares y policías que se dan
plomo entre ellos por proteger a capos del narcotráfico, amén de que torturan y abusan a sus pobres soldaditos.
Así son las cosas en Colombia. Por eso hoy decimos que hasta tanto el Estado deje de
asesinar colombianos, de ejercer el Terrorismo de Estado, desde ese día el pueblo dejará de desarrollar las formas armadas de resistencia, y aplicarles la fuerza del pueblo. Porque esas formas de resistencia armada son la única garantía de preservar la vida, de defenderla de los asesinos estatales. Porque los muertos del pueblo son muertos de verdad, reales, dolorosamente reales. Y porque hay también miles de colombianos ‘muertos en vida en el exilio’, que es otra forma de asesinarlos.
Pero por lo visto los personeros del régimen, los Uribes, Santos, Vargas Lleras, Pardo-Ruedas, José-obdulios, Londoños, etc, etc, están muy cómodos asesinando o mandando a sus esbirros a asesinar hijos del pueblo. Durante los primeros cuatro años de Uribe Vélez han sido asesinados 11.282 colombianos ‘fuera de combate’. Lo más doloroso es que usan para ello a parte del pueblo por el mecanismo del ‘servicio militar obligatorio’, un reclutamiento forzoso para que le sirvan a un estado que asesina sus propios padres, a sus propios hijos.
Por ello los vemos lanzando sus diatribas envenenadas contra los deseos de la población colombiana de alcanzar el Intercambio Humanitario, paso previo e imprescindible para alcanzar la Paz en Colombia.
Estamos seguros que el Estado sólo dejará de asesinar a su propio pueblo cuando construya un Nuevo Estado, una Nueva Colombia, en paz, con justicia social, libertad, independencia y soberanía nacional. Entonces y solo entonces, ‘nuestros muertos de ayer y de ahora encontrarán paz en sus tumbas’ porque se aplicará justicia, la verdadera justicia, la justicia popular.

miércoles, 28 de julio de 2010

Todos los caminos de la delincuencia conducen a Uribe Vélez


Miles de miles de casos de delincuencia demuestran que Uribhitler es el más grande mafioso de Colombia.


ANNCOL

La enorme corrupción que asola Colombia conduce indefectiblemente a la presidencia de la república. Más que eso, conducen directamente a Uribe Vélez.

La corrupción de Incoder, Findeter, Supervigilancia privada, Supernotariado y Registro, Cancillería, Minagricultura, todas, conducen a Uribe Vélez. La corrupción de Jorge Noguera Cotes en el DAS, con borramiento de pasados judiciales a cambio de millones de dólares, elaboración de ‘listas negras’ de sindicalistas y luchadores populares para entregárselas a “Jorge 40” para que los ‘ejecutaran’, la elaboración de planes de magnicidio con militares colombianos, gringos y venezolanos a ser realizados en Venezuela, todos, conducen indefectiblemente a Uribe Vélez.

La narco-para-política con 35 parlamentarios presos, 65 encartados en investigaciones, y sus amores’ la Conchi, los ÁlvaroAraújo –uno preso y el otro huyendo como el vulgar delincuente que es-, todos conducen a Uribe Vélez. Incluso sus pataleos de seguir teniendo las mayorías’ del parlamento de manera artificial y artificiosa, y los fenómenos de la “silla vacía”, pasando a la “silla eléctrica” hasta llegar a la “celda vacía”, todos, conducen a Uribhitler (Uribe Vélez).

La ‘Yidis-política’ con la compra de Díaz Mateus, Teodolindo y Yidis, por un lado, y la otra parte, con Sabitas Pretelet de la Vega, Diego Palacio y cuatro más, con toda la ‘pimienta’ de que Yidis estaba ‘loca’, conduce a Uribhitler. La muerte sospechosa de Pedro Juan Moreno en un accidente de aviación, conduce a Uribe Vélez.

El asesinato alevoso de Raúl Reyes, de civiles inocentes desarmados, y la violación de la soberanía nacional del Ecuador –exportando la ‘guerra’ y constituyéndose en ‘punta de lanza’ del imperio-, pasa por JuanManuel Santos, militares gringos, y llega a Uribhitler, que demuestra que para Uribhitler la ‘soberanía nacional’ es cosa de poca monta porque él no tiene ningún valor ni moral ni ético.El desplazamiento forzoso de más de 5,4 millones de colombianos, campesinos e indígenas, para apoderarse de sus tierras y en ellas adelantar proyectos de producción de biocombustibles, pasan por el ‘uribito’ Arias, y llegan a Uribhitler. El asesinato de sindicalistas, partidarios de izquierda, después de ser señalados por el dedo inquisitorial de JoséObdulio –primo del “Don” Pablo Escobar Gaviria, y hermano de 2narcotraficantes que pagaron cárcel en USA por narcotráfico!-, conducen necesariamente a Uribhitler.

La extradición de los capos narco-paramilitares –para silenciarlos y que ‘arreglen sus cuentas como puedan’-, así como la ‘herencia’ de las rutas de narcotráfico por personal cercano a JuanMnauel y demás, conducen a Uribhitler. La extradición de Simón Trinidad, Sonia, e Iván, conduce directamente a Uribhitler. La extradición de 600 colombianos acusados de narcotráfico –‘la competencia’- conducen indefectiblemente a Uribhitler.

La enorme corrupción de los militares y policías para ganarse los narco-dólares de los capos narco-paramilitares, conduce a Uribhitler. El mantener a un general –‘Coca’ Naranjo- en la policía a sabiendas que ‘su hermanito’ está preso en Alemania pagando condena por narcotraficante, conduce directamente a Uribhitler. El mantener a otro general –Castro- en la policía, después de que se le ‘cayeron’ 409 kilos de cocaína en México, conduce inexorablemente a Uribhitler.

El asesinato de 10.282 colombianos en los primeros cuatro años, conducen indefectiblemente a Uribhitler. Los ‘falsos positivos’ de JuanManuel, los ‘autoatentados’, el ‘fuego amigo’, las masacres de Guaitairilla y Jamundí, conducen a Uribhitler. Los ‘paseos millonarios’ de miembros de la policía y ‘secretos’, conducen a Uribhitler. Los mas de 2000 muertos encontrados en la fosa comun mas grande de toda latinoamerica en la Macarena en el departamento del Meta, enterrados entre 2004-2010 bajo fosas comunes en un cementerio clandestino, tienen la firma del fascista uribe.

La ‘mafia’ del ‘gemeleo’ de carros –más de 500 carros ‘clonados’- por agentes de la SIJIN, conducen directamente a Uribhitler. Y son miles y miles de delitos más cometidos por la mafia de la Casa de Nariño, que nos llevan a concluir que en Colombia ‘todos los caminos de la delincuencia conducen a Álvaro Uribe Vélez’.

martes, 27 de julio de 2010

Las 2 Coreas


Las acciones intimidatorias del Imperio Norteamericano junto a sus lacayos de Corea del sur busca crear una tensión en el continente asiático, con sus bases militares en Japón que el gobierno japones respalda y su otro frente en seul crea un fuerte de combate y refuerzo estrategico para las flotas colocada en el mar amarillo.
la reciente visita del perro de caza de los eeuu, la señora Hillary Clinton a corea del sur no fue mas que una pretensión de fuerza y los recientes ejercicios busca hacer una demostración de poderio belico en la región.
pero como diría el Gran Camarada Mao " Todos los imperialistas son tigres de papel, parecen poderosos pero en realidad no lo son tanto, es el pueblo el que es realmente poderoso" .los Combatientes Revolucionarios dignos herederos del Camarada Kim il Sung no se arrodillaran al imperio ni sus lacayos, los Eeuu no saben que les espera si despiertan al gigante Coreano donde todo un pueblo es un solo soldado al momento de defender su Revolución, el Gobierno de Corea del Norte a dejado claro que es un Estado de paz y su lucha es por la paz pero no se doblegaran por sanciones impuestas por organismos de seguridad que responden a la política imperial, la otan desde hace mucho tiempo a visto a la Corea Socialista como un objetivo militar, y con los acontecimientos recientes vemos como ya se aproxima una agresión.
no tenemos duda y acompañamos el sentimiento de nuestros hermanos. el pueblo Venezolano al igual que el pueblo Coreano le dice al imperio que la bota gringa No Pasaran, por que estamos dispuestos a luchar por el Socialismo Venceremos!!!!
por eso queremos dejarle un escrito del Comandante Fidel Castro cuando Hace un recorrido histórico sobre los orígenes del conflicto de las 2 Coreas.
Twitter: @stalin_candanga.

Fidel Castro Ruz

La nación coreana, con su peculiar cultura que la diferencia de sus vecinos chinos y japoneses, existe desde hace tres mil años. Son características típicas de las sociedades de esa región asiática, incluidas la china, la
vietnamita y otras. Nada parecido se observa en las culturas occidentales, algunas con menos de 250 años. Los japoneses habían arrebatado a China en la guerra de 1894 el control que ejercía sobre la dinastía coreana y convirtieron su territorio en una colonia de Japón. Por acuerdo entre Estados Unidos y las autoridades coreanas, el protestantismo fue introducido en ese país en el año 1892. Por otro lado, el catolicismo había penetrado igualmente en ese siglo a través de las misiones. Se calcula que actualmente en Corea del Sur alrededor del 25 por ciento de la población es cristiana y una cifra similar es budista. La filosofía de Confucio ejerció gran influencia en el espíritu de los coreanos, que no se caracterizan por las prácticas fanáticas de la religión. Dos importantes figuras ocuparon los primeros planos de la vida política de esa nación en el siglo XX. Syngman Rhee, que nace en marzo de 1875, y Kim Il Sung 37 años después, en abril de 1912. Ambas personalidades, de distinto origen social, se enfrentaron a partir de circunstancias históricas ajenas a ellos.
Los cristianos se oponían al sistema colonial japonés, entre ellos Syngman Rhee, que era practicante activo del protestantismo. Corea cambió de status: Japón anexó su territorio en 1910. Años más tarde, en 1919, Rhee fue nombrado Presidente del Gobierno Provisional en el exilio, con sede en Shanghai, China. Nunca empleó las armas contra los invasores. La Liga de las Naciones, en Ginebra, no le prestó atención.
El imperio japonés fue brutalmente represivo con la población de Corea. Los patriotas resistieron con las armas la política colonialista de Japón y lograron liberar una pequeña zona en los terrenos montañosos del Norte, durante los últimos años de la década de 1890. Kim Il Sung, nacido en las proximidades de Pyongyang, a los 18 años se incorporó a las guerrillas comunistas coreanas que luchaban contra los japoneses. En su activa vida revolucionaria alcanzó la jefatura política y militar de los combatientes antijaponeses del Norte de Corea, cuando sólo tenía 33 años de edad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió el destino de Corea en la posguerra. Entró en la contienda cuando fue atacado por una criatura suya, el Imperio del Sol Naciente, cuyas herméticas puertas feudales abrió el Comodoro Perry en la primera mitad del siglo XIX apuntando con sus cañones al extraño país asiático que se negaba a comerciar con Norteamérica.
El aventajado discípulo se convirtió más tarde en un poderoso rival, como ya expliqué en otra ocasión. Japón golpeó sucesivamente décadas más tarde a China y Rusia, apoderándose adicionalmente de Corea. No obstante fue astuto aliado de los vencedores en la Primera Guerra Mundial a costa de China. Acumuló fuerzas y, convertido en una versión asiática del nazifascismo, intentó ocupar el territorio de China en 1937 y atacó a Estados Unidos en diciembre de 1941; llevó la guerra al Sudeste Asiático y a Oceanía. Los dominios coloniales de Gran Bretaña, Francia, Holanda y Portugal en la región estaban condenados a desaparecer y Estados Unidos surgía como la potencia más poderosa del planeta, resistida sólo por la Unión Soviética, entonces destruida por la Segunda Guerra Mundial y las cuantiosas pérdidas materiales y humanas que le ocasionó el ataque nazi. La Revolución china estaba por concluir en 1945 cuando la matanza mundial cesó. El combate unitario antijaponés ocupaba entonces sus energías. Mao, Ho Chi Minh, Gandhi, Sukarno y otros líderes prosiguieron después su lucha contra la restauración del viejo orden mundial que era ya insostenible.
Truman lanzó contra dos ciudades civiles japonesas la bomba atómica, arma nueva terriblemente destructiva de cuya existencia, como se ha explicado, no había informado al aliado soviético, el país que más contribuyó a la destrucción del fascismo. Nada justificaba el genocidio cometido, ni siquiera el hecho de que la tenaz resistencia japonesa había costado la vida a casi 15 mil soldados norteamericanos en la isla japonesa de Okinawa. Ya Japón estaba derrotado y tal arma, lanzada contra un objetivo militar, habría tenido más tarde o más temprano el mismo efecto desmoralizador en el militarismo japonés sin nuevas bajas para los soldados de Estados Unidos. Fue un acto incalificable de terror.

Los soldados soviéticos avanzaban sobre Manchuria y el Norte de Corea, tal como lo habían prometido al cesar los combates en Europa. Los aliados habían definido previamente hasta qué punto llegaría cada fuerza. En la mitad de Corea estaría la línea divisoria, equidistante entre el río Yalu y el Sur de la península.El gobierno norteamericano negoció con los japoneses las normas que regirían la rendición de las tropas en su propio territorio. Japón sería ocupado por Estados Unidos. En Corea, anexada a Japón, permanecía una gran fuerza del poderoso ejército japonés. En el Sur del Paralelo 38, límite divisorio establecido, prevalecerían los intereses de Estados Unidos. Syngman Rhee, reincorporado a esa parte del territorio por el gobierno de Estados Unidos, fue el líder al que apoyó, con la cooperación abierta de los japoneses. Ganó así las reñidas elecciones de 1948. Los soldados del Ejército Soviético se habían retirado de Corea del Norte ese año.
El 25 de junio de 1950 estalló la guerra en el país. Todavía se discute quién realizó el primer disparo, si los combatientes del Norte o los soldados norteamericanos que montaban guardia junto a los soldados reclutados por Rhee. La discusión carece de sentido si se analiza desde el ángulo coreano. Los combatientes de Kim Il Sung lucharon contra los japoneses por la liberación de toda Corea. Sus fuerzas avanzaron incontenibles hasta las proximidades del extremo Sur, donde los yanquis se defendían con el apoyo masivo de sus aviones de ataque. Seúl y otras ciudades habían sido ocupadas. McArthur, jefe de las fuerzas norteamericanas del Pacífico, decidió ordenar un desembarco de la infantería de Marina por Incheon, en la retaguardia de las fuerzas del Norte, que estas no podían ya contrarrestar. Pyongyang cayó en manos de las fuerzas yanquis, precedidas por devastadores ataques aéreos. Ello impulsó la idea por parte del mando militar norteamericano en el Pacífico de ocupar toda Corea, ya que el Ejército de Liberación Popular de China, dirigido por Mao Zedong, había infligido una derrota aplastante a las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek, abastecidas y apoyadas por Estados Unidos. Todo el territorio continental y marítimo de ese gran país había sido recuperado, con excepción de Taipei y algunas otras pequeñas islas próximas donde se refugiaron las fuerzas del Kuomintang, transportadas por naves de la Sexta Flota.
La historia de lo ocurrido entonces se conoce hoy bien. No olvidar que Boris Yeltsin entregó a Washington, entre otras cosas, los archivos de la Unión Soviética.¿Qué hizo Estados Unidos cuando estalló el conflicto prácticamente inevitable bajo las premisas creadas en Corea? Presentó a la parte norte de ese país como agresora. El Consejo de Seguridad de la recién creada Organización de Naciones Unidas, promovida por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, aprobó la resolución sin que uno de los cinco miembros pudiera vetarla. En esos precisos meses la URSS se había manifestado inconforme con la exclusión de China en el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos reconocía a Chiang Kai-shek, con menos del 0,3 por ciento del territorio nacional y menos del 2 por ciento de la población, como miembro del Consejo de Seguridad con derecho al veto. Tal arbitrariedad condujo a la ausencia del delegado ruso, a consecuencia de lo cual se produjo el acuerdo de ese Consejo dando a la guerra el carácter de una acción militar de la ONU contra el presunto agresor: la República Popular de Corea. China, ajena por completo al conflicto, que afectaba su lucha inconclusa por la liberación total del país, vio cernirse la amenaza directa contra su propio territorio, lo cual era inaceptable para su seguridad.
Según datos publicados, envió al primer ministro Zhou Enlai a Moscú, para expresar a Stalin su punto de vista sobre lo inadmisible que era la presencia de fuerzas de la ONU bajo el mando de Estados Unidos en las riberas del río Yalu, que delimita la frontera de Corea con China, y solicitarle la cooperación soviética. No existían entonces contradicciones profundas entre los dos gigantes socialistas.El contragolpe chino se afirma que estaba planeado para el 13 de octubre y Mao lo pospuso para el 19,esperando la respuesta soviética. Era el máximo que podía dilatarlo.
El 19 de octubre de 1950 más de 400 mil combatientes voluntarios chinos, cumpliendo las instrucciones de Mao Zedong, cruzaron el Yalu y salieron al paso de las tropas de Estados Unidos que avanzaban hacia la frontera china. Las unidades norteamericanas, sorprendidas por la enérgica acción del país al que habían subestimado, se vieron obligadas a retroceder hasta las proximidades de la costa sur, bajo el empuje de las fuerzas combinadas de chinos y coreanos del Norte. Stalin, que era sumamente cauteloso, prestó una cooperación mucho menor que lo que esperaba Mao, aunque valiosa, mediante el envío de aviones MiG-15 con pilotos soviéticos, en un frente limitado de 98 kilómetros, que en la etapa inicial protegieron a las fuerzas de tierra en su intrépido avance. Pyongyang fue de nuevo recuperado y Seúl ocupado otra vez, desafiando el incesante ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos, la más poderosa que ha existido nunca.
MacArthur estaba ansioso por atacar a China con el empleo de las armas atómicas. Demandó su uso tras la bochornosa derrota sufrida. El presidente Truman se vio obligado a sustituirlo del mando y nombrar al general Matthews Ridgway como jefe de las fuerzas de aire, mar y tierra de Estados Unidos en el teatro de operaciones. En la aventura imperialista de Corea participaron, junto a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Canadá, Turquía, Etiopía Sudáfrica, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Colombia. Este país fue el único participante por América Latina, bajo el gobierno unitario del conservador Laureano Gómez, responsable de matanzas masivas de campesinos. Con ella, como se vio, participaron la Etiopía de Haile Selassie, donde todavía existía la esclavitud, y la Sudáfrica gobernada por los racistas blancos.
Hacía apenas cinco años que la matanza mundial iniciada en septiembre de 1939 había concluido, en agosto de 1945. Después de sangrientos combates en el territorio coreano, el Paralelo 38 volvió a ser el límite entre el Norte y el Sur. Se calcula que murieron en esa guerra cerca de dos millones de coreanos del Norte, entre medio millón o un millón de chinos y más de un millón de soldados aliados. Por parte de Estados Unidos perdieron la vida alrededor de 44 mil soldados; no pocos de ellos eran nacidos en Puerto Rico u otros países latinoamericanos, reclutados para participar en una guerra a la que los llevó la condición de inmigrantes pobres.
Japón obtuvo grandes ventajas de esa contienda; en un año, la manufactura creció un 50%, y en dos recuperó la producción alcanzada antes de la guerra. No cambió, sin embargo, la percepción de los genocidios cometidos por las tropas imperiales en China y Corea. Los gobiernos de Japón han rendido culto a los actos genocidas de sus soldados, que en China habían violado a decenas de miles de mujeres y asesinaron brutalmente a cientos de miles de personas, como ya se explicó en una reflexión.
Sumamente laboriosos y tenaces, los japoneses han convertido su país, desprovisto de petróleo y otras materias primas importantes, en la segunda potencia económica del mundo.
El PIB de Japón, medido en términos capitalistas ―aunque los datos varían según las fuentes occidentales―,asciende hoy a más de 4,5 millones de millones de dólares, y sus reservas en divisas alcanzan más de un millón de millones. Es todavía el doble del PIB de China, 2,2 millones de millones, aunque esta posee un 50% más de reservas en moneda convertible que ese país. El PIB de Estados Unidos, 12,4 millones de millones, con 34,6 veces más territorio y 2,3 veces más población, es apenas tres veces mayor que el de Japón. Su gobierno es hoy uno de los principales aliados del imperialismo, cuando este se halla amenazado por la recesión económica y las armas sofisticadas de la superpotencia se esgrimen contra la seguridad de la especie humana.Son lecciones imborrables de la historia.La guerra, en cambio, afectó considerablemente a China. Truman dio órdenes a la VI Flota de impedir el desembarco de las fuerzas revolucionarias chinas que culminarían la liberación total del país con la recuperación del 0,3 por ciento de su territorio, que había sido ocupado por el resto de las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek que hacia allí se fugaron.
Las relaciones chino-soviéticas se deterioraron después, tras la muerte de Stalin, en marzo de 1953. El movimiento revolucionario se dividió en casi todas partes. El llamamiento dramático de Ho Chi Minh dejó constancia del daño ocasionado, y el imperialismo, con su enorme aparato mediático, atizó el fuego del extremismo de los falsos teóricos revolucionarios, un tema en el que los órganos de inteligencia de Estados Unidos se convirtieron en expertos. A Corea del Norte le había correspondido, en la arbitraria división, la parte más accidentada del país. Cada gramo de alimento tenía que obtenerlo a costa de sudor y sacrificio. De Pyongyang, la capital, no quedó
piedra sobre piedra. Un elevado número de heridos y mutilados de guerra debían ser atendidos. Estaban bloqueados y sin recursos. La URSS y los demás Estados del campo socialista se reconstruían.
Cuando llegué el 7 de marzo de 1986 a la República Popular Democrática de Corea, casi 33 años después de la destrucción que dejó la guerra, era difícil creer lo que allí sucedió. Aquel pueblo heroico había construido infinidad de obras: grandes y pequeñas presas y canales para acumular agua, producir electricidad, abastecer ciudades y regar los campos; termoeléctricas, importantes industrias mecánicas y de otras ramas, muchas de ellas bajo tierra, enclavadas en las profundidades de las rocas a base de trabajo duro y metódico. Por falta de cobre y aluminio se vieron obligados a utilizar incluso hierro en líneas de transmisión devoradoras de energía eléctrica, que en parte procedía de la hulla. La capital y otras ciudades arrasadas
fueron construidas metro a metro. Calculé millones de viviendas nuevas en áreas urbanas y rurales y decenas de miles de instalaciones de servicios de todo tipo. Infinitas horas de trabajo estaban convertidas en piedra, cemento, acero, madera, productos sintéticos y equipos. Las siembras que pude observar, dondequiera que fui, parecían jardines. Un pueblo bien vestido, organizado y entusiasta estaba en todas partes, recibiendo al visitante. Merecía la cooperación y la paz. No hubo tema que no discutiera con mi ilustre anfitrión Kim Il Sung. No lo olvidaré. Corea quedó dividida en dos partes por una línea imaginaria. El Sur vivió una experiencia distinta. Era la parte más poblada y sufrió menos destrucción en aquella guerra. La presencia de una enorme fuerza militar extranjera requería el suministro de productos locales manufacturados y otros, que iban desde la artesanía hasta las frutas y vegetales frescos, además de los servicios. Los gastos militares de los aliados eran enormes. Lo mismo ocurrió cuando Estados Unidos decidió mantener indefinidamente una gran fuerza militar. Las transnacionales de Occidente y de Japón invirtieron en los años de la Guerra Fría considerables sumas, extrayendo riquezas sin límites del sudor de los surcoreanos, un pueblo igualmente laborioso y abnegado como sus hermanos del Norte. Los grandes mercados del mundo estuvieron abiertos a sus productos. No estaban bloqueados. Hoy el país alcanza elevados niveles de tecnología y productividad. Ha sufrido las crisis económicas de Occidente, que dieron lugar a la adquisición de muchas empresas surcoreanas por las transnacionales. El carácter austero de su pueblo le ha permitido al Estado la
acumulación de importantes reservas en divisas. Hoy soporta la depresión económica de Estados Unidos, en especial los elevados precios de combustibles y alimentos, y las presiones inflacionarias derivadas de ambos.
El PIB de Corea del Sur, 787 mil 600 millones de dólares, es igual al de Brasil (796 mil millones) y México (768 mil millones), ambos con abundantes recursos de hidrocarburos y poblaciones incomparablemente mayores. El imperialismo impuso a las mencionadas naciones su sistema. Dos quedaron rezagadas; la otra avanzó mucho más. De Corea del Sur apenas emigran a Occidente; de México, lo hacen en masa hacia el actual territorio de Estados Unidos; de Brasil, Suramérica y Centroamérica, a todas partes, atraídos por la necesidad de empleo y la propaganda consumista. Ahora los retribuyen con normas rigurosas y despectivas. La posición de principios sobre las armas nucleares suscrita por Cuba en el Movimiento de Países No
Alineados, ratificada en la Conferencia Cumbre de La Habana en agosto de 2006, es conocida. Saludé por primera vez al actual líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong Il, cuando arribé al aeropuerto de Pyongyang y él estaba discretamente situado a un lado de la alfombra roja cerca de su padre. Cuba mantiene con su gobierno excelentes relaciones.
Al desaparecer la URSS y el campo socialista, la República Popular Democrática de Corea perdió importantes mercados y fuentes de suministros de petróleo, materias primas y equipos. Al igual que para nosotros, las consecuencias fueron muy duras. El progreso alcanzado con grandes sacrificios se vio amenazado. A pesar de eso, mostraron la capacidad de producir el arma nuclear.
Cuando se produjo hace alrededor de un año el ensayo pertinente, le transmitimos al Gobierno de Corea del Norte nuestros puntos de vista sobre el daño que ello podía ocasionar a los países pobres del Tercer Mundo que libraban una lucha desigual y difícil contra los planes del imperialismo en una hora decisiva para el mundo. Tal vez no fuera necesario hacerlo. Kim Song Il, llegado a ese punto, había decidido de antemano lo que debía hacer, tomando en cuenta los factores geográficos y estratégicos de la región.
Nos satisface la declaración de Corea del Norte sobre la disposición de suspender su programa de armas nucleares. Esto no tiene nada que ver con los crímenes y chantajes de Bush, que ahora se jacta de la declaración coreana como éxito de su política de genocidio. El gesto de Corea del Norte no era para el gobierno de Estados Unidos, ante el cual no cedió nunca, sino para China, país vecino y amigo, cuya seguridad y desarrollo es vital para los dos Estados. A los países del Tercer Mundo les interesa la amistad y cooperación entre China y ambas partes de Corea,cuya unión no tiene que ser necesariamente una a costa de la otra, como ocurrió en Alemania, hoy aliada de Estados Unidos en la OTAN. Paso a paso, sin prisa pero sin tregua, como corresponde a su cultura y a su historia, seguirán tejiéndose los lazos que unirán a las dos Coreas. Con la del Sur desarrollamos progresivamente nuestros vínculos; con la del Norte han existido siempre y continuaremos fortaleciéndolos.

Fidel Castro Ruz

Julio 24 de 2008
6 y 18 p.m.

lunes, 26 de julio de 2010

Moncada: Un asalto a la historia


El 26 de julio de 1953 enraizó en la historia un hecho cuya trascendencia es inmortal: el asalto a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.

No fue un intento golpista ni aventura apresurada, fue la acción conjunta de un grupo de jóvenes que dirigidos por el doctor Fidel Castro vio en la lucha armada el primer paso para lograr la definitiva independencia. El ataque al Moncada, segunda fortaleza militar de la tiranía batistiana, no logró el objetivo militar inmediato, pero estratégicamente marcó el reinicio de la última y definitiva etapa por la liberación, hecha realidad el primero de enero de 1959.

Sobre los casi invulnerables muros del cuartel y desafiando la superioridad militar del enemigo, se lanzaron decididos los combatientes, quienes pertrechados más de ideas que con las armas necesarias, denunciaron con el ataque la terrible situación económica, política y social que sumía al país.

La Generación del Centenario sintetizaba lo más noble del pueblo. Su objetivo en el combate era tomar las armas, entregarlas a las masas y convocar a la huelga general y para ello el movimiento disponía de un programa político que planteaba resolver los males que aquejaban a la nación.
Revés que trascendió en victoria

Un centenar de jóvenes dirigidos por Fidel partió en caravana desde la Granjita Siboney, en las afueras de la ciudad santiaguera, e irrumpió en el cuartel para levantar el espíritu de rebeldía nacional, mientras en Bayamo tenía lugar simultáneamente el asalto a la fortaleza Carlos Manuel de Céspedes.
Fidel encabezó un grupo numeroso que atacó por la posta tres del Moncada, en tanto Raúl ocupó con otros hombres el Palacio de Justicia, y Abel Santamaría, el otrora hospital Saturnino Lora, ubicados ambos en el perímetro del enclave militar.

El factor sorpresa fue frustrado, una patrulla de recorrido exterior advirtió la presencia de los combatientes y se entabló un intenso combate en el que los soldados batistianos dominaban en cantidad de armas, calibre y posición.

Durante el enfrentamiento cayeron ocho revolucionarios; solo Abel se mantuvo combatiendo hasta las ocho y treinta de la mañana para proteger la retirada de Fidel, quien con una maltrecha columna se internó en las lomas de la Gran Piedra.

Como había dicho el máximo líder a sus compañeros antes del asalto: " podrán vencer o ser vencidos...pero de todas maneras el movimiento triunfará, este gesto servirá de ejemplo para el pueblo de Cuba"
Una orgía sangrienta desató el enemigo. El joven Abel fue un gran ejemplo de resistencia ante tanta crueldad. Murieron asesinados 52 revolucionarios y 18 fueron detenidos y enviados a prisión, entre ellos Fidel, Raúl y Almeida.

Ejemplo y esperanza

Quedaba atrás el Moncada como acción de armas, pero el Grito de Libertad o Muerte abrió una gloriosa página que continuó con el desembarco del yate Granma, el levantamiento armado del 30 de noviembre y la lucha clandestina y en la Sierra Maestra.

Luego de la heroica gesta se perfiló aún más la certera guía y dirección revolucionaria, y en especial la figura de Fidel.

El 26 de julio de 1953 se encendió la antorcha revolucionaria, la sangre derramada antes y después en las calles de las ciudades, campos de batalla y en las mazmorras represivas no fue sacrificio en vano, sino lección histórica y obra revolucionaria multiplicada.

Los imponentes muros que escondieron el terror y el crimen en aquella época, protegen hoy sueños y esperanzas en la Ciudad Escolar 26 de Julio, primer cuartel convertido en escuela.
MÁRTIRES DEL MONCADA

1.Abel Santamaría Cuadrado
2.Armando Valle López
3.Alfredo Corcho Cinta
4.Andrés Valdés Fuentes
5.Asunción Manuel María Rojo Pérez
6.Antonio Betancourt Flores
7.Ángel Guerra Díaz
8.Boris Luis Santa Coloma
9.Carmelo Noa Gil
10.Emilio Hernández Cruz
11.Elpidio Casimiro Sosa González
12.Fernando Chenard Piña
13.Flores Betancourt Rodríguez
14.Félix Rivero Vasallo
15.Gerardo Antonio Álvarez Álvarez
16.Gregorio Careaga Medina
17.Guillermo Granados Lara
18.Gildo Fleites López
19.Giraldo Córdova Cardín
20.Gilberto Varón García
21.Hugo Camejo Valdés
22.Horacio Matheu Orihuela
23.Ismael Ricondo Fernández
24.José Antonio Labrador Díaz
25.José Francisco Costa Velázquez
26.José Francisco Labrador Díaz
27.Juan Manuel Ameijeiras Delgado
28.José Luis Tasende de las Muñecas
29.Julio Trigo López
30.Juan Domínguez Díaz
31.José de Jesús Maderas Fernández
32.Jacinto García Espinosa
33.José Wilfredo Matheu Orihuela
34.Julio Máximo Reyes Cairo
35.Lázaro Hernández Arroyo
36.Luciano González Camejo
37.Mario Muñoz Monroy
38.Marcos Martí Rodríguez
39.Miguel Ángel Oramas Alfonso
40.Manuel Gómez Reyes
41.Manuel Saíz Sánchez
42.Manuel Enrique Isla Pérez
43.Mario Martínez Ararás
44.Osvaldo Socarrás Martínez
45.Pedro Marrero Aispurúa
46.Oscar Alberto Ortega Lora --Nito--
47.Pablo Cartas Rodríguez
48.Pedro Véliz Hernández
49.Pablo Agüero Guedes
50.Rigoberto Corcho López
51.Raúl Gómez García
52.René Renato Guitart Rosell
53.Roberto Mederos Rodríguez
54.Raúl de Aguiar Fernández
55.Ramón Ricardo Méndez Cabezón
56.Rolando San Román y de las Llamas
57.Rafael Freyre Torres
58.Remberto Abad Alemán Rodríguez
59.Tomás Alvarez Breto
60.Victor Escalona Benirez
61.Virginio Gómez Reyes
MUERTOS POBLACIÓN CIVIL
Manuel Cala Reyes --El Niño Cala--
Miguel Antonio Ravelo Ravel
Pedro Romero Fonseca
Eduardo Ambrosio Hernández Rosseu, Chano
Francisco Vieras Milián
Raúl Villareal
Rolando del Valle
Rubén Cordero Sánchez
Armando Miranda Montes de Oca
(Posteriormente se mencionó a otro fallecido, accidentalmente, por tiroteos)

COMBATIENTES DEL MONCADA CAÍDOS EN EL DESEMBARCO DEL GRANMA

Antonio Ñico López Fernández
Armando Mestre Martínez
René Bedia Morales
José Ramón Martínez Álvarez

COMBATIENTES DEL MONCADA CAÍDOS EN EL UVERO, SIERRA MAESTRA.

Julio Díaz González

COMBATIENTE DEL MONCADA CAÍDO EN MAR VERDE (Sierra Maestra)

Ciro Redondo García

COMBATIENTES DEL MONCADA CAÍDOS EN LA CLANDESTINIDAD

Humberto Valdés Casañas
Vicente Chávez Fernández
Reynaldo Castro

El problema no es la insurgencia colombiana

Anncol



El gobierno de la oligarquía mafiosa colombiana dirigido por el gobierno de los EEUU, pretende hoy 24 de Julio del 2010, desarmar a los guerrilleros colombianos: Es exactamente lo mismo que en 1963, es decir hace 47 años, dijo Álvaro Gómez Hurtado cuando promocionaba en el llamado congreso de Colombia, el bombardeo contra 48 miserables campesinos de Marquetalia: ¡“Acabar por las armas con las republiquetas independientes que los comunistas tienen en Marquetalia, Riochiquito y Guayabero”¡


¿Está el Imperialismo gringo y sus cipayos colombianos, hoy julio 23 del 2010, más cerca de “desarmar” por medio de las armas, a los campesinos de Colombia acusados hace 46 años del supremo delito de ser comunistas? ¡Es evidente que No! El conflicto social y armado colombiano actual y que se hubiera podido resolver con 47.000 pesos de ese año y devolviéndoles a los campesinos de la región algunos “marranos y aves de corral” como lo solicitaron por escrito, actualmente ha adquirido una dimensión y extensión, entonces inimaginada, e incluso ha desbordado fronteras como el mismo presidente Chávez y otros vecinos lo están comprobando.


En Colombia es bien sabido, no fueron los explotados y oprimidos quienes impusieron la forma de lucha, fue el Imperio quien la impuso con su plan Laso, sus bombas y un ejército títere como el colombiano. Y poco después, ante la imposibilidad de permitir la verdadera Democracia participativa y popular, exterminó a 4.000 cuadros de un Partido legal como la Unión Patriótica.

Pero además ¿Quién desbordó el conflicto y lo sacó de las fronteras? ¿Fueron acaso los campesinos y trabajadores colombianos quienes atacaron militarmente a las fuerzas armadas de los países vecinos? O ¿fueron las Fuerzas Armadas USA-colombianas, dentro de su estrategia regional para exterminarlos y apoderarse de sus tierras con el cuento chino de quitarle el agua al pez, quienes han intentado por todos los medios “involucrar” a las ejércitos vecinos obligándolos a convertirse en “yunques” del martillo Imperial colombiano, y han“macartizado” o satanizados como auxiliadores y cómplices de los terroristas, a todos aquellos quienes no aceptaron esa humillante estrategia imperialista, tal y como el propio comandante Chávez, el pueblo venezolano y otros pueblos hermanos lo están comprobando?


Es posible de que las guerrillas colombianas no están ante una inminente toma del Poder. Pero también se puede preguntar: ¿Acaso están más lejos que en 1964, cuando esos 48 campesinos armados de escopetas y machetes, no se propusieron la toma de ningún Poder, sino simplemente, EJERCER EL SACROSANTO DERECHO A LA LEGITIMA DEFENSA, ante un exterminio que les cayó de los cielos en forma de Napalm, agente naranja y fósforo blanco, tirados por aviones identificados como US Navy? ¡Es evidente que tampoco están tan lejos como se supone

El Estado dependiente de Colombia o “enclave Imperial gringo”, en su larga guerra de exterminio contra los trabajadores bien sean de la ciudad o el campo, a quienes siempre macartizó o acusó de ser comunistas o terroristas, si bien le ha dado golpes militares a las guerrillas, lo cual es lógico en toda confrontación militar, TAMBIÉN ha tenido duros golpes militares y sobre todo ha sufrido un terrible desgaste nacional e internacional, que lo tiene en grandes dificultades de todo tipo. Además, tuvo que quitarse ante todo el Mundo la careta de legitimidad y legalidad con la que siempre se cubrió o lo cubrieron los medios de comunicación; debiendo recurrir a jugarse la ultima carta del Fascismo narco- paramilitar de los Falsos Positivos de Uribe Vélez-Santos, y que hoy empieza a ver horrorizada la Comunidad Internacional, en la Fosa de La Macarena (Meta).



Y esta contradicción, es precisamente lo que no quieren reconocer por ningún medio los cipayos y sus amos: No hay conflicto y por lo tanto la guerrilla convertida en una simple amenaza terrorista no puede tomarse el poder, pero tampoco la han podido exterminar o desarmar, por más “fin de los fines” que todos los días anuncia el Padilla de León de turno.

Mientras existan las bases militares gringas en territorio colombiano, estas serán usadas siempre, como puntas de lanza, contra cualquier país vecino (cualquiera que sea) que intente salirse de la orbita Imperial. Haya guerrillas en Colombia o no las haya. Estén los guerrilleros armados o desarmados.


El problema no es la insurgencia colombiana. Sino el petróleo y el coltán de Venezuela. El agua dulce y la biodiversidad de la Triple Frontera. La coca y el litio de Bolivia. Pero para apoderarse de nuevo de estos recursos, arrasar con los avances democráticos y revolucionarios en la región donde la bolivariana Venezuela es el motor principal.


El conflicto social armado de Colombia ya se volvió asunto interno de Venezuela y quizás de otros países, y mientras este exista será un PRETEXTO del Imperialismo para una agresión, sea esta armada o desarmada, contra el proceso revolucionario, democrático y soberano del bravo Pueblo venezolano.


Si no hubiera guerrillas se inventarán otra causa o pretexto. Cuando el presidente Teodoro Roosvelt dijo al comenzar el Siglo XX en el colmo de su arrogancia Imperialista: “I took Panamá” y la tomó. ¿Donde estaban las guerrillas comunistas de Colombia que le sirvieran de pretexto para justificar la invasión? ¿Es necesario citar las innumerables invasiones de los US Marines en Latinoamérica, en Méjico, Cuba, Haití, Nicaragua, Guatemala, cuando aún no existían las guerrillas comunistas o castro-comunistas en Colombia? ¡Cuándo en 1945, el gobierno de los EEUU para imponer su hegemonía imperialista mundial, tiró las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, en Colombia nadie soñaba con guerrillas de ningún tipo!


Resumiendo: para “restablecer” las relaciones diplomáticas entre los hermanos de Venezuela y Colombia, bien sea con Uribe, o con Santos, o con Vargas Lleras, o con Petro, o con Mokus, o con quien quiera sea el gobernante de Colombia, ahora o en el futuro, es necesario resolver PREVIAMENTE dos pequeños problemas o pre-requisitos, que los cipayos y sus amos muy difícilmente aceptarán:


1-El asunto de las bases gringas en territorio colombiano (el contrato espurio Brownfield-Uribe es inconstitucional). 2- Indispensable encontrarle una Solución Política al conflicto social y armado colombiano (ya venezolano) compatible con los intereses populares y soberanos de la República bolivariana de Venezuela.

La terquedad compulsiva, quizás, en destruir o desarmar las guerrillas colombianas actuales, se deba a la previsión que se hacen los estrategas del US Army, sobre el papel que puedan tener los guerrilleros colombianos con su experiencia acumulada en guerra de guerrillas, ante una eventual invasión gringa a Venezuela.


Es como para pensarlo ¿No?


viernes, 23 de julio de 2010

Las fuerzas militares más asesinas del mundo.


Teatro fue lo que hubo en el seno de la Organización de Estados Americanos, sin pruebas y con imágenes de un programa satelital de computadoras. un lacayo del narcogobierno de uribe lanzo sus mas grandes ofensas contra la Patria del Libertador, mintiendo de la forma mas infame, este heredero de Santander pretendía acusar al Digno Gobierno del Comandante Hugo Chávez, pero la Valiente posición del Estado Venezolano y la enérgica respuesta no se hizo esperar y todo el pueblo con su Presidente condeno este acto de terrorismo que desde nariño se promovio. Pero mientras esto ocurría la Senadora Colombiana Piedad Córdoba hacia un hallazgo sobre los resultados de la política asesina de Uribe , una de las fosas comunes mas grandes encontrada en latinoamerica fue hallada en la localidad de La Macarena al Oriente de Colombia en las cercanías de un comando del ejercito asesino de Colombia que con su “Doctrina de Seguridad Democrática” le ha quitado la vida a miles de campesinos e indígenas.esto es el saldo de las políticas asesinas que entre el paramilitarismo y sus fuerzas de represión intimidan violan y masacran a comunidades enteras con sus casos de falsos positivos que han manchado de sangre la hermana República de Colombia. Ya Basta de este maldito estado asesino y fascista, algún día el alba se asomara en la Nueva Colombia de la mano de un pueblo que lucha por su verdadera Independencia.

Ya estamos en batalla. Con la certeza de Bolívar, todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos”. La justa causa de los pueblos no puede ser derrotada. La espada de batalla del Libertador, ahora en manos del pueblo, nos abrirá los caminos de la esperanza y triunfará en la contienda de la definitiva emancipación.

Aquí les dejo un reportaje como han actuados las Las fuerzas militares más asesinas del mundo.

Twitter: @stalin_candanga


Desde la 'Ley Heroica' hasta el día de hoy se demuestra que son los asesinos más despiadados del mundo que practican sistemáticamente el 'Terrorismo de Estado'.

ANNCOL

Se dice que las fuerzas militares son el aparataje que tiene el estado para imponerles sus políticas a los desafectos del poder. Que en nuestro caso los desafectos del poder son precisamente los pobres, el pueblo. Y que ese aparato militar no vacila lo más mínimo en aplicar toda la fuerza que tiene cuando los oligarcas que los mandan así lo deciden o lo necesitan para aplicarles sus políticas, políticas que siempre van en favor de los oligarcas que tienen el poder. Así fue -y ha sido- desde el momento en que fue disuelto el ejército libertador de Simón Bolívar y conformadas las fuerzas militares de Santander que conocemos hoy (en esta parte histórica nos podrían dar una mano los investigadores sociales, cada uno desde su orilla, Alberto Pinzón Sáchez y Jesús Santrich).Que en el siglo 20, más precisamente en 1928, estrena su ideología fascista con la Masacre de las Bananeras el 5 y 6 de diciembre, llevada a cabo por el general Carlos Cortés Vargas por orden de la United Fruit Company y el lacayo oligarca Abadía Méndez. Estaban poniendo en práctica la llamada 'Ley Heroica' del ministro de guerra, Ignacio Rengifo, la cual ya consideraba 'enemigos internos' a los trabajadores en huelga a quienes había que reprimir a 'sangre y fuego', como en efecto lo ejecutó Cortés Vargas produciendo un número no precisado de víctimas pero los trabajadores en huelga eran más de 30.000. Estas fuerzas militares han sido imbuídas de cuanta doctrina fascista ha habido en boga en el mundo, aderezada con notables 'aportes' de la oligarquía colombiana. El accionar criminal de los militares ha sido notable y adquiere una justificante con las 'recomendaciones' de los asesores gringos que ya desde 1962 hablaban de comprometer al 'enemigo interno' en la lucha militar y la conformación de bandas 'para-militares'. Los resultados de tal política están a la vista. Con la consiguiente utilización por parte de las fuerzas militares, en un principio, de los asesinos de las bandas de narcotraficantes a quienes se les da entrenamiento y estructura militar -después son llamados 'paramilitares'-, y posteriormente son los representantes de la 'clase política' oligárquica los que adelantan el contubernio impúdico militares-narcoparamilitares-políticos, en una amoral y terrorífica unidad orgánica. 147.000 víctimas del Terrorismo de Estado, cifras manejadas por el delegado de la OEA al 'proceso de paz' con los narco-paramilitares, Sergio Caramagna, es la cosecha sangrienta de los sátrapas. Más de 13.000 víctimas cosechadas por el régimen de Álvaro Uribe Vélez.

Esta cantidad de víctimas convierte a las fuerzas militares colombianas -militares y policía en quizá la fuerza militar más asesina del mundo. Porque la aplicación de la violencia, del terror, de las masacres, desapariciones, asesinatos extrajudiciales, ha sido sistemático y consuetudinario desde la década de los 60. No hay otro caso en la historia mundial en el cual se aplique con tanta sevicia el asesinato de civiles inermes, desarmados, y las historias de los ajusticiamientos son realmente escabrosas.Las víctimas son hijos del pueblo. Sindicalistas, políticos de izquierda, líderes campesinos,mujeres, niños, todos los que luchan son susceptibles del exterminio, todos son víctimas de la locura de la oligarquía y los militares que asesinan a su propio pueblo usando como excusa el desarrollo de una guerra fratricida que ellos mismos han desencadenado.

Del tratamiento sicopático y sociopático no se salvan ni siquiera los propios soldados de las fuerzas militares. Malos tratos fisicos y mentales, hasta sexuales, son el pan de cada día de las fuerzas militares. Nada más recordamos los casos de jóvenes que han muerto víctimas de la aplicación de programas de entrenamiento salvajes. Nada más recordemos las torturas y vejámenes sexuales a los soldados en entrenamiento en Honda (Tolima).

En el haber de las fuerzas militares están la creación de las monstruosas criaturas del 'asesino de la motosierra', de los 'Mochacabezas' que jugaban al futbol con la cabeza recién cortada de la víctima, y hoy día otra creación monstruosa: el reclutamiento de jóvenes en toda Colombia para llevarlos a algunas zonas y allí asesinarlos y presentarlos como 'guerrilleros dados de baja en combate', como se está denunciando por estos días.

Tal panorama sombrío, macabro, espeluznante, nos reafirma en el convencimiento de que las fuerzas militares colombianas son las fuerzas militares más asesinas del mundo. Y también en la necesidad de luchar todos juntos por la Nueva Colombia.

Pronunciamiento de Narciso Isa Conde: Ante la acusación del gobierno de Uribe en la OEA


por Narciso Isa Conde/MCB República Dominicana

El régimen genocida de Álvaro Uribe Vélez instruyó a su Embajador en la OEA para presentar un informe mentiroso contra Venezuela, en el que me acusa de integrarme a campamentos guerrilleros de las FARC en territorio venezolano y me acusa de ser parte de una “red de coordinación de guerrillas” al servicio de esa organización insurgente, con la cual he tenido relaciones políticas abiertas desde hace mas de 40 años.

Esta fotos de Isa Conde dirigente del MCB con comandantes de las FARC-EP y hoy exhibidas por el embajador de Colombia en la OEA, fueron publicadas en la ABP como órgano informativo del MCB en el año 2007.


Las fotos presentadas como pruebas es algo que en periodismo se llama “refrito” o “información trasnochada”

Ellas fueron tomadas en el 2006 en territorio colombiano, en ocasión de mi visita política a uno de los frentes guerrilleros de las FARC, invitado para hacerme varias entrevistas sobre el proceso latinoamericano=caribeño y para intercambiar puntos de vista con los comandantes Iván Márquez y Jesús Santrich, y fui yo quien la di a conocer en mi país y en el exterior.

Mucho antes, a raíz de los diálogos de paz con el gobierno de Pastrana, me entrevisté con los fallecidos comandantes Raúl Reyes y Manuel Marulanda, y mas luego Raúl Reyes visitó nuestro país

Nunca he estado con las FARC-EP en territorio venezolano, ya que sus campamentos están en Colombia. Y los he visitado con los riesgos de lugar y la vestimenta adecuada a las difíciles circunstancias en que me ha tocado hacerlo.

He viajado muchas veces, aunque hace varios meses que no lo hago, ha Venezuela para participar en diversas actividades publicas, todas ellas previamente convocadas y difundidas. De ello siempre he informado al país a través de los medios de comunicación y del programa Tiro al Blanco.

Soy coordinador de la Presidencia Colectiva del Movimiento Continental Bolivariano (MCB) y lo fui de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) que le precedió. En ambos espacios las FARC y otras organizaciones insurgentes han participado junto a múltiples movimientos y partidos revolucionarios.

Nunca he ocultado mis relaciones políticas con diversas organizaciones revolucionarias, armadas o no armadas, a lo largo de toda mi trayectoria. Ese es un derecho que me asiste y que ha sido ejercido también por innumerables dirigentes comunistas, socialistas y revolucionarios de mi país y de todo el mundo.

Desde la revolución de abril de 1965 no he participado, por razones conocidas, en ninguna otra lucha armada, sea guerrillera o insurreccional. Pero si lo hiciera no tendría porque negarlo ni ocultarlo, sino que me sentiría orgulloso de ese rol siempre que responda a los intereses de los pueblos oprimidos, empobrecidos y reprimidos.

El conflicto armado en Colombia dura ya 60 años y tiene profundas raíces sociales, por lo que jamás me prestare a estigmatizar, calumniar, excluir o discriminar a quienes han tomado las armas contra un Estado terrorista y opresor, enfrentados ahora a la creciente intervención militar de EEUU en ese país.

No tengo nada que ocultar.

Si debo decir que todo esto es una patraña del gobierno de Uribe y de su sucesor Juan Manuel Santos, quien desde el ministerio de las fuerzas armadas ya me hizo acusaciones similares, ambos instrumentos de guerra del Pentágono; patraña evidentemente dirigida a propiciar la agresión militar estadounidense contra el proceso liberador venezolano, a desestabilizar al gobierno de Chávez y a facilitar el plan gringo de conquista militar de la Amazonía.

De paso persigue criminalizar a los revolucionarios del continente que no aceptamos su chantaje y denunciamos su genocidio.

En mi caso es claro que procuran justificar el plan criminal colombo-estadounidense ya denunciado.

Esta es una clara señal de su reactivación, lo que denuncio ante el país y el mundo.

Narciso Isa Conde
22-07-2010
Santo Domingo, R.D

MARQUETALIA UN EJEMPLO INOLVIDABLE DE DIGNIDAD.


Hoy como desde hace más de cuatro décadas retumban en las montañas de Colombia, la heroica marcha de nuestra tropa FARIANA.

Hoy aquel sueño llamado MARQUETALIA está más vivo que nunca y con la ESPADA BOLIVARIANA en alto, los Andes se estremecen ante un ejemplo de dignidad y resistencia popular.

Las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA - EJERCITO DEL PUEBLO, Fueron, son y serán el sueño de los oprimidos, la justa lucha de los sin voz en un país en que la voz libertaria es sinónimo de TERRORISMO, son luz para el pueblo y esperanza para los desposeídos.

Héroes eternos que con Bolívar cabalgan hacia la conquista de la segunda y verdadera independencia, hombres y mujeres que entregan su vida en una lucha colosal contra nuestra macabra oligarquía. Una oligarquía que cínicamente esclaviza, aliena y asesina al pueblo colombiano.

Que orgulloso me siento de mi EJÉRCITO DEL PUEBLO, aquellos que bajo los cielos hechizados de mí Tolima sembraron la semilla revolucionaria en mis abuelos. Aquellos que bajo la indomable fiereza de MANUEL resistieron la envestida trapera del estado y que como ayer, hoy luchan titánicamente para cortar los hilos de los titiriteros.

¿Cómo no escuchar la marcha FARIANA, en el corazón del dolido pueblo Colombiano?, ¿cómo no sentirse guerrillero ante tanta injusticia?, ¿cómo no justificar la lucha en mi Colombia?. Es imposible, porque es imposible no mirar el dolor de la muerte y la miseria que nuestra amada oligarquía ha causado en; indios, campesinos, negros, mujeres, niños, abuelos, estudiantes, sindicalistas y en todos y cada uno de aquellos que hemos sido arrebatados del dulce mar de la justicia social.

La lucha fue ayer, y también hoy y también mañana, con héroes de corazón, héroes socialistas que el retumbar de sus botas y en sus cansadas espaldas llevan cargando las esperanzas para mi PATRIA…

UNA PATRIA…
LIBRE Y SOBERANA.
Ellos, mi ejercito, el EJECITO DEL PUEBLO, HAN JURADO VENCER Y “YO” ESTOY SEGURO QUE VENCERAN.

HONOR Y GLORIA A NUESTROS HEROES, HEROES DE MARQUETALIA.
HONOR Y GLORIA A LOS HEROES DE MANUEL QUE HAN ENTREGADO SU VIDA EN POS DE LA JUSTA CAUSA DE LOS OPRIMIDOS.

HONOR Y GLORIA A TODOS AQUELLOS QUE ENCONTRAMOS EN LAS FARC-EP UN EJEMPLO DE DIGNIDAD Y RESISTENCIA REVOLUCIONARIA.

HOY SOY MAS DE 46 AÑOS Y MAÑANA PODRIAN SER 100, POR QUE “EN UNA REVOLUCION SE TRIUNFA O SE MUERE SI ES VERDADERA”, Y LAS FARC-EP NOS HAN DEMOSTRADO CUAN VERDADERA ES SU CAUSA.

jueves, 22 de julio de 2010

El Colonialismo Yanqui contra el ideario del Libertador. (la trágica herencia de la Doctrina Monroe).


Jesús Santrich, integrante del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Desde su surgimiento como nación independiente, Estados Unidos ha tenido sus miras colonialistas puestas sobre Nuestra América.

Antipatía causaba a los países anglosajones, en especial a los Estados Unidos, la política de emancipación y unificación de las ex colonias hispanoamericanas, propulsada por Bolívar; por lo que el interés fue constante, entonces, en cuanto a coadyuvar con cualquier iniciativa que apuntara a la balcanización de las mismas, procurando que se mantuvieran fragmentadas y en mutua hostilidad, de manera tal que les fuera más fácil a los nuevos imperios, la ocupación o control del espacio dejado por España. A esta pretensión le sumaron sin dilaciones la sumisión apátrida de los aristócratas criollos que desde temprano mostraron animadversión al proyecto anfictiónico del Libertador al margen de la que ya se vislumbraba como poderosa nación del norte.

En su afán de dominación y de hacer de la América meridional su sirvienta, los gobernantes estadounidenses no desperdiciaron esfuerzos, así fue que hacia 1823 John Quincy Adams, diligente diplomático yanqui, sugirió al presidente Monroe rechazar la propuesta que Inglaterra les había hecho en cuanto a pronunciarse conjuntamente contra la Santa Alianza, “a favor” de Hispanoamérica. Era evidente que la intención de los ingleses apuntaba a garantizarse espacio en los recién liberados dominios hispanos del “Nuevo Mundo”. Pero no; lo que ocurrió fue que Adams respondió con el mensaje que el presidente Monroe leyó al Congreso de la Unión el dos de diciembre de 1823, en el que se acuñaban los principios de la primera doctrina norteamericana en materia de relaciones exteriores

Adams había logrado que Monroe hiciera una declaración sin compromisos con los ingleses, quienes al mismo tiempo buscaban contener a los norteamericanos, más que para proteger a los países hispanoamericanos, para garantizar sus propias ventajas comerciales.

La Doctrina Monroe aparece así, con el pretexto de detener algunas incursiones rusas por el norte del Pacífico: “la nación norteamericana -dice- está consagrada a la defensa de nuestro sistema, formado a costa de tanta sangre y tanto dinero, y madurado por la sabiduría de sus más sabios ciudadanos, sistema bajo el cual hemos alcanzado una felicidad sin ejemplo. La sinceridad y relaciones amistosas que existen entre los Estados Unidos y aquellas potencias, nos obligan a declarar que consideraríamos peligroso para nuestra paz y seguridad cualquier tentativa de parte de ellas que tenga por objeto extender su sistema a una porción de este Hemisferio, sea la que fuere”. (Citado en Santa Fe IV; “Latinoamérica Hoy”. LUCIER, James P. Directos del Staff del Comité de Relaciones Extranjeras del senado de los estados Unidos. Pág. 2. Fotocopia sin referencia editorial).

El historiador argentino Rafael San Martín, en un documentado estudio sobre la historia de los Estados Unidos sintetiza los postulados de la Doctrina, de la siguiente manera: 1. No intervención de las potencias europeas en América; 2. No implantación de sistemas políticos europeos en el continente; 3. No colonización de parte alguna de éste por los países del viejo mundo, y 4. No intervención de la Unión en los asaltos de Europa. Todo declarado “como principios en los que están comprometidos los derechos e intereses de los Estados Unidos”. (SAN MARTÍN, Rafael. Biografía del tío Sam. Pág. 158. Tomo I. Editorial de Ciencias Sociales, La habana, 2006).

Y agrega que: Hubo un aspecto en que el departamento de Estado fue completamente verás desde el primer momento (le iba en ello su mayor convencimiento): no dejar la menor duda sobre la índole absolutamente unilateral del estandarte que alzaba. En la fórmula elaborada por Adams, no había el reconocimiento implícito del derecho de las naciones hemisféricas para declararse independientes de sus metrópolis, ni para reclamar una parte proporcional en la defensa solidaria contra la amenaza de cualquier fuerza continental. (Ibídem. Pág. 158).

Así como Inglaterra planeaba tutelar sus intereses, Estados Unidos también; y es ese el significado cierto de su declaración, a la cual en principio George Canning como ministro británico de Asuntos Exteriores y Presidente de la Cámara de los Comunes se negó a otorgar valor jurídico, atormentado porque Adams le había tomado ventaja en el “juego” geoestratégico. Así, una vez Downing Street (residencia oficial del primer ministro británico) reconoció la independencia de las repúblicas hispanoamericanas (1825), escribió con júbilo: “La América española es libre, y si no cometemos alguna lamentable torpeza al manejar nuestros asuntos, es inglesa” (ibídem. Pág. 158).

Estaba claro que ninguna de las dos poderosas naciones tenía motivaciones altruistas respecto a la América meridional. Y para el caso de los Estados Unidos, con su Doctrina Monroe lo que se postulaba era la decisión no de protección sino de intervencionismo, mediante una declaración unilateral que pronto se hizo más clara en cuanto a que la actuación del país del norte sólo se daría en los lugares en los que tuviera un interés específico. Al respecto, el Secretario de Estado de John Quincy Adams, el señor Henry Clay, expresó en nota remitida al Ministro norteamericano en México Joel Poinsett, que: “los Estados Unidos no han contraído ningún compromiso ni han hecho ninguna promesa a los gobiernos de México o Suramérica o a algunos de ellos, garantizándoles que el gobierno de los Estados Unidos no permitirá que una potencia extranjera atente contra la independencia o la forma de gobierno de esas naciones, ni se han dado instrucciones aprobando tal compromiso o garantía” (29 de marzo de 1826).

En el mismo sentido, el mismo Monroe, algunos meses después de su mensaje al Congreso, contestando a una consulta de Colombia que se refería a preocupaciones por una posible agresión extranjera, escribió: “el empleo de fuerzas españolas en América no constituye un caso que Estados Unidos considere justificado para salir de su neutralidad que ha observado hasta ahora”. (San Martín, Rafael. Óp. Cit. Pág. 159).

En respuesta a la solicitud de ayuda que Colombia hiciera, para defenderse de las amenazas de la Santa Alianza, Adamas por su parte respondió que Estados Unidos “no podría oponerse a ellas (las potencias de la Santa Alianza) por la fuerza de las armas sin ponerse previamente de acuerdo con las potencias europeas cuyos intereses y principios permitían obtener una cooperación activa y eficaz en la causa”. (MEDINA CASTRO, Manuel: “Estados Unidos y América Latina, Siglo XIX”. Casa de Las Américas. La Habana, Cuba, 1968. P. 64.).

De tal suerte que durante los años de lucha por la independencia no solamente no se contó con el auxilio o la solidaridad de Estados Unidos sino que además, como una constante estuvo la intervención a favor de España (incluso vendiéndole armas), o la obstrucción a cualquier gestión que los patriotas meridionales realizaran en procura de recursos para la gesta emancipadora. Con la evidencia frente a si de que la guerra de independencia tendría resultados desfavorables para España, Estados Unidos anhelaba y trabajaba por la postergación del desenlace, dando espera a tener la fortalece que le permitiera imponer su predominio.

En contraste con la colaboración brindada a los peninsulares, prisión y multas era lo que se estipulaba para quienes ayudaran a la causa independentista de Sudamérica. Con razón Bolívar, entonces, cuestiona la falsa neutralidad de Estados Unidos en una extensa polémica que se desató con las autoridades norteñas por la captura que el gobierno independentista hizo de las goletas Tigre y Libertad en aguas del Orinoco, al sorprenderlas transportando armas con destino a las fuerzas españolas.

Bolívar, introduce sus juicios con la siguiente reflexión: “Los ciudadanos de los Estados Unidos, dueños de las goletas Tigre y Libertad, recibirán las indemnizaciones, que por el órgano de V.S. piden por el daño que recibieron en sus intereses, siempre que V.S. no quede plenamente convencido de la justicia, hemos apresado los dos buques en cuestión (...) con los ciudadanos (norte) americanos que olvidando lo que se debe a la fraternidad, a la amistad y a los principios liberales que seguimos, han intentado y ejecutado burlar el bloqueo y el sitio de las plazas de Guayana y Angostura, para dar armas a unos verdugos y para alimentar unos tigres, que por tres siglos han derramado la mayor parte de la sangre americana, ¡la sangre de sus propios hermanos!” . (BOLIVAR, Simón. Al señor Agente de los Estados Unidos de la América del Norte, Bautista Irving. Angostura, 29 de julio de 1818).

Luego en el miso escrito Bolívar le manifiesta a Irving, quien aduciendo la neutralidad de estados Unidos respecto al conflicto armado en Sudamérica, hablaba exigiendo respeto a los derechos de los propietarios de las embarcaciones capturadas: “en cuanto al daño de los neutrales, que V.S. menciona en su nota, yo no consigo que puedan allegarse en favor de los dueños del Tigre y la Libertad los derechos, que el derecho de gentes concede a los verdaderos neutrales. No son neutrales los que prestan armas municiones de boca y guerra a unas plazas sitiadas y legalmente bloqueadas” (Ibídem). En su contundente y sesuda argumentación Bolívar precisa: “Desde el momento en que este buque (se refiere al Tigre) introdujo elementos militares a nuestros enemigos para hacernos la guerra, violó la neutralidad y pasó de este estado al beligerante: tomó parte de nuestra contienda a favor de nuestros enemigos, y del mismo modo que, si a algunos ciudadanos de los Estados Unidos tomasen servicio con los españoles, estarían sujetos a las leyes que practicamos contra éstos, los buques que protegen, auxilian o sirven su causa deben estarlo y lo están” (ibídem).

Pero aun habiendo el Libertador expuesto con el mayor detalle y cuidad los argumentos que a la luz de las normativas internacionales de la época condenaban la conducta de la tripulación de las embarcaciones, el señor James Monroe por entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, acentuaba su desprecio y hostilidades contra los países de América del Sur difundiendo sus opinión de que lo que había en nuestros territorios no era más que una guerra civil entre partidos y bandos “cuyas fuerzas están equilibradas y que son mirados sin preferencia por los poderes neutrales”. (Citado por PIVIDAL PADRÓN, Francisco: “Bolívar: pensamiento precursor del antiimperialismo”. La

Habana, Cuba, 1977. Pág. 59). Monroe, en mensaje al Congreso del 2 de diciembre de 1817, manifestó: “A los dos bandos se les ha negado auxilios en hombres, dinero, barcos y municiones” (ibídem. Pág. 60). Con el argumento del “equilibrio de fuerzas”, mediante acta de abril 20 de 1818 se procedió a prohibir, además, que los suramericanos realizar en el territorio de Estados Unidos actos tendientes a prestarle auxilio material a la revolución.

Bolívar no pasó por alto el trasfondo de doblez de esta “neutralidad”, por lo que en la misma correspondencia a Irving, refutó diciendo que: “¿no sería muy sensible que la leyes las practicase el débil y los abusos los practicase el fuerte? Tal sería nuestro destino si nosotros solos respetásemos los principios y nuestros enemigos nos destruyesen violándolos”. Y en otra correspondencia del 20 de agosto de 1818, dirigida al mismo personaje, le dice: “Hablo de la conducta de los Estados Unidos del norte con respecto a los independientes del sur, y de la rigurosa leyes promulgadas con el objeto de impedir toda especie de auxilios que pudiéramos procurarnos allí. Contra la lenidad de las leyes (norte) americanas se ha visto imponer una pena de 10 años de prisión y 10.000 pesos de multa, que equivale a la muerte contra los virtuosos ciudadanos que quisiesen proteger nuestra causa, la causa de la justicia y de la libertad, la causa de la América”.

“Si es libre el comercio de los neutros para suministrar a ambas partes los medios de hacer la guerra, ¿por qué se prohíbe en el norte?; ¿por qué a la prohibición se añade la severidad de la pena, sin ejemplo en los anales de la República del Norte? ¿No es declararse contra los independientes negarles lo que el derecho de neutralidad les permite exigir? La prohibición no debe entenderse sino directamente contra nosotros que éramos los únicos que necesitábamos protección. Los españoles tenían cuanto necesitaban o podían proveerse en otras partes. Nosotros solos estábamos obligados a ocurrir al Norte así por ser nuestros vecinos y hermanos, como porque nos faltaban los medios y relaciones para dirigirnos a otras potencias. Mr. Cobett ha demostrado plenamente en su semanario la parcialidad de los Estados Unidos a favor de la España en nuestra contienda. Negar a una parte los elementos que no tiene y sin los cuales no puede sostener su pretensión cuando la contraria abunda en ellos es lo mismo que condenarla a que se someta, y en nuestra guerra con España es destinarnos al suplicio, mandarnos exterminar.”

Pero finalmente, esta conferencia en la que se debatían asuntos del derecho internacional y de gentes fue rebajada por Irving a lenguaje burlesco que pretendía ridiculizar a los pequeños pero valerosos cuerpos armados que operaban en las corrientes fluviales de Venezuela, haciendo resistencia a las tropas españolas, lo cual provocó una reacción indignada del Libertador, quien mediante correspondencia del 7 de octubre de 1818 cerró el asunto expresando: “Parece que el intento de V.S. es forzarme a que reciproque los insultos: no lo haré; pero sí protesto a V.S. que no permitiré que se ultraje ni desprecia al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población, y el resto que quedan sería por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela, combatir contra España que combatir contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende”.

Así venían las cosas desde antes de la proclamación de la Monroe Doctrine, y una vez surgida esta de las contradicciones anglo-norteamericanas por el control de la América meridional, la formula “América para los americanos”, no fue más que la premonición de los desafueros expansionistas y hegemonistas que vendrían. Ella pone expresa su rechazo a la intervención de potencias europeas en Hispanoamérica, pero deja a salvo su propio “derecho de intervención”, apoyándose en la truculenta afirmación de John Quincy Adams en cuanto a que “fue la voz del destino manifiesto” la que les puso en tal sendero; es decir, una especie de decreto divino expreso a lo largo de los tiempos en políticas como la del “interés superior”, la “diplomacia del dólar”, la “política del gran garrote”, la “protección ilimitada”, etc.

1. Monroísmo y Santanderismo, antítesis del Bolivarismo.

Pero Estados Unidos no despliega su voracidad en solitaria; desde siempre contaría con los cipayos criollos de cada país en el que ha intervenido. Desde el principio estos elementos generalmente surgidos del seno de las aristocracias, asumieron con beneplácito el mensaje de la Doctrina Monroe, casi que implorando vasallaje. Así ocurrió en el caso de Colombia, donde Francisco de Paula Santander, sin importarle las afrentas propinadas por Estados Unidos a Colombia, la acogió con jolgorio, contrariando los lineamientos patrióticos y anfictiónicos del Libertador, quien de manera tajante se oponía a cualquier trato con ese país.
ander, abriéndole las puertas a la sumisión, escribe:

El 2 de diciembre de 1825, Santander, abriéndole las puertas a la sumisión, escribe:
“Con los Estados Unidos mantenemos las más cordiales relaciones (...). Colombia va a tener el laudable orgullo de ser el primer Estado de la antigua América española que presenta al mundo unido por medio de tratados públicos con la nación más favorecida del genio de la libertad.” (DE PAULA SANTANDER, Francisco. Memorias. 2 de enero de 1825. Citado por HERRERA, Juvenal EN Bolívar el hombre de América, Presencia y camino. Tomo II. Pág. 274. Edición digital de la Agencia Bolivariana de Prensa, ABP). En el mismo contexto exhortó a reconocernos como “hermanos menores” y “dignos discípulos” de los Estados Unidos, diciendo que había que dar gracias a la Providencia por “haber encontrado el sitio de nuestra dicha en el mismo continente americano”.

Como expresa el proyecto de Manifiesto del Movimiento Continental Bolivariano, refiriéndose a la intromisión yanqui en los asuntos internos de los países de Nuestra América, “Se nos fueron metiendo poco a poco agazapados en la intriga y la conspiración. Nada hubiesen logrado sin el concurso de los apátridas traidores… Sembraron la cizaña de la división y desmembraron el ejército libertador, garantía de independencia y libertad. Luego asesinaron a Bolívar en la hacienda Santa Cruz de Papare, cerca a Santa Marta, y mataron a COLOMBIA, categoría hermanadora y de unidad de pueblos.

Cuánta razón tenía el Libertador al vaticinar que “Los Estados Unidos como el amo del reino más poblado de América, sería muy pronto señor de toda la tierra; por fortuna,-decía- se ha visto con frecuencia un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos. Si no me creen, hagan grabar estas palabras en una pirámide de bronce, para que sea leída por las nuevas generaciones, ya que el futuro me dará la razón”.

Al poco tiempo se adueñaron de más de la mitad del territorio de México. Encadenada colocaron en su bandera la estrella de Puerto Rico. Invadieron repúblicas, derrocaron gobiernos insumisos, impusieron dictadores y presidentes títeres, pero por donde quiera haya metido las narices su codicia, ha encontrado la resistencia del decoro. Aunque ese sigue siendo su propósito, nunca pudo engullirse al verde caimán de Cuba, y en su avance neocolonial siempre chocaron con sandinos y caamaños y con la resistencia de un pueblo, que por ahora es un gigante encadenado. Ya veremos cuando rompa los grilletes”. (Tomado del Proyecto de Manifiesto del Movimiento Continental Bolivariano. Septiembre de 2009).

Como vemos, Simón Bolívar, El Libertador, percibió tempranamente la mezquindad de las pretensiones tanto de ingleses como de yanquis, y alertó sobre las mismas, dejando suficiente constancia para la historia. Bastante conocida es su advertencia plasmada en su carta dirigida desde Guayaquil, el 5 de agosto de 1829, a Patricio Campbell: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad”.

Desde Entonces (s. XIX) EE. UU ha escrito con sangre una historia de intervencionismo criminal en contra de de la independencia de Indoamérica.

Si algo les convenía de los procesos de emancipación de los territorios meridionales respecto a España, era el desangre, la desarticulación y debilitamiento que les permitiera luego maniobrar para que finalmente cayéramos en sus garras.

Bolívar, consciente de tales peligros, a toda costa tomaba previsiones que generalmente eran saboteadas por los apátridas que, desafortunadamente, con gran poder actuaban internamente a favor de los intereses de Estados Unidos y en contra del prospecto unificador del Libertador.

Es claro que Bolívar actuó como precursor del antiimperialismo y el internacionalismo revolucionario reivindicando los intereses de las masas explotadas y bregando por la construcción de una gran república en la que se unificaran las ex colonias de lo que es Nuestra América. Así, al tiempo que propulsaba la realización del Congreso Anfictiónico de Panamá, dando pasos ciertos hacia la concreción de su ideal, incluía en sus principios de creación unificadora, fundamentales aspectos de justicia social como “La abolición del tráfico de esclavos de África”, lo cual sin duda indisponía a los Estados Unidos como primera potencia esclavista del mundo que era.

A sabiendas de ello, y conocedor como era de las pretensiones de Santander de invitar a Estados unidos al certamen, Bolívar le escribe el 8 de mayo de 1825: “...repetiré nuevamente que la federación con Buenos Aires y los Estados Unidos me parece muy peligrosa...”. “Desde luego los señores (norte) americanos serán sus mayores opositores (se refiere a la Confederación y alianza con Inglaterra), a título de la independencia y libertad; pero el verdadero título es por egoísmo” (HERRERA TORRES, Juvenal. Op. Cit., pág. 170). Luego, el 21 de octubre del mismo año reitera a Santander: “Nunca me he atrevido a decir a usted lo que pensaba de sus mensajes, que yo conozco muy bien que son perfectos, pero que no me gustan porque se parecen a los del Presidente de los regatones (norte) americanos. Aborrezco a ese canalla de tal modo, que no quisiera que se dijera que un Colombiano hacía nada como ellos” (Ibídem. Pág. 171).

Con este convencimiento observaba el Libertador al Imperio del norte, guardando además recelos por su conducta agraviante. Pues, el incidente de las goletas Tigre y Libertad no fue el único de ese tipo; entre otros casos en los que se observó que Estados Unidos, aún después de reconocer a la República de Colombia, siguió introduciendo armas para apoyar la contrarrevolución española, está el de la embarcación norteamericana Chappel, que desembarcó mil escopetas y otros pertrechos por Chagres (en Panamá). Sobre ello Bolívar le había escrito a Santander el 13 de junio de 1826, diciéndole: “… recomiendo a usted que haga tener la mayor vigilancia sobre estos (norte) americanos que frecuentan las costas: son capaces de vender a Colombia por un real...". (Ibídem. Pág. 171). Poco tiempo después escribe: “Los Estados Unidos son los peores y son los más fuertes al mismo tiempo” (en carta a Estanislao Vergara). (También citado por HERRERA TORRES en la obra referenciada).

Siendo Bolívar un militante de la libertad y de la justicia, no podía un país con pretensiones imperiales como Estrados Unidos mirarlo sino como enemigo. Sin profundizar en el asunto, sustentemos esta afirmación mencionando la manera pertinaz como conspiraron para impedir la unificación; recordemos el papel, por ejemplo, de William Tudor desde la legación yanqui en el Perú hacia 1827, época en que los Estados Unidos habían avanzado bastante en su papel intervencionista. De sus correos se colige su activa participación en la conspiración del coronel José Bustamante, quien sobornado por la aristocracia criolla peruana y el gobierno de Estados Unidos, al frente de 2.700 soldados sublevó la Tercera División Colombiana y redujo a prisión a los jefes y oficiales venezolanos al tiempo que anunció que desconocía la autoridad colombiana. Consecutivamente se desató una campaña de difamación contra “el tirano Bolívar”, a fin de liquidar su obra política en Perú y en todo el sur.

En la correspondencia que Tudor envía en 1827 al Departamento de Estado se puede observar que el funcionario yanqui maneja información interna sobre los planes políticos de Colombia, que sólo habría podido ser entregada por Santander. De hecho, es manifiesta la animadversión de Tudor contra Bolívar y Sucre y la intención abierta de beneficiar a Santander. Ambos personajes, el norteamericano y el traicionero “colombiano”, actúan evidentemente como espías y manipuladores, pretendiendo definir los destinos de Lima y Bogotá en contra de los ideales del Libertador.

En uno de sus informes de febrero de 1827, manifiesta Tudor: "La esperanza de que los proyectos de Bolívar están ahora efectivamente destruidos, es una de las más consoladoras. Esto es no solo motivo de felicitación en lo relativo a la América del Sur, liberada de un despotismo militar y de proyectos de insaciable ambición (se refiere a Bolívar) que habrían consumido todos sus recursos, sino que también los Estados Unidos se ven aliviados de un enemigo peligroso en el futuro…si hubiera triunfado estoy persuadido de que habríamos sufrido su animosidad...".

"...su fe principal (la del Libertador) para redimirse ante el partido liberal del mundo la tiene depositada en el odio a la esclavitud y el deseo de abolirlos. Leed su incendiaria diatriba contra ella en la introducción a su indescriptible Constitución; tómense en consideración las pérdidas y destrucción consiguientes a la emancipación y que el régimen no podrá ser jamás restablecido en estos países; téngase presente que sus soldados y muchos de sus oficiales son de mezcla africana y que ellos y otros de esa clase tendrán después un natural resentimiento contra todo el que tome eso de argumento pare su degradación; contémplese al Haití de hoy y a Cuba poco después y al infalible éxito de los abolicionistas ingleses; calculase el censo de nuestros esclavos…; y luego, sin aducir motivos ulteriores, júzguese y dígase si el “loco” de Colombia podría habernos molestado. ¡Ah, señor, este es un asunto cuyos peligros no se limitan a temerle a él...!”. (HERRERA TORRES, Juvenal. Óp. Cit., Tomo II. Pág. 232).

Está claro en este informe por qué no les gustaba “el loco de Colombia”, por qué era incómodo el Libertador para quienes deseaban desmembrar a Colombia e instalar el régimen de sumisión que aún controlan con tanta saña en contra del pueblo, sobre todo desde el momento en que Andrew Jackson (como presidente de Estados Unidos), contando con la gran traición del santanderismo a los sueños de emancipación, ordenó la conspiración que concluyó con el asesinato de Bolívar.

Para Estados Unidos de América, mantener el continente como su “patio trasero”, y campo de tiro para sus diversas políticas filibusteras, para sus cañoneras…, ha implicado fomentar la división política y sostener los gobiernos lacayos cuya máxima aspiración no pasa de ser la de recibir para las oligarquías las migajas que le deje caer el imperio.

No obstante, no siendo dóciles los pueblos a los que pretenden sumisos, su política hegemónica incluye como factor principal la existencia de un aparato militar ingente que garantice su supremacía a toda costa.

1. Santa Fe IV y la pelea táctica en Colombia.

Esa lógica mezquina del país que consume quizás más del 25 % de la producción mundial de petróleo, pero que apenas representa el 9 % de su generación, es la que deriva en la vieja y nociva Doctrina de la Seguridad Nacional, con sus modalidades renovadas.

De esa política guerrerista y la filosofía del “enemigo interno”, se desprende la militarización y la actuación criminal que el Imperio y las oligarquías sumisas despliegan en nuestro continente.

Hoy por hoy, el escenario Colombia-Venezuela presenta, contra el hegemonismo yanqui, una férrea resistencia de profundo contenido bolivariano expresado, por un lado en una guerrilla convertida en obstáculo principal al avance de las trasnacionales, y por otro lado en la presencia de la revolución venezolana con toda la carga de su ejemplo en la construcción social alternativa, motivando un polo de poder emancipador que encarna la materialización del pensamiento paradigmático del Libertador, ahora en un escenario latinoamericano y caribeño caracterizado por la irrupción de una ola de anhelos de definitiva independencia.

Pero de ninguna manera el Imperio está dispuesto a perder su dominio geopolítico, menos aún en tiempos de crisis energética, de crisis en el dominio de recursos naturales suficientes para saciar su voracidad…, crisis sistémica del capitalismo en general.

Por ello, tomar Colombia para desde ahí garantizar el control del continente, es una prioridad que se debe entender como la determinación de buscar el dominio del eje Bogotá, Caracas, Quito, para impedir el avance del espectro gran-colombiano de unidad en post de la Patria Grande que haga de la América Nuestra el contra-imperio desde donde, como lo soñó Bolívar, mane luz emancipadora.

Dentro de este propósito marcha Washington, actuando simultáneamente en todo el continente, pero centrando esfuerzos en el aplastamiento de la resistencia armada colombiana y en la desestabilización de Venezuela, en manera tal que en un plazo corto pueda tener el control político, militar y económico de este escenario, para ellos problemático, en primera instancia.

Estados Unidos, en su instructivo de guerra Santa Fe IV, ha sentado como factores principales de peligro, entre muchos otros, la existencia de la insurgencia en Colombia, a la que etiqueta y demoniza con el concepto de narco-terrorista; le preocupa el surgimiento de gobiernos autónomos, nacionalistas, anticapitalistas o que no le caminen a la unipolaridad yanqui, y sobre manera le altera el re-surgimiento y fortalecimiento del pensamiento bolivariano que impele a la lucha anticolonial, unificante y anti-hegemónica, fusionada como proyecto de Patria Grande a los ideales del socialismo. Plantea este problema considerando que en los países andinos está surgiendo un “militarismo izquierdista” con un bolivarismo que se ha convertido en “un grito de ataque de los comunistas y socialistas”. (Santa Fe IV).

A este tipo de preocupaciones obedece, en gran medida, el despliegue de las Bases militares; a este propósito entre otros, obedece, digamos por caso, la enorme inversión militar a favor del régimen fascista de Álvaro Uribe Vélez, desde donde surgen, además, las conspiraciones principales contra Venezuela y Ecuador.

Implantar Bases militares en territorio latinoamericano y caribeño, es desarrollar la estrategia de recolonización yanqui. Santa Fe IV (denominación que deriva del topónimo de la capital del Estado de Nuevo México, cuyo territorio fue arrebatado por EE.UU a México en 1846. Allí se elaboraron los documentos así nombrados y que recogen los juicios y directrices recolonizadoras concebidas por lo llamados Halcones del Parido Republicano gringo como bitácora militarista de intervención), es uno de los más conservadores instructivos guerreristas que describe la determinación expansionista del imperio del norte, en especial sobre la región Andino-amazónica.

Desde un poco antes que George Bush asumiera la Presidencia de los Estados Unidos, los Halcones republicanos habías concebido y presentado el prospecto al vaquero yanqui.

De los lineamientos de tal documento se derivarán muchas de las medidas de impacto geoestratégico para el continente, las cuales toman mayor ímpetu tras la excusa que se genera después de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York. George Bush inaugura su “lucha global y continuada contra el terrorismo a escala mundial”, para lo que despliega una rigurosa campaña para estructurar una coalición mundial de tipo militar contra esos etéreos “terroristas” que en principio ubica en Afganistán, en el nombre de Osama bin Laden (supuesto líder de la organización Al-Qaeda que estaría refugiado en el país asiático) y los Talibanes. Su despliegue político-militar llevará el nombre de Operación Libertad Duradera, y fundamentándose en su tramposa doctrina desatará guerras como las que aún mantiene Obama contra Afganistán bajo cualquier excusa espuria: la persecución de Osama bin Laden o de los Talibanes, la búsqueda de armas de destrucción masiva, o cualquier otro cuento de camino.

La militarización de la economía y la política yanquis, el despliegue de su “diplomacia” armada, de alcance extraterritorial, supranacional…, planetario, de profundo acento unilateral, inequívocamente imperial, se ha complementado con acciones como la denuncia del Protocolo de Kyoto referido al recalentamiento global (febrero de 2001) y la retirada del Tratado de Misiles Antibalísticos (o Tratado ABM, anunciado en diciembre 13 de 2001), justificado con el argumento de la defensa nacional frente a las amenazas del terrorismo internacional.

Antes de las elecciones para renovar la cámara y parte del Senado, espacios donde el partido Republicano logra firme posicionamiento, el gobierno de George Bush aprueba su Estrategia de Seguridad Nacional (septiembre de 2002), esgrimiendo ante el mundo que “los Estados unidos poseen una fuerza e influencia sin precedentes, y sin igual, en el mundo. Nuestras fuerzas tendrán el poder suficiente para disuadir a los adversarios en potencia de iniciar una escalada militar con la esperanza de superar o igualar el poderío de Estados Unidos” (The National Security Strategy of the United State of America).

En noviembre de 2002 Bush promueve la estructuración del Departamento de Seguridad Interior, en el que integra alrededor de 20 agencias federales, al parecer para centralizar inteligencia, la cual se proyecta que comience a funcionar a plenitud en 2004). Se integra también una comisión para investigar los atentados del 11 de septiembre. No obstante, de antemano las disposiciones de guerra contra los objetivos definidos sin que medie investigación, se ponen en marcha. El criterio de selección es, sencillamente, el interés económico, fundamentalmente el interés energético.

Se trata del despliegue, a toda máquina, de una desbocada política armamentista diseñada para crear incendios en uno y otro lado del orbe en busca de riquezas ajenas.

Pero insistamos en que no son los ataques contra el World Trade Center, ni los miles de muertos allí causados, ni el ataque casi simultaneo contra el Pentágono las causas de la llamada “lucha antiterrorista” definida por Washington. No yéndonos lejos en el tiempo, recordemos, por ejemplo, que el 27 de marzo de 2001, es decir antes de llamado “11-S”; o sea, cuando aún no había tal excusa, en General Peter Pace, Comandante del Coman do Sur de los Estados Unidos (US. SOUTHCOM), presentó ante el Comité de Servicios de las Fuerzas Armadas del Senado de los EE. UU., argumentos que apuntaban a justificar una estrategia para el incremento del poder militar en el área de América Latina y el Caribe. Uno de los tantos aspectos de tipo económico era que “América Latina y el Caribe suministran más petróleo a los Estados Unidos que todos los países del Medio Oriente”. (Citado por PETRAS, James, en Construcción del Imperio de América Latina: La Estrategia Militar de los estados Unidos. Página digital de La Haine).

La preocupación por el control de biodiversidad y acceso a materias primas de orden estratégico, como fuentes energéticas e hídricas baratas, está como constante en el discurso de los altos jerarcas de Estados Unidos, al lado de la inquietud por los beneficios económicos, por la expansión de mercados en los que puedan realizar sus mercancías, servicios, tecnología, etc. sin obstáculos ni restricciones en toda la extensión de “su patio trasero”